Voluntariado y empleo no son lo mismo

Las diferencias entre voluntariado y empleo van más allá de la gratuidad y la remuneración, ya que también se distinguen por la dedicación y las tareas que se realizan
Por Azucena García 25 de julio de 2014
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Imagen: SA_Community

Voluntariado y empleo no son lo mismo. Mientras una persona voluntaria realiza una tarea determinada en una ONG, en su tiempo libre y sin suplir las labores que realizaría un empleado en su puesto de trabajo, un asalariado se dedica de manera profesional al trabajo en cuestión. La Plataforma del Voluntariado de España explica en una guía las diferencias entre voluntariado y empleo y por qué uno no puede considerarse lo mismo que el otro. Es conveniente tenerlas en cuenta para conocer los límites de las personas voluntarias y saber que van más allá de la gratuidad y la remuneración.

Trabajo voluntario vs. trabajo remunerado

El voluntariado se realiza por diferentes motivos, pero si hay un factor que lo define, este es el compromiso. Las personas voluntarias lo son porque creen en la causa con la que colaboran y buscan un cambio a partir de su propia experiencia e implicación. Sin embargo, esta última puede irse de las manos, según las circunstancias personales y de la organización con la que se colabora, hasta el punto de cruzar la línea que no distingue entre voluntariado y empleo.

Un uso inadecuado del voluntariado puede obstaculizar la creación de empleo

Ambos factores no son lo mismo. Una persona voluntaria nunca debería reemplazar a un empleado. La Ley 6/1996, de 15 de enero, del Voluntariado, reconoce en el artículo 3.3 que «el voluntariado no podrá en ningún caso sustituir al trabajo retribuido». Sin embargo, cuando se comienza a colaborar con una ONG y se aprecian las necesidades de la organización y los recursos con que cuenta, hay peligro de confundir ambos conceptos. «En un contexto de crisis económica y social como la que estamos viviendo, el voluntariado tiene un papel ambiguo», reconoce la Plataforma del Voluntariado de España.

Hay quien ve el voluntariado como una plataforma para obtener un empleo, y puede ser así, pero sobre todo hay que entenderlo como un apoyo a la organización con la que se colabora. «Su instrumentalización o un uso inadecuado del mismo puede obstaculizar la creación de empleo», añade la Plataforma. El momento actual es propicio para que voluntariado y trabajo interfieran entre sí, por ello es más importante, si cabe, diferenciar uno y otro.

Principales diferencias entre voluntariado y empleo

Los expertos aseguran que voluntariado y empleo se distinguen de manera clara. Sin embargo, no todas las personas conocen las diferencias entre ambos conceptos. Los siguientes son algunos de los rasgos más evidentes:

Voluntariado

  • No se remunera.
  • Los servicios que se prestan se mantienen en el tiempo aunque se carezca de voluntarios. Estos no deberían ser imprescindibles para la buena marcha de la organización, aunque en tiempos de crisis, sin su apoyo, hay peligro de dejar de prestar ciertos servicios.
  • La acción voluntaria y el trabajo remunerado son complementarios.
  • El tiempo de dedicación lo estipula la organización o el propio voluntario en función de su disponibilidad, pero sin firmar un contrato.
  • No siempre se exigen unos conocimientos determinados y, en todo caso, es frecuente que los voluntarios reciban formación antes de iniciarse en sus tareas.

Empleo

  • Se remunera.
  • Se encargan de tareas y servicios que, en caso de no realizarse, la ONG no podría llevar a cabo ni prestar.
  • El trabajo remunerado se beneficia del apoyo voluntario, pero no se sustituye por este.
  • La jornada de los empleados se regula en el Estatuto de los Trabajadores y convenios colectivos, mientras que el contrato de trabajo recoge las características del mismo.
  • Se exige una formación o conocimientos necesarios para el puesto de trabajo que se ocupa.

Recomendaciones

En las entidades pequeñas, cabe pensar que es mayor el riesgo de que los voluntarios realicen más tareas o sean imprescindibles para que estas se desarrollen. No obstante, las ONG de cualquier tamaño deberían contar con un plan de voluntariado en el que se indique con claridad el papel de las personas voluntarias en la entidad, señala la Plataforma, y «el procedimiento para la creación de nuevos perfiles de voluntariado y cómo resolver posibles conflictos».

Un informe de la consultora Nielsen asevera que un 32% de los ciudadanos participan y están comprometidos con algún voluntariado o apoyan a ONG mediante donaciones. El hecho de que una tercera parte de la población esté volcada con una acción u organización solidaria es un porcentaje muy elevado como para regular esta cuestión.

Las recomendaciones de la Plataforma del Voluntariado en este aspecto son cuatro:

  • La organización debería establecer las tareas y responsabilidades de las personas voluntarias.
  • Favorecer el intercambio entre el personal remunerado y el personal voluntario para facilitar que ambos se complementen y sepan qué valor aporta cada uno.
  • Cuando se den situaciones de recortes de fondo o de ciertos servicios públicos, que los voluntarios podrían suplir de manera altruista, implicar y consultar a los agentes clave, como la propia plantilla u otras ONG.
  • Poner en valor el trabajo realizado por las personas voluntarias y comunicarlo para sensibilizar a la sociedad.
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