Niños refugiados en España: solos y desprotegidos

En 2015, de las 14.600 personas que solicitaron asilo en nuestro pais 3.754 eran menores de edad
Por Esther Camuñas 5 de julio de 2016
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En todo el mundo hay 30 millones de menores refugiados y desplazados internos. Cada vez más niños abandonan sus países huyendo de las guerras, la violencia o la pobreza. Save the Children denuncia en su último informe, ‘Infancias invisibles‘, cómo estos pequeños permanecen invisibles ante la sociedad, las instituciones y las administraciones. La explotación, el abuso o la falta de protección y acceso a la educación son algunos de los riesgos a los que se enfrentan. Además, según denuncia esta ONG, España no está cumpliendo con su obligación legal de proteger a los menores que llegan. En este artículo se explica cómo es el recibimiento en nuestro país a los niños refugiados, la falta de voluntad política y personal especializado en infancia para dar la protección necesaria a estos menores y la demora en los trámites para la obtención del asilo.

Cuando llegan a España los niños refugiados

En 2014, el último año del que se tienen datos, 3.660 menores que habían llegado solos a España fueron tutelados por el Estado. Estos niños viajaron desde Marruecos y Argelia sobre todo, aunque algunos también llegaron desde Siria o el África subsahariana. Pero la realidad es que no todos los que llegan solos son tutelados. En muchas ocasiones, el sistema les excluye y les abandona sin ningún apoyo, como se refleja en el informe de Save the Children.

Los menores no reconocidos como tal en España se quedan sin derecho a educación y sanidad

Con independencia de que los pequeños que llegan a nuestro país tengan o no documentación, se les hace una radiografía del hueso de la muñeca para verificar su edad. Esta prueba sigue cuestionándose entre organismos de Naciones Unidas y el Defensor del Pueblo. A quienes el Estado no considera menores, quedan en un limbo, sin derecho a la educación o la sanidad y en muchas ocasiones obligados a vivir en la calle.

Como se apunta en ‘Infancias invisibles’, España no identifica de forma adecuada a las niñas víctimas de trata, no garantiza la educación y protección legal a los menores extranjeros no acompañados, ni adapta el sistema de asilo para facilitar que las familias obligadas a separarse puedan reencontrarse. No existe voluntad política ni personal especializado en infancia para identificar a los niños que se encuentran en peligro y darles la protección necesaria. Tampoco hay recursos suficientes y adecuados para atenderles.

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Imagen: Pedro Armestre

El director de Save the Children, Andrés Conde, denuncia que haya niñas víctimas de trata con fines de explotación sexual y menores no acompañados encerrados en los CIE (centros de internamiento de extranjeros) y asegura que «es un clarísimo ejemplo de cómo el Estado español solo ve migrantes donde debería ver niños a los que proteger».

La situación es especialmente dura para los menores no acompañados que viven en Melilla. Entre 20 y 60 niños duermen al raso, no van al colegio y arriesgan sus vidas (muchas veces las pierden) intentando cruzar a la península.  

Niños refugiados desprotegidos ya en la frontera

La nueva Ley de Seguridad Ciudadana, a través de la que se planteaba una reforma de la Ley de Extranjería (LOEX) española, permite las llamadas «devoluciones en caliente» al llegar a suelo español, lo que hace imposible verificar si se trata de menores de edad o refugiados. Existen casos constatados de niños expulsados por esta práctica ilegal, denunciada por el Comisario Europeo de Derechos Humanos.

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Imagen: Pedro Armestre

Ningún país europeo ha regulado estas prácticas ilegales, también cada vez más frecuentes en países como Grecia y Bulgaria. La figura del rechazo en frontera supone, por tanto, un grave incumplimiento de la obligación de facilitar el acceso al procedimiento de protección internacional y el respeto del principio de no devolución, vulnerando lo establecido tanto en el ordenamiento jurídico español como en la normativa europea y los tratados internacionales ratificados por España.

Además, Save the Children denuncia la lentitud en la tramitación de los permisos de residencia y de trabajo. Y es que esta situación provoca que, tras cumplir la mayoría de edad, los jóvenes extranjeros solos que no hayan conseguido un permiso de residencia durante la transición a la edad adulta se encuentren en la calle al perder la tutela de las instituciones.

La solicitud de asilo, un trámite lleno de retrasos

En 2015, 14.600 personas solicitaron asilo en España huyendo de guerras o persecuciones. De ellas, 3.754 eran niños.

En España no hay capacidad para alojar de forma adecuada a los refugiados

Pero, como dice la ONG, el sistema de acogida español no cumple con los estándares europeos y no está preparado para atender las necesidades de los niños ni de sus familias. No existe capacidad ni de tramitar en el tiempo adecuado las solicitudes ni de alojar de forma apropiada a los refugiados. Las esperas por la documentación duran meses sin que los padres puedan buscar trabajo y las ayudas para la integración o el apoyo psicológico son mínimas. A los menores que llegan solos, pero tienen familia en otros países europeos, no se les facilita la reunificación familiar.

Una vez que los refugiados han llegado a la península, los trámites para la obtención del asilo se alargan durante meses, lo que dificulta que puedan reunirse con sus familiares. Además, no hay personal especializado y con formación en infancia entre los policías y los instructores de solicitudes de asilo, lo que impide detectar las necesidades de los pequeños, que no son escuchados ni informados.

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