Crisis: cómo atienden las ONG a los ciudadanos afectados

Algunas organizaciones se han volcado con los ciudadanos que han empeorado su situación debido a la crisis, además de mantener la ayuda a quienes ya la prestaban
Por Azucena García 24 de septiembre de 2013
Img ongayuda

“Necesito ayuda”. En los últimos años, estas dos palabras se repiten con frecuencia en las ONG. Cientos de ciudadanos acuden a estas organizaciones en busca de comida, empleo, alojamiento o material escolar. La crisis ha cambiado tanto el perfil de los demandantes, como sus vidas, y las ONG se han volcado. Atienden a los ciudadanos cuya situación ha empeorado a consecuencia del cataclismo económico, mientras mantienen la ayuda a quienes ya la prestaban. En este artículo se repasa el esfuerzo de las organizaciones no lucrativas por conseguir una vivienda, un empleo, comida y material escolar para las familias y personas más necesitadas.

Hace falta recordarlo. En nuestro país, cada día más personas piden ayuda. La crisis afecta a familias completas con todos sus miembros en paro, niños que viven en hogares pobres y están malnutridos, personas mayores con responsabilidad o cargas familiares, parados de larga duración, personas sin hogar o jóvenes en paro. Estos son los grupos «en situación de extrema vulnerabilidad» detectados por Cruz Roja. La entidad realizó en mayo un llamamiento excepcional de ayuda, hasta entonces reservado para catástrofes o emergencias humanitarias como el terremoto de Haití o el tsunami del sur de Asia. En nuestro país no ha ocurrido un fenómeno parecido, pero sin duda, se vive un desastre humano.

Cada vez más personas necesitan ayuda para alimentarse, pagar las facturas o encontrar un empleo

Cruz Roja atendió en 2012 las necesidades básicas de más de 1.400.000 personas. En 2013, la tendencia ha ido en aumento. Se entregan alimentos y lotes de higiene y vestuario, se presta apoyo económico puntual para pagar las facturas de la luz, del agua o los alquileres de las viviendas, se ayuda para mejorar las posibilidades de acceso al empleo y se colabora para que miles de niños y adolescentes (55.600 el año pasado) reciban meriendas, material escolar y ayuda de refuerzo en el estudio. Esta, y más, es la ayuda que prestan las ONG a los ciudadanos.

Vivienda: atención a familias y personas con necesidad de alojamiento

El Programa Social Vivienda Integradora para Familias de Cáritas Madrid apoya «a familias y personas en situación de dificultad y necesidad de vivienda». En abril entregó el primer inmueble. Esta iniciativa se dirige a familias o personas afectadas por procesos de ejecución hipotecaria inminente, con una reducción del nivel de renta que les obligue a destinar al menos el 35% al pago de la casa y familias que residan de manera transitoria en alojamientos de integración social o para colectivos especialmente vulnerables.

Un estudio de FOESSA sobre la vivienda analiza el modelo residencial y lamenta que se sustituya la idea de casa «como un bien para la satisfacción de una necesidad» por, como sucede en España, «un objeto de inversión para el beneficio». Desde FOESSA y Cáritas se recuerda que la vivienda es «un espacio vital, imprescindible para la socialización, para ser parte de una sociedad», por lo que carecer de ella es «un factor de inclusión social de primer orden».

Empleo: formación, prácticas en empresas y acompañamiento a personas desempleadas

El Programa de Empleo de Cáritas Diocesana se extiende por todo el país. En Canarias se han impartido talleres para la mejora de la empleabilidad destinados a personas en riesgo de exclusión social. Los seleccionados se han beneficiado de cursos formativos y prácticas en empresas que facilitan futuras contrataciones. En Alicante se ha organizado un curso de coaching, impartido por coachs voluntarios, para mejorar la actitud, habilidades y acciones para la búsqueda de empleo. La acción se ha repetido en Huesca, donde personas sin trabajo se han formado en montaje de instalaciones electrotécnicas y de telecomunicaciones en edificios.

Las organizaciones subrayan el cambio de perfil de los demandantes, ya que cada vez más españoles solicitan ayuda

Desde 2008, Cruz Roja también se ha volcado con las personas en paro. Ha atendido a 195.000 a través de su Plan de Empleo y ha ayudado a casi 44.000 a encontrar un trabajo. En su mayoría son mujeres (55%), personas con educación primaria o secundaria inferior (52%) y menores de 30 años (25%). Estos rasgos coinciden con una tendencia detectada en los últimos años por varias ONG: el cambio en el perfil de las personas demandantes. «Mientras que en 2008 la gran mayoría eran personas inmigrantes (74%), en 2012 es la población autóctona la que incrementa«, subraya Cruz Roja. Casi el 43% de las personas atendidas en 2012 eran de nacionalidad española, frente al 25,63% de 2008.

En La Rioja, Cáritas pone el acento en los temporeros, ya que la escasez de ofertas de empleo en la campaña agrícola «no ha frenado su llegada», advierte, lo que ha supuesto que «las atenciones que prestan instituciones públicas y organizaciones gubernamentales se vean, en muchos casos, desbordadas». En esta comunidad, Cáritas ofrece a los temporeros servicios de acogida, información y atención básica. En Alfaro, entrega un lote de ropa interior limpia, una manta, servicio de consigna, cambio de prendas dos veces por semana, dos bocadillos diarios, «para comer y cenar», y un vale de ducha para el polideportivo municipal. En Calahorra y Rincón de Soto también se les atiende, pero la necesidad de alojamiento es tal, «que es usual ver a estos trabajadores temporeros durmiendo en las calles y parques públicos», indica Cáritas.

Esta organización ha puesto en marcha una campaña informativa para evitar a los intermediadores ilegales que «utilizan el trabajo de otras personas para enriquecerse o, al menos, ganarse el jornal». Transmite a los temporeros sus derechos y obligaciones y solicita la colaboración de las autoridades y de los agricultores para que contraten ellos mismos a los temporeros. Por último, como en otros casos, recalca cambios en el perfil de los temporeros, «varones españoles y extranjeros que antes de la crisis tenían un perfil normalizado y nunca habían buscado trabajo en la campaña temporera».

La ONG Cesal también atiende estas situaciones. En el Centro Hispano-Dominicano de Madrid, en el distrito de Tetuán, ha desarrollado un programa formativo y una bolsa de empleo para familias inmigrantes y españolas, así como jóvenes en riesgo grave de exclusión social. Durante el mes de julio, la entidad firmó convenios con diferentes empresas, explica, «para la realización de cursos formativos de ayudante de camarero y el posterior desarrollo de las prácticas en sus restaurantes.

Tras su fusión, Acción contra el Hambre y la Fundación Luis Vives se han centrado también en Vives Proyecto, una iniciativa a favor del emprendimiento inclusivo, para ayudar a personas en riesgo de exclusión sociolaboral. «La crisis que atraviesa nuestro país y, en especial, la creciente vulnerabilidad de cada vez más familias españolas» ha impulsado que Acción contra el Hambre trabaje por primera vez en acción social en España, tal como explica el director de este área, Luis González.

Alimentación: reparto de productos entre las familias vulnerables

La «Despensa Solidaria San Francisco Javier» es otro proyecto puesto en marcha por Cáritas Huesca para alimentar a 200 familias vulnerables. Este servicio está atendido por personas voluntarias que lo hacen posible. Su objetivo es «canalizar la solidaridad de los ciudadanos, las empresas o las instituciones públicas y privadas», que aseguran el mantenimiento de un centro de distribución de alimentos y productos de primera necesidad. Este se nutre de productos donados por el Banco de Alimentos de Huesca, colectas, donaciones de particulares y empresas, alimentos de producción propia de Cáritas a través del proyecto «Huerto Ecológico», además de la colaboración de la Diputación Provincial de Huesca y otras instituciones públicas, detalla la entidad.

Este proyecto responde a la urgencia de atender a las familias afectadas por la crisis, que han «disparado» las demandas de alimentación y productos de primera necesidad debido al «evidente empeoramiento y precarización» de su situación. La pretensión es que las familias reciban los productos con una periodicidad quincenal, por lo que se les entrega una identificación válida para un periodo de tres a seis meses renovables, y que también se pueda atender a otras personas de manera puntual con un vale de acogida. En cuanto al perfil, insisten, en su mayoría son familias españolas o inmigrantes con hijos menores a su cargo, en situación de desempleo de larga duración y con dificultades económicas graves.

Los Bancos de Alimentos se han unido a la petición de ayuda para aumentar sus reservas de productos y se han puesto en marcha iniciativas como «Hoy invito yo», para favorecer «la recogida solidaria de alimentos por parte de particulares y empresas».

Atención a los escolares: libros de texto, material y becas para el comedor

El inicio del curso escolar ha marcado otro punto de inflexión en la petición de ayuda, puesto que muchas familias se ven superadas por los gastos del nuevo curso y acuden a las organizaciones en busca de ayuda. Zamora y Granada han invitado a los ciudadanos a donar libros de texto y material escolar «para distribuirlos entre familias especialmente vulnerables». A esta petición se ha unido otra que anima a colaborar en la compra de estos materiales.

Cáritas Zamora ha registrado un incremento del 12% en el número de familias que solicitan ayuda para la adquisición de libros y material. Cáritas Granada ha lanzado esta iniciativa por segundo año consecutivo y ha habilitado un punto de recogida durante las mañanas en su sede central (Doctor Azpitarte, 3), además de la recepción de donativos en varias cuentas de distintas entidades bancarias. Respecto a las familias atendidas, son matrimonios y familias monoparentales, en su mayoría de nacionalidad española.

A estas campañas se une la propuesta de Educo, que ha iniciado un proyecto para conseguir becas comedor para los escolares. «Queremos que niños y niñas tengan la oportunidad de recibir algo tan básico como una comida completa al día», señala. Para animar a colaborar, recuerda que el 25% de los niños que residen en nuestro país están malnutridos y que en los últimos cinco años, medio millón de pequeños se han convertido en nuevas víctimas de la pobreza.

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