Comprar una cámara digital barata

Las máquinas más económicas cumplen su función, aunque tienen limitaciones en la impresión y calidad de las imágenes
Por Benyi Arregocés Carrere 31 de agosto de 2009
Img cheapcameras portada
Imagen: MY

Una cámara fotográfica digital compacta de 3,2 megapíxeles costaba hace cinco años unos 350 euros. Hoy se encuentran por cerca de 100 euros equipos con 10,3 megapíxeles. ¿Merece la pena comprar una máquina de este precio? Si se aceptan las limitaciones del aparato, puede ser una opción adecuada. Pero si se busca una calidad óptima de impresión en papel o se tienen pretensiones artísticas o profesionales, en general, es preferible optar por una gama alta.

Las cámaras digitales más baratas corresponden al segmento de las máquinas compactas. Entre ellas, los modelos más económicos carecen de zoom óptico, es decir, no disponen de un objetivo equipado con las lentes adecuadas para acercar la imagen y que ésta no muestre defectos. Tan sólo incorporan el denominado «zoom digital».

Mediante esta técnica, el acercamiento se simula a través de un programa informático y las fotografías quedan granuladas. La función se asemeja al zoom de los programas de edición, que amplían la imagen pero sacrifican su calidad.

Las cámaras compactas más económicas carecen de zoom óptico, que mejora la calidad de la imagen

Los equipos que incorporan un zoom óptico, para facilitar la toma de instantáneas a distinto nivel de proximidad, rondan los 100 euros. Por este precio se encuentran máquinas de hasta cuatro aumentos (4x), que en fotografía analógica equivale a una distancia focal cercana a los 35-108 milímetros.

Determinar la función

Antes de decidirse por una cámara económica, conviene analizar cuál será su uso. Si se desea tomar fotografías para compartirlas a través de Internet, en redes sociales, blogs y similares, las cámaras más baratas son suficientes para cumplir esta función. La definición de las pantallas de ordenador no requiere demasiada calidad.

Si se busca un equipo que sirva también para imprimir las fotografías más lucidas, el precio del producto entra en juego. En general, las cámaras más caras consiguen mejores resultados, sobre todo, cuando se imprimen instantáneas de gran tamaño. Esto no significa que los modelos más asequibles logren copias deficientes en papel. La imagen será aceptable en los formatos habituales de revelado, como el tamaño 10×15 centímetros.

Algunas cámaras baratas dan buenos resultados en la impresión de formatos tradicionales

Si el presupuesto es limitado, para lograr una compra acertada se debe prestar atención al objetivo de la cámara, un factor fundamental. El comprador no puede recurrir a ningún dato objetivo que compare los distintos modelos, por lo que conviene elegir entre la gama baja de las marcas tradicionales, que desde hace años han perfeccionado los objetivos.

Las cámaras más económicas carecen de otras características que se agradecen en los modelos compactos más caros o en las máquinas réflex digitales: el formato en bruto RAW, que no comprime el archivo de imagen y permite mayores posibilidades en la edición, a diferencia del JPEG elegido por defecto por las más cámaras económicas; y objetivos con un zoom mayor o la posibilidad de modificar parámetros de la cámara de manera manual, como la velocidad de obturación o el grado de apertura del diafragma.

Algunas ventajas de las compactas más caras

Las máquinas de perfil estrecho permiten realizar con comodidad fotos en desplazamientos

Otro factor en el que apenas influye el precio es el tamaño de la cámara. Algunas marcas se decantan por imitar el cuerpo de las antiguas compactas analógicas, mientras que otras tienden a crear modelos que se estilizan y simulan la apariencia de teléfonos móviles. Se puede seleccionar una cámara barata de perfil estrecho que permita realizar con comodidad fotos en desplazamientos. Algunos tamaños caben en espacios tan menudos como el bolsillo de un pantalón o de una chaqueta.

Por otro lado, estas máquinas disponen de programas predefinidos para obtener tomas mejores en ambientes predeterminados: por la noche, en movimiento, paisajes, etc. Algunas cámaras de este segmento incorporan tecnología propia de los modelos más caros, como el reconocimiento de rostros en las imágenes para enfocarlos de modo automático.

Megapíxeles

Con frecuencia, la resolución del sensor CCD, medida en megapíxeles, es el parámetro que más se destaca en la promoción de una cámara digital. Es un factor importante porque permite una mejor definición de la imagen en ampliaciones y una impresión con nitidez a un tamaño mayor.

Sin embargo, el volumen de este sensor en las cámaras compactas, que se dedica a captar la luz para registrar la imagen, es menor que en las máquinas réflex (entre tres y cuatro veces más pequeño). Por esta razón, las fotografías muestran distorsiones con más de seis megapíxeles. Cuando se utilice una cámara compacta pequeña es recomendable disparar con menos de tres megapíxeles si se quiere obtener una buena resolución. De lo contrario, la imagen puede verse afectada por causas como el temblor de las manos.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube