¿Es buen momento para comprar un e-reader?

Aunque los lectores ya son una realidad comercial, editoriales y distribuidoras todavía están en proceso de adaptación
Por Antonio Delgado 11 de noviembre de 2009
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Imagen: .Larry Page

En los últimos meses se han puesto en marcha en todo el mundo diferentes iniciativas para impulsar el libro electrónico, con Google en el centro de la polémica. A la vez, han salido al mercado diferentes dispositivos como Kindle, el lector de libros de la tienda on line Amazon, o Nook, la novedad de la editorial Barnes and Noble. Mientras tanto, las grandes cadenas de librerías y las editoriales trabajan para adaptarse al nuevo canal de venta y poder crear un modelo de negocio basado en las copias digitales. ¿Es ya momento de comprar un e-reader o el usuario notará falta de títulos en castellano e ineficiencia en las ventas? Un dato revelador de la inmadurez del negocio es que mientras el IVA del libro de papel se mantiene en España en el 4%, en el electrónico sube al 16%, ya que no tiene consideración de objeto cultural. [Actualización a 18 de diciembre: El IVA del libro electrónico se reducirá del 16% al 4%]

Una industria en busca de modelo

Una industria en busca de modelo

La pauta más recurrente en la historia del libro electrónico es el fracaso. Desde que a principios de los años setenta del siglo pasado comenzaran a desarrollarse diferentes iniciativas para digitalizar publicaciones, la mayoría de las propuestas se han saldado con un estrepitoso fiasco. La falta de una tecnología adecuada, como la tinta electrónica, la insuficiencia de mercado y la ausencia de dispositivos optimizados han sido varios de los factores que han favorecido el divorcio entre los lectores y el soporte electrónico.

Sin embargo, en los últimos años los avances tecnológicos en dispositivos, soportes y mercados, con el éxito de tiendas de libros on line como Amazon, han invertido la viciada tendencia a la baja y todo indica que tal inversión es definitiva. Se estima que en dos años el 15% del negocio de las editoriales se hará a través del canal digital. Para 2019, se espera que los “e-books” o libros electrónicos superen en ventas al soporte tradicional en papel.

Se estima que en dos años el 15% del negocio de las editoriales se hará a través del canal digital

En España, la empresa Grammataes la única del mercado que cuenta con un aparato de lectura de libros electrónicos junto con una tienda de libros on line, un modelo que se sigue en la mayoría de los casos. El dispositivo Papyre 6 tuvo una cifra de ventas de 4.500 unidades en 2008, mientras que en 2009 prevé cerrar el año con más de 50.000 dispositivos vendidos, gracias a sus acuerdos de comercialización con grandes superficies y distribuidores. Es una muestra de los cambios ocurridos, aunque quizá demasiado despacio.

Bajo la sombra de Emule

En la actualidad, no está definido con claridad el modelo de negocio propuesto por la industria para este sector, aunque se espera que se parezca al desarrollado para la venta de música por parte de empresas como Apple, con su iTunes Music Storey su reproductor iPod. De todos modos, no hay certezas de que esa propuesta vaya a ser aceptada por el gran público.

Si bien experiencias exitosas como la tienda electrónica de libros de Amazon, apoyada en su dispositivo Kindle 2, pueden marcar el camino para las editoriales y las distribuidoras, lo cierto es que el precio estimado para los libros electrónicos genera un gran debate sectorial. Su coste similar al del libro de papel, sin ser un objeto físico, y en ocasiones sólo con licencias de uso más que con derechos de posesión, ya que tiene sistemas anticopia, puede hacer desistir de la compra a los primeros clientes.

En países como España, el libro electrónico no se consideraba un producto cultural hasta hace muy poco, como la versión en papel, con un IVA reducido del 4%

En países como España el libro electrónico ni siquiera tiene consideración de producto cultural, como su hermano de papel, con un IVA reducido del 4%. [Actualización a 18 de diciembre: El IVA del libro electrónico se reducirá del 16% al 4%] Los usuarios, en consecuencia, podrían buscar, algunos ya lo hacen, otras vías para acceder a los libros electrónicos, como la digitalización casera y la distribución libre en las redes P2P o su exposición a la lectura directa en sitios web. Es una experiencia por la que han pasado antes las industrias discográfica y cinematográfica, sumidas en severísimas crisis, y que el sector editorial no quiere repetir.

En Estados Unidos, donde el libro electrónico no implica pago de IVA, Amazon fija como precio estándar para la venta de títulos en inglés 9,99 dólares. Otras iniciativas podrían aceptar esta cifra, al igual que ha ocurrido con el precio de los canciones digitales vendidas a través de la tienda iTunes, que han marcado el rango de precio para otras plataformas.

Sin embargo, no hay motivo para que el mercado del libro sea igual que el de la música: no tiene tantos usuarios, es más elitista, aunque también tiene listas de libros más vendidos, y su consumo no es tan inmediato. Además, para contrarrestar las propuestas de Amazon, ha aparecido Google con suproyecto de digitalización masiva de libros, primero en Estados Unidos y después en Europa, para su venta on line.

Esta iniciativa ha generado mucha polémica a ambos lados del Atlántico y ha dado lugar a asociaciones como la Open Book Alliance, que pretenden frenarla por la vía legal al alegar riesgo de monopolio. Sin entrar en razones, lo cierto es que esta batalla contribuye a retrasar todavía más la madurez de un mercado que no termina de nacer y del que el usuario es el principal damnificado. Adquirir un lector de libros electrónicos puede resultar interesante, aunque conviene saber qué se podrá hacer con él y qué será imposible.

Ventajas e inconvenientes

Utilizar un lector de libros electrónicos, o e-reader, en lugar de un ordenador, tiene numerosas ventajas y puede ser una buena alternativa para múltiples formatos. En primer lugar, los libros electrónicos emplean una tecnología denominada E-Ink(tinta electrónica) que, a diferencia de otros sistemas de pantalla, como LCD o Plasma, no emite luz ni produce reflejos, lo que posibilita su uso a plena luz del día.

El peso del aparato es inferior a los 300 gramos, mientras que un ordenador portátil pesa como mínimo un kilogramo

El peso del dispositivo es inferior a los 300 g (según el modelo), mientras que un ordenador portátil pesa como mínimo un kilogramo. Además, mientras que la duración de la batería de un ordenador portátil oscila entre las tres y las cinco horas, un aparato de lectura electrónica visualiza entre 6.000 y 10.000 páginas sin que su batería se agote, es decir, funciona durante varias semanas.

Otro aspecto importante es su conectividad. Los modelos más básicos disponen de un puerto USB y una ranura de tarjetas de memoria, que permite conectarlo a un ordenador para almacenar archivos de texto. Los más avanzados disponen de conectividad inalámbrica wifi o mediante 3G, como en el caso del Kindle. El uso de la conectividad 3G está supeditada en exclusiva a una conexión a través de Internet con la tienda de Amazon, un aspecto que es un importante inconveniente.

También hay que ponderar ventajas de salud, ya que la lectura en pantalla de ordenador cansa la vista debido a la iluminación posterior, necesaria para mostrar la imagen, y a la velocidad de refresco. Este último detalle es imperceptible de forma consciente por el ojo humano, pero fuerza la vista y produce fatiga visual y picor de ojos después de un tiempo delante del monitor.

La tinta electrónica propicia una lectura cómoda e incluso más descansada que un libro tradicional

La tinta electrónica, en cambio, basa su funcionamiento en cargar eléctricamente partículas esféricas mediante una pequeña corriente. Ésta hace que varíe su tonalidad en función de la carga aplicada a cada esfera. Las partículas que no han recibido carga están apagadas y no muestran ningún color o tonalidad de gris. Por tanto, sólo consumen energía las partículas utilizadas para componer cada letra.

Esta tecnología posibilita que con una resolución estándar de 800 píxeles x 600 píxeles, la pantalla tenga unos 170 puntos por pulgada frente a los 150 puntos por pulgada de un libro impreso. Esto se traduce en una lectura cómoda e incluso más descansada que en un libro tradicional. Además, las personas con problemas de visión pueden aumentar el tamaño de letra para una lectura más cómoda.

Inconvenientes

A pesar de sus francas ventajas, la tinta electrónica adolece de cierta inmadurez, con problemas de lentitud en el momento de refrescar una página, ya que la velocidad de carga y descarga de las partículas es muy lenta comparada con la velocidad de refresco de una pantalla LCD. Por este motivo, esta tecnología es incapaz de soportar la reproducción de vídeo o mostrar imágenes fotográficas de calidad.

El acto de pasar página en la tinta electrónica es de momento un proceso bastante lento

La inversión de las empresas en innovación influirá en que esta capacidad se logre antes o después. Esta inversión está ligada en gran medida al desarrollo del mercado y al incremento del volumen de ventas tanto de aparatos como de libros electrónicos. El sistema se revela como un pez que se muerde la cola. Por el momento, las lecturas son algo deficientes, lo que no ayuda a aumentar las ventas. Leer ahora libros en un e-reader puede resultar más tedioso que hacerlo en papel.

Además, en España, aún quedan por resolver algunas cuestiones relacionadas con la digitalización y la venta de libros. En la actualidad, la compra de “e-books” tributa como una mercancía, dentro del apartados de bienes y prestación de servicios. Supone un recargo del 16% de IVA, frente al 4% de IVA reducido que se aplica a productos de primera necesidad, libros y periódicos de papel.

En Estados Unidos, a los libros electrónicos con carácter general (aunque depende de cada Estado) no se les aplica IVA. Esto sin duda pone en ventaja a las tiendas de venta de libros electrónicos situadas fuera de las fronteras de la Unión Europea, sobre todo de España, hasta que no se cambie la legislación. La única solución para proteger el producto europeo es vetar la compra al exterior, pero con el riesgo de que esto sólo fomente el intercambio no comercial en las redes P2P.

Compatibilidad de formatos

Un texto digitalizado se reproduce en diferentes formatos. El problema para los usuarios es que no todos los dispositivos de lectura de libros electrónicos abren todas las modalidades. Antes de adquirir un e-reader es recomendable asegurarse de que es compatible con los ficheros que se quieren reproducir o bien comprar en una tienda on line.

Antes de adquirir un e-reader es recomendable asegurarse de que es compatible con los ficheros que se quieren reproducir

El estándar oficial promovido por la industria editorial es el formato ePUB. Éste es también el formato elegido por Google para su biblioteca digital, lo que supone una ventaja para los dispositivos que permiten reproducirlo, al ser compatible con los millones de libros que incluye el proyecto del buscador. Entre los dispositivos que son compatibles con ePUB destacan el e-Reader de Sony, IRex Iliad, Hanlin V3, Inves-600 y Papyre 6.1.

Otros formatos para la reproducción de libros electrónicos son Mobipocket (también conocido como Mobi), TXT, PDF, JPG y HTML. Algunos dispositivos también reproducen archivos de Word en formato DOC. En cuanto a audio, el formato MP3 es el más utilizado para audiolibros, mientras que Kindle sólo dispone de audiolibros en Audible.

Diferentes aplicaciones, como Calibre, ayudan a los usuarios a gestionar sus librerías electrónicas y sirven como conversor entre formatos para posibilitar la reproducción de diferentes fuentes a un sistema compatible con el dispositivo del usuario.

Kindle: poco compatible

Kindle no es compatible con ePUB y los libros adquiridos a través de Amazon tienen un formato propio denominado “kindle” particular, exclusivo del dispositivo de Amazon. Estos libros se fabrican con sistemas anticopia para la gestión de derechos digitales, con lo que pueden tener restringida la grabación a otros dispositivos Kindle y reducen la libertad del usuario para reproducirlos donde quiera.

El pasado mes de julio, Amazon borró de forma unilateral el libro ‘1984’ de los dispositivos de los usuarios por conflictos legales

El pasado mes de julio, Amazon borró de forma unilateral el libro ‘1984’ de los dispositivos de los usuarios después de un litigio con la empresa editora. Debido a las presiones de los usuarios, prometió no volver a retirar libros después de su venta.

Un lector de libros electrónicos cuesta en el mercado unos 300 euros. No es barato para el gran público. Se estima que en los próximos años el precio se estabilizará en torno a los 100 euros y que será gratuito para los usuarios que se comprometan a comprar de forma habitual en una determinada plataforma de libros on line.

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