Viviendas tuteladas para personas dependientes

El "Proyecto Juntos" impulsa la convivencia entre grupos con discapacidad física o intelectual
Por Azucena García 12 de diciembre de 2008
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Las personas en situación de dependencia necesitan atención. Por sus características especiales, el grado de ayuda que demandan es variable pero, en todos los casos, supone un desafío para las entidades y personas que les atienden. Al reto se une ahora el “Proyecto Juntos”, impulsado por la Asociación Sierra Solidaria.

Imagen: Asociación Sierra Solidaria

La convivencia es a veces una prueba muy dura. Pero cuando, además, los compañeros de piso tienen características especiales, las dificultades pueden agravarse. Consciente de ello, la Asociación Sierra Solidaria ha puesto en marcha el «Proyecto Juntos», una iniciativa que se enmarca en los esfuerzos por conseguir que las personas con discapacidad alcancen una vida independiente.

En la actualidad, el proyecto busca candidatos. La idea es formar grupos de seis personas que compartan una vivienda perfectamente adaptada a sus necesidades y tutelada por un equipo de profesionales. Se ofrece una atención residencial individualizada mediante la gestión y asesoramiento de trabajadores sociales, psicólogos y médicos de atención primaria.

Se prestan apoyos para desarrollar actividades esenciales de la vida diaria y ejercer plenamente los derechos de ciudadanía

El fin es atender de la mejor manera posible a quienes se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad. Prestarles los apoyos necesarios para «desarrollar actividades esenciales de la vida diaria con total autonomía y poder ejercer plenamente sus derechos de ciudadanía». Tradicionalmente, los familiares se encargan del cuidado de estas personas, pero el «Proyecto Juntos» pretende cambiar esta escena. «Queremos que aprendan a valerse por sí mismos. No buscamos que se encierren en un piso, sino que lo compartan, a la vez que acuden a estudiar, a trabajar… que se interrelacionen», explica Óscar Domínguez, presidente de la Asociación.

Talleres a medida

Este proyecto sustituye el apoyo «informal» de la familia por una atención profesional. La propuesta se completa con talleres de aprendizaje «hechos a medida» del grupo que comparte la vivienda. Se le enseñan rutinas y tareas prácticas para conseguir que «disfruten de una vida digna con la máxima calidad y seguridad».

Los dos pilares son autonomía y normalidad. Con ellos, se persigue mejorar la calidad de vida de las personas dependientes y de sus familias, alcanzar la plena igualdad de condiciones y sensibilizar al resto de la sociedad. «En los talleres les enseñamos a convivir, a cocinar y a utilizar el transporte urbano, por ejemplo, algo muy práctico y que a veces es complicado incluso para quien no tiene ninguna discapacidad», señala Domínguez.

Hasta que llegue el momento decisivo del traslado, se trabaja la autonomía de los residentes, se les ofrece atención psicopedagógica «continua y personalizada» y se fomenta la participación directa de las familias. Se planifican actividades de acuerdo a una evaluación previa de cada miembro del grupo. Se organizan tutorías individualizadas con los familiares y se resuelven dudas en una puesta en común con todo el equipo profesional.

Perfil de los candidatos

En principio, el proyecto está pensado para jóvenes entre 18 y 25 años, aunque se plantea la posibilidad de ampliar esta edad, ya que muchas familias consideran que sus hijos son aún muy jóvenes para independizarse. Los candidatos se dividen en dos grupos: con discapacidad física o intelectual. Posteriormente, cada grupo convivirá en una vivienda atendida las 24 horas del día por uno o varios profesionales.

El proyecto está pensado para jóvenes entre 18 y 25 años, aunque se plantea ampliar la edad

La mudanza está prevista para el próximo verano, en la sierra de Madrid. Antes, cada piso se adaptará a las necesidades de sus inquilinos, cuya selección se ha fijado primero en los miembros de la asociación. Una misión difícil. “La sobreprotección de la familia, a veces, es una barrera apunta -Óscar Domínguez-. Tienen miedo de que comiencen a vivir fuera de casa”.

Sin embargo, la experiencia demuestra que gracias a estos programas las personas con deficiencia mental límite o débil aprenden a desarrollar habilidades sociales, de comunicación y adaptación al mundo laboral. Mejoran su calidad de vida y su inclusión social. Ayudan a conocer la discapacidad y romper barreras. Enseñan que sus características especiales son, precisamente, la clave que les anima a avanzar.

Contacto “Proyecto Juntos”:

  • Teléfono. 91 689 64 60 – 606 84 18 61
  • Mail. proyectojuntos@sierrasolidaria.org
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