Compartir piso con personas mayores, una tendencia mundial en auge

Cada vez más iniciativas apuestan por hogares donde mayores y jóvenes compartan espacio, compañía y cuidados, a cambio de un alquiler económico o gratuito
Por Azucena García 13 de agosto de 2013
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Imagen: Crafty Girly

Tener como compañero de piso a una persona mayor es tendencia. De hecho, cada vez más países se suben a esta ola. Australia, Canadá, Francia, Alemania o España ya han sucumbido. Se cree que la crisis ha influido. A menudo, los alquileres de los inquilinos son muy bajos o gratuitos. A cambio, se les pide compañía y apoyo en tareas que sus compañeros de hogar no pueden realizar. En nuestro país, algunas universidades contribuyen a extender la iniciativa con programas adaptados a los estudiantes. En este artículo se explica en qué consiste esta iniciativa, las ventajas que reporta al propietario de la vivienda y al inquilino y se ofrece un listado de los centros universitarios que lanzan esta propuesta a sus alumnos.

Compartir casa con una persona mayor

Dos personas con necesidades y algo que ofrecer. Así se resume el «homeshare«. Esta tendencia, instalada cada vez en más países, pone en contacto a quienes necesitan una vivienda con personas mayores dispuestas a compartir la suya a cambio de compañía, apoyo para realizar ciertas tareas y un alquiler ajustado o gratuito. En época de crisis, compartir casa es una solución para reducir gastos. Pero si el compañero de hogar pinta canas, es además toda una experiencia.

El «homeshare» pone en contacto a quienes necesitan una vivienda con personas mayores que comparten la suya a cambio de ayuda en ciertas tareas del hogar y cotidianas

Los países que han sucumbido a estos programas superan la decena, pioneros o animados, según el caso, por la Red Internacional Homeshare. El éxito radica en la sencillez de la propuesta. «Una persona ofrece alojamiento en su propia casa a otra persona a cambio de un tipo de ayuda acordada previamente», detalla la Red.

Esta ayuda se ciñe a labores domésticas, apoyo económico o ambos. En general, el propietario es una persona mayor de 60 años, y el inquilino, una persona joven. Pero no hay clichés. Algunos programas se planifican para personas desempleadas, trabajadores con sueldos bajos o personas con dificultades económicas en general. La intención es poner en contacto a quienes se ayuden mutuamente. El grado de dependencia del mayor determinará los apoyos y las condiciones en las que se acuerda la convivencia.

En nuestro país, esta estrategia tiene un éxito especial en el ámbito universitario. Permite que jóvenes estudiantes encuentren hogar a un precio económico, a veces gratuito, y que tengan la oportunidad de «sentirse útiles para los demás, algo que no siempre formaba parte de sus expectativas iniciales», según se destacó en el Tercer Congreso Mundial de Homeshare International, celebrado a comienzos de julio en Oxford.

Ventajas de compartir casa

Este tipo de actuaciones promueven la solidaridad intergeneracional y, de hecho, el objetivo con el que se crean es precisamente este. Pero sobre todo, dan respuesta a las necesidades de quienes comparten la casa. Por un lado, se atienden las consecuencias del envejecimiento de la población y, por otro, las dificultades de acceso a la vivienda para jóvenes, tal como explica la Red. Así se pretende «mejorar la calidad de vida de personas que se necesitan».

En el caso de las personas mayores, los beneficios son los siguientes:

  • Permanecen en sus casas, en lugar de acudir a una residencia o vivir con familiares, ya que los inquilinos les ayudan en tareas domésticas o bien abonan una cantidad por convivir en el piso.

  • Viven acompañados y combaten, por lo tanto, muchos de sus momentos de soledad.

  • Se sienten más seguros, al compartir su casa con otras personas.

Respecto a quienes comparten la casa con los mayores:

  • Se les facilita la búsqueda de un alquiler asequible.

  • Se garantiza que el piso en el que conviven está en buenas condiciones.

  • En el caso de los estudiantes, disponen de un lugar adecuado donde estudiar.

Dónde informarse para compartir casa con una persona mayor

Los programas de Homeshare están vigentes en varios países, entre ellos, España. Esta red internacional tiene registradas más de 10 iniciativas en nuestro país. En el caso de las universidades que impulsan estos programas, se requiere que los jóvenes que solicitan compartir casa estén matriculados en estos centros y se da prioridad a los alumnos con familias de menos ingresos y recursos.

Andalucía

  • Almería. El programa “Alojamiento con mayores” está gestionado por la Universidad de Almería y la Delegación de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía. Se dirige: a personas mayores que vivan solas, dispongan de una vivienda adecuada y niveles de autonomía personal suficientes; y universitarios que tengan que desplazarse desde su residencia habitual para cursar estudios en el centro.
  • Granada. El programa “Alojamiento de estudiantes con personas mayores y/o discapacitados” de la Universidad de Granada está pensado para que los jóvenes presten compañía, colaboración en tareas cotidianas, actividades de ocio y tiempo libre, acompañamiento al médico u otras gestiones y, “solo en casos excepcionales, cuidados personales”.
  • Málaga. El programa “Alojamiento con Mayores” de la Delegación de la Consejería de Asuntos Sociales de Málaga y la Universidad de Málaga ofrece estancia a estudiantes a cambio de compañía y apoyo en pequeñas tareas.
  • Sevilla. El programa “Convivencia de universitarios con personas mayores, discapacitadas y familias monoparentales” es obra de la Universidad de Sevilla, la Delegación Provincial en Sevilla de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía y la Diputación. Se dirige a los alumnos que provienen de otras provincias o comunidades, para que encuentren “alojamiento gratuito a cambio de pequeñas ayudas en las tareas de la casa, compañía, algunas compras, etc.”, explica esta universidad.

Canarias

  • Las Palmas de Gran Canaria. El programa “Alojamiento Alternativo” de la Universidad de Gran Canaria permite a un universitario convivir de manera gratuita (excepto los gastos comunes de agua o electricidad, entre otros) con una persona mayor o un estudiante con discapacidad durante el curso académico.

Castilla y León

Cataluña

  • Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat, Salt, Reus, Girona, Lleida, Manresa, San Cugat, Cerdanyola, Tarragona, Terrassa, Vic…. Hasta 18 centros toman parte en el programa “Vive y Convive”, destinado a estudiantes menores de 30 años. Los de postgrado, máster o doctorado acceden a este programa hasta los 35 años. En Barcelona se desarrolla también el programa “Amics de la Llar”.

Comunidad de Madrid

  • Madrid. La Asociación Solidarios para el Desarrollo lleva las riendas del programa“Convive”, mientras que la Universidad Complutense de Madrid, a través de La Casa del Estudiante, colabora con la Fundación Caixa Cataluña en la implantación del programa “Vive y Convive”.

Comunidad Valenciana

  • Alicante. El programa “Alojamiento Solidario” se dirige a alumnos de la Universidad de Alicante y personas mayores, personas con situación de dependencia funcional y mujeres con cargas familiares que ofrecen estancia a cambio de ayuda.
  • Elche.“Vidas Compartidas” es una propuesta del Ayuntamiento de Elche para dar respuesta “a las necesidades de compañía de las personas mayores, así como de alojamiento de los jóvenes universitarios”.

Murcia

  • Murcia. “Convivencia entre generaciones” es una propuesta del Ayuntamiento y la Universidad de Murcia. Los estudiantes disponen de estancia gratuita a cambio de compañía, acompañamiento en los desplazamientos, compra de alimentos, gestiones administrativas, etc. Los requisitos del programa detallan que los jóvenes han de estar matriculados en esta universidad, tener dificultad para acceder a una vivienda en Murcia y no padecer trastornos psíquicos que puedan afectar a la normal convivencia.

País Vasco

  • Bilbao. El programa “Alojamiento alternativo” de la Universidad de Deusto pretende que personas mayores y familias monoparentales o con hijos alojen de manera gratuita a estudiantes procedentes de otras provincias o pueblos, a cambio de “compañía, colaboración en actividades domésticas, apoyo en el cuidado de los niños, ocio, etc., compartiendo solo los gastos de la casa (luz, agua, etc.)”.
  • San Sebastián. El programa “Convivencia estudiantes-mayores en el propio domicilio” supone que la persona mayor ofrezca estancia y una ayuda económica para los estudios, mientras que el joven sirve de apoyo en visitas al médico, pequeñas gestiones y situaciones puntuales como periodos de enfermedad u hospitalización, explica el Ayuntamiento de la localidad.
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