Haití, un año después

El contagio por cólera es la principal preocupación del país, tras doce meses de gran esfuerzo por parte de las ONG
Por Azucena García 12 de enero de 2011
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Han transcurrido doce meses desde que la tierra tembló en Haití, pero todavía se sienten las consecuencias. Y llevará tiempo que no sea así. A la confusión inicial, prosiguió un gran esfuerzo por parte de numerosas ONG de todo el mundo que se prestaron para ayudar de manera inmediata. Diversos equipos se desplazaron hasta el lugar o se aprovecharon los efectivos locales para atender a las víctimas y evitar un traslado masivo al país, en ruinas tras el seísmo e incapaz de acoger a todos. Ha pasado un año y en este tiempo las preocupaciones han sido varias, así como las denuncias por saqueos, las peticiones de ayuda o las demandas urgentes de material. Ahora preocupa el cólera, pero no es lo único por lo que se teme. ¿En qué situación se encuentra el país? ¿Qué se hace en estos momentos por Haití y en Haití? Testigos de varias ONG han viajado a la zona o han hecho balance para analizar el trabajo de sus compañeros y los frutos recogidos durante este tiempo, pero sobre todo, para articular los retos de futuro.

Doce meses, ¿se ha hecho suficiente?

“Hoy, un año después, la vida diaria de los haitianos se aleja del proceso de reconstrucción en el que deberían estar inmersos”. Son palabras de un portavoz de Intermón Oxfam desplazado al país, quien destaca cómo durante los meses posteriores al terremoto “la respuesta de emergencia humanitaria salvó miles de vidas, proveyó de agua potable y alimentos básicos a otros tantos de miles y ofreció servicios medicos y sanitarios a quien los necesitaba”, pero alrededor de un millón de personas viven todavía desplazadas, bajo lonas o tiendas de campaña.

Apenas se han retirado el 5% de los escombros y se han construido el 15% de los alojamientos temporales necesarios

12 de enero de 2010. Una fecha que será difícil de olvidar para los habitantes de Haití. El país se agitó, azotado por un terrible seísmo de 7 grados en la escala Richter. Sin embargo, todavía hoy, Oxfam estima que apenas se han retirado un 5% de los escombros, se han construido el 15% de los alojamientos temporales necesarios y las instalaciones de agua y saneamiento son muy escasas.

El jefe de misión de Médicos Sin Fronteras en Haití, Stefano Zannini, señala que hace un año se demostró una “generosa ola de donaciones” procedentes de todo el mundo, “así como promesas de la comunidad internacional”, pero asevera que “la cruda realidad hoy es que, aunque los haitianos intentan reconstruir sus vidas, mucha gente es muy vulnerable”.

Preocupación por la epidemia de cólera

Datos de Oxfam calculan que hasta el pasado mes de diciembre el cólera se había cobrado la vida de 2.600 hatianos y había afectado a 122.000 más. Médicos Sin Fronteras, que eleva la cifra de muertos a 3.600, ha elaborado el informe “Haití: un año después”, un repaso a la situación médico-humanitaria en el país y a la epidemia de cólera que azota la región desde octubre. Esta organización califica de “pésimas” las condiciones en que viven los habitantes del país, aunque destaca que el despliegue humanitario fue el mayor registrado hasta entonces en el mundo.

El despliegue humanitario fue el mayor registrado en el mundo, pero las condiciones de vida hoy son “pésimas”

Asegura que, en la actualidad, la emergencia es doble: frente a las consecuencias del terremoto y del cólera. La rápida propagación de esta enfermedad no ha podido frenarse pese a la mejora en el acceso a la atención primaria, por lo que la reconstrucción no debe “ir en detrimento de la atención de las necesidades humanitarias urgentes”, en palabras del director general de MSF, Aitor Zabalgogeazkoa. Es urgente mejorar las condiciones de saneamiento y de distribución de agua potable para obstaculizar el riesgo de epidemias.

Farmamundi recuerda que cerca del 80% de la población del país está sumida en la pobreza y se mantiene en su empeño de reforzar la atención médica, psicológica, alimentaria y de saneamiento. Su labor se extiende por Puerto Príncipe, Jacmel y Léogane, con proyectos de post emergencia y reconstrucción. Señala que la epidemia de cólera obliga a intensificar la atención sanitaria de emergencia y el acceso a tratamientos, por lo que reclama ayuda de todos quienes la puedan prestar.

El tratamiento del cólera es sencillo, precisa: sales de rehidratación oral, sueros y antibióticos para cortar las diarreas. “Pero los tratamientos llegan con cuentagotas”, apostilla. El cólera es una infección intestinal causada por una bacteria. Afecta a un número importante de personas porque se transmite a través del agua y de la ingesta de alimentos contaminados. Sus consecuencias son dañinas para la salud: fuertes diarreas y deshidratación severa. Se puede incluso morir si no se trata a tiempo.

Farmamundi ha enviado más de 160 toneladas de kits sanitarios específicos para tratar el cólera y procesos diarreicos. Los kits IDDK (Kit Interagencias para Enfermedades Diarreicas) constan de cuatro módulos con: materiales específicos (medicamentos, sueros, sales de rehidratación o antibióticos), material sanitario desechable (algodón, guantes, jeringas, catéteres), aparatos médicos (tijeras, termómetros, bandejas) e información sobre su utilización y material de soporte (contenedores de residuos, cubos, guantes).

Las cifras de la atención médica

Preocupación por la epidemia de cólera

Médicos Sin Fronteras asegura que la respuesta al terremoto y a la epidemia de cólera son “la mayor operación en la historia de la organización”. También lo son las cifras registradas hasta ahora por los equipos médicos :

  • Han tratado a más de 358.000 personas.
  • Han llevado a cabo más de 16.500 cirugías.
  • Han atendido más de 15.000 partos.
  • Durante los tres primeros meses, llevaron a cabo más de 5.700 operaciones de cirugía mayores.
  • Los centros de tratamiento que apoya han atendido a más de 91.000 personas, de los 171.300 casos registrados en todo el país.

Momento para la reflexión

Momento para la reflexión

Médicos Sin Fronteras apela ahora a la reflexión sobre las “lagunas de la intervención”. La propia organización ha asegurado que “capitalizará su experiencia en Haití para apoyar y mejorar sus programas en el país y para seguir preparada para futuras emergencias”. En la actualidad, se plantea mantener una red de seis hospitales privados en Puerto Príncipe, que acogen hasta un millar de camas. Este año modificará las estructuras médicas de la capital haitiana para reemplazar, explica, los centros sanitarios temporales por instalaciones con carácter más permanente.

Para 2011, Farmamundi contempla la formación de promotores y agentes de salud, con el fin de potenciar la vigilancia epidemiológica y la dotación de un centro de salud en Léogane, “así como la reubicación y el cobijo estable”. Este año se centrará en la prevención e intentará lograr un suministro suficiente de agua potable y de infraestructuras básicas para el saneamiento del agua. “Más de un millón y medio de damnificados malviven hacinados en condiciones insalubres”, describe. “Si antes del terremoto gran parte de la población haitiana vivía sin acceso al agua potable, tras el seísmo la situación se ha magnificado”.

Solidaridad Internacional destaca que éste ha sido año de promesas, de compromisos, de solidaridad y de éxitos, paralelos a fracasos. “Haití se ha convertido en un espejo de la cooperación al desarrollo, de la ayuda humanitaria y de las relaciones internacionales, un espejo en el que mirarnos, un espejo en el que reflexionar y aprender”, recalca. Mensajeros de la Paz también cree “imprescindible” que se cumplan las promesas de los gobiernos y de la comunidad internacional. Calcula que hasta ahora apenas se ha hecho efectivo un 20% de la ayuda prometida.

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