Tres emergencias que necesitan ayuda urgente: Siria, República Centroafricana y Sudán del Sur

Las ONG piden que aumente la ayuda para atender a las miles de personas afectadas por los conflictos en Siria, República Centroafricana y Sudán del Sur
Por Azucena García 28 de enero de 2014
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Al margen de otras cuestiones, todos los conflictos tienen consecuencias entre la población civil. Es ahí donde las ONG hacen labor de sensibilización para pedir a las instituciones y a la sociedad que se solidaricen con las personas afectadas y presten ayuda. Siria, República Centroafricana y Sudán del Sur representan tres de los conflictos más preocupantes en este momento por los efectos devastadores que tienen en el país y sobre todo entre las personas. Se explican a continuación.

1. Siria, tres años de conflicto

El conflicto en Siria es de tal magnitud, que las cifras se desactualizan poco después de conocerlas. Es la emergencia humanitaria más grave a la que se ha enfrentado jamás Naciones Unidas, una emergencia sin precedentes. Las ONG mantienen sus peticiones de ayuda y llamadas a la razón. Abogan por una solución al conflicto que desde hace tres años ensombrece la vida en el país. «Muchas personas ya lo han perdido todo», advierte Amnistía Internacional, que se refiere a esta crisis como «la más grave de la década». Más de dos millones de personas han escapado del país y más de cuatro millones permanecen en él, pero han huido de sus casas.

Más de dos millones de personas han escapado de Siria y más de 11.000 niños han muerto debido al conflicto

El 13 de diciembre, Amnistía Internacional hizo público un informe sobre la respuesta de los Estados miembros de la Unión Europea a la situación de las personas refugiadas sirias. En el mismo, destacaba que solo 10 Estados miembros «han ofrecido plazas de reasentamiento o admisión por razones humanitarias a personas refugiadas». Estas ofertas han llegado a unas 12.000 personas, de las cuales Alemania se ofreció a acoger a 10.000. «España ha aceptado acoger solo 30, el 0,001% de los refugiados», precisa el informe, mientras que «cientos de personas que huyen a Jordania y a otros países vecinos están siendo devueltas en la frontera». Pero también Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto han recibido a personas que huyen de Siria, en ocasiones, con pocos apoyos por parte de las instituciones.

Save the Children aporta otra cifra escalofriante: «Más de 11.000 niños y niñas han muerto ya en el conflicto sirio, el 71% de ellos han sido asesinados indiscriminadamente con armas explosivas en pueblos y ciudades». La organización no escatima detalles para describir cómo viven los pequeños el conflicto. «Experimentan la brutalidad de la guerra cada día. Daño, muertes, huidas…». Esta organización se ha sumado a la la estrategia «No lost generation» («Que no se pierda una generación»), apoyada por UNICEF, ACNUR y World Vision, entre otras, para «construir oportunidades de un futuro más estable y seguro para los afectados por el conflicto sirio», señala UNICEF. Con este fin, se ha creado el sitio web Championthechildrenofsyria.org, que recopila las historias de niños afectados por el conflicto y muestra, añade UNICEF, que «la inversión en los niños puede suponer resultados importantes». Las organizaciones citadas, junto con aliados locales, canalizarán 1.000 millones de dólares en programas que, «en colaboración con los gobiernos y las comunidades locales, ofrecerán educación sin riesgos; protección contra la explotación, el abuso y la violencia; y atención y apoyo psicológico».

El comité nacional de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ha reiterado su petición de ceses de los ataques a la población civil y ha pedido que se permita el acceso a ayuda. Asegura que el campamento de refugiados de Yarmouk permanece sitiado desde hace meses y que 18.000 personas han quedado en él sin acceso a alimentos ni a medicación. «Tenemos constancia de casos de malnutrición, la población superviviente se está alimentando de comida para animales y tiene una carencia casi absoluta de servicios médicos, agua y electricidad», alerta.

Farmamundi se ha sumado a la denuncia y ha anunciado una intervención urgente que ha permitido llevar a la población desplazada de este campamento alimentos y artículos de primera necesidad. «Debido a las condiciones del bloqueo, los productos básicos escasean desde hace meses y los precios se multiplican de forma constante», apunta la responsable de Acción humanitaria y Emergencias de Farmamundi, Carolina Raboso. «Hasta hace poco, un kilo de arroz en el campo costaba 100 dólares», precisa. Por ello la Coordinadora de ONG para el Desarrollo (CONGDE) ha manifestado la urgencia de establecer corredores humanitarios y garantizar un acceso libre y directo a las víctimas.

2. República Centroafricana, el drama de los niños soldado

La realidad de los niños soldado es una de las aristas más duras de cualquier conflicto. Cientos de pequeños son obligados cada año a empuñar armas y otras tantas niñas son violadas y utilizadas como esclavas domésticas. La República Centroafricana es escenario de estas terribles acciones, que UNICEF y otras organizaciones intentan evitar. Desde mayo de 2013, la Agencia de la ONU para la Infancia ha liberado, junto con sus aliados, a 229 niños vinculados a fuerzas y grupos armados. «La violencia y la inseguridad hacen que los niños sean más vulnerables al reclutamiento, sobre todo si están separados de sus familias, desplazados de sus hogares o tienen acceso limitado a servicios básicos y educación», detalla Souleymane Diabaté, representante de UNICEF en la República Centroafricana. La entidad calcula que podría haber unos 6.000 menores soldado, «debido al aumento de los enfrentamientos y el surgimiento de grupos de autodefensa», pero más de dos millones de pequeños sufren los efectos del conflicto, «obligados a dejar sus casas y sin recursos«, recuerda UNICEF, «son testigos del horror».

UNICEF calcula que en República Centroafricana podría haber unos 6.000 menores soldado

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha alertado de la situación a la que se enfrentan los agricultores del país. La producción agrícola ha disminuido de manera considerable debido al conflicto, se estima que al menos medio millón de agricultores han abandonado sus hogares sin tener oportunidad de acceder a sus campos y «las semillas han escaseado debido a los saqueos y porque la gente ha tenido que comérselas en lugar de guardarlas para la siembra», relata Dominique Burgeon, director de la División de Emergencias y Rehabilitación de la FAO.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) lamenta el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas debido a los combates. Este movimiento ha provocado que en el aeropuerto de Bangui haya 38.000 personas sin letrinas ni instalaciones para el lavado ni cobijo «para protegerse de las lluvias o el sol», mientras que otras 12.000 personas permanecen en la iglesia de Saint Joseph Mukassa, donde solo hay un punto de agua y se han cavado letrinas. Unas 935.000 personas serían desplazados internos que se han trasladado a otros lugares dentro del país, mientras otros se ocultan en los bosques y algunas familias con niños los cruzan a pie durante 200 kilómetros hasta llegar a lugares seguros. «Durante el último año, la crisis en la República Centroafricana ha forzado a más de 70.000 refugiados a huir a los países vecinos», estima ACNUR, que ha enviado equipos especializados en protección. Las necesidades son enormes y afectan a alimentos, cobijo, jabón y otros artículos de primera necesidad, además de atención médica a personas enfermas, heridas o mujeres embarazadas.

«Los ataques dirigidos contra civiles, los saqueos y la presencia de grupos armados en algunos asentamientos de desplazados han limitado gravemente el acceso de las agencias humanitarias a las personas que necesitan ayuda urgente», lamenta ACNUR. «Es indispensable una mejora en la seguridad para que los trabajadores humanitarios puedan tener acceso a los desplazados y ofrecer ayuda humanitaria vital», reclama.

3. Sudán del Sur, la inseguridad dificulta la asistencia

Oxfam Intermón apela al apoyo urgente en Sudán del Sur, donde fija en medio millón el número de personas que han huido de sus hogares y más de 80.000 quienes se han refugiado en países vecinos «sin acceso a alimentos, agua y saneamiento». Desde mediados de diciembre, siete de los diez estados del país viven los conflictos. Encontrar un lugar seguro tiene un precio. La organización ha revelado que huir de los enfrentamientos implica a menudo tener que pagar desplazamientos costosos en ferry y autobuses, que ni siquiera garantizan un traslado en buenas condiciones. «Decenas de personas se ven obligadas a intercambiar o vender todas sus pertenencias, a menudo bajo la presión de huir de la violencia y conseguir el dinero suficiente para garantizar que sus familias estén en un lugar seguro», manifiesta Oxfam Intermón. En un país donde la mitad de la población gana menos de 1,25 dólares por día, se llegan a pedir entre 40 y 130 dólares por persona y traslado.

Huir de los enfrentamientos en Sudán del Sur obliga a pagar entre 40 y 130 dólares por persona, si bien la mitad de la población gana menos de 1,25 dólares por día

Entre quienes permanecen, Médicos Sin Fronteras (MSF) pone de manifiesto la vulnerabilidad a la que se enfrentan, con un riesgo grande de epidemias y cada vez más obstáculos para tener «acceso rápido y seguro a la gente que lo necesita, en especial a las mujeres embarazadas y los niños», recalca MSF. «Las condiciones se deteriorarán muy rápido», augura. Esta organización presta asistencia médica a más de 110.000 personas desplazadas y ha repartido más de 40 toneladas de suministros médicos y logísticos a sus proyectos. 

ACNUR contabiliza que unos 43.000 refugiados han huido a países vecinos como Uganda, Kenia, Etiopía y Sudán, frente a los 232.000 desplazados internos. «La inseguridad hace que resulte más caro prestarles asistencia. De hecho, está siendo necesario recurrir a puentes aéreos cuando las carreteras no son seguras», narra la Agencia de la ONU para los Refugiados, que ha solicitado fondos suficientes para atender las necesidades de la población.

Por su parte, la FAO insiste: «Es esencial que Sudán del Sur recupere de inmediato la seguridad y la estabilidad, de forma que las personas desplazadas puedan regresar a sus hogares, sus campos, rebaños y zonas de pesca». La temporada de siembra comienza en marzo y perderla comprometería la seguridad alimentaria de la población. «Se calcula que un 78% de la población rural del sur de Sudán depende de diversos aspectos de la agricultura para su subsistencia, incluyendo actividades agrícolas, ganadería, silvicultura, la pesca y el trabajo agrícola asalariado», precisa la FAO, al tiempo que alerta del aumento de los precios de los alimentos y combustibles, así como del «colapso» de los mercados locales.

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