Blindarse ante el spam

Un poco de precaución y la ayuda de algún programa limitan el correo basura
Por EROSKI Consumer 20 de enero de 2005

Parece mentira que siendo el spam una práctica tan unánimemente aborrecida por la comunidad internauta, se emplee cada día más. En principio debiera ser contraproducente para quien lo emplea, pues genera un gran rechazo hacia las marcas o productos que así se anuncian. Lo que ocurre es que a las empresas sin escrúpulos les sale rentable enviar un millón de mensajes comerciales no solicitados a muy bajo coste y confiar en que al menos un destinatario ‘pique’. Y eso es lo que lamentable ocurre.

¿Por qué a mí?

Hay muchas formas de que una dirección de correo caiga en manos de un spammer. Básicamente, el internauta que pretenda mantener su buzón electrónico libre de basura deberá poner cuidado en qué hace con su dirección de email. La forma más habitual de capturar direcciones de email es emplear un robot que, de la misma forma en que los buscadores analizan los textos para indexar páginas web, localizan las direcciones de correo (basta buscar una @ seguida de un dominio, como hotmail.com). Las direcciones también se consiguen rastreando los foros, grupos de noticias, mensajes en cadena o, de forma abiertamente ilegal, mediante la compra-venta de CDs con bases de datos de usuarios y empresas (la oferta de CDs con miles de direcciones de email es correo spam habitual).

Combatir el spam

Por eso es conveniente tomar una serie de precauciones para conservar la dirección lo menos contaminada posible. Para empezar, hay que manejarla con el mismo celo que un número de teléfono, que no daríamos a cualquiera. Y además:

  • Al registrarse en sitios web o a boletines electrónicos hay que saber qué van a hacer exactamente con los datos personales. En algunos casos, el registro suscribe por defecto a una serie de boletines comerciales o se acepta que el email se ceda a los negocios asociados.
  • Colocar la dirección de correo electrónico habitual en chats, foros o grupos de discusión casi garantiza que termine en manos extrañas.
  • Ofrecer el email en una página web tiene sus riesgos (será capturada por los robots de los spammers), por lo que si es necesario darlo se puede tratar de engañar a los buscadores escribiendo la dirección de forma ininteligible para las máquinas (como ‘minombre at yahoo.com’ en lugar de minombre@yahoo.com). O emplear formularios como medio de contacto.
  • No reenviar los mensajes en cadena -ni en general reenviar cualquier mensaje de forma indiscriminada-, muchos de los cuales son trampas para capturar direcciones. Algunos son incluso directamente perjudiciales, como las falsas alarmas de virus que apremian a eliminar un archivo presente en la computadora que luego resulta ser vital para el sistema. En especial, jamás abrir o reenviar mensajes con documentos adjuntos provenientes de desconocidos.
  • A la hora de enviar mensajes a un grupo usuarios conviene colocar las direcciones en la ‘copia oculta’, pues de lo contrario cedemos el email de terceros sin su consentimiento, y nunca se sabe en las manos en que puede caer.
  • En caso de recibir spam – Identificar el spam suele ser sencillo: hay que desconfiar de los remitentes desconocidos y en particular de los asuntos llamativos, los mensajes apremiantes y las ofertas irresistibles.

    – No se debe abrir ni mucho menos responder porque indica que la cuenta está activa, con lo que sólo se consigue que el spam se multiplique.

    – Si además de abrirlo pinchamos en alguna imagen o enlace corremos el riesgo de caer un fraude de phishing, una página web falsa creada para robar datos personales.

    – Se puede ayudar a combatir el spam informando al proveedor de correo de la naturaleza del mensaje. Prácticamente todos los correos-web disponen de un botón para indicar que el mensaje «es spam«.

    La dirección buena y la otra

    Para participar en foros, suscribirse a determinados boletines o publicar la dirección en cualquier sitio público es interesante contar con una cuenta de email alternativa; a fin de cuentas los correos-web (los que se consultan a través de una página web) son gratuitos y se pueden crear decenas de direcciones. Así, al menos, podremos mantener la dirección ‘buena’ libre de spam, pues sólo será del conocimiento de personas de confianza.

    Con un poco de ayuda… de los programas

    Por mucho empeño que ponga el usuario en mimar su dirección de correo, no está garantizado que el buzón no termine inundado de basura, pues no depende sólo de él: cualquier destinatario ‘amigo’ puede reenviar el mensaje y éste acabar rebotando hasta un spammer. Por eso, tras la precaución, podemos echar mano de los filtros de los gestores de correo o de programas especializados.

    • Filtros. La forma más básica de filtrar el spam consiste en bloquear los remitentes de mensajes no deseados, algo que se puede completar con bases de datos públicas de ‘sospechosos habituales’. Pero tanto los programas de correo como los correos-web suelen contar con opciones avanzadas que cada usuario puede personalizar, estableciendo reglas para filtrar el spam por el ‘asunto’, el contenido, etc.
    • Programas específicos. Existen en el mercado programas que se integran en los gestores de correo para detectar y eliminar el spam. Éstos contienen filtros por defecto (listas negras de remitentes, asuntos sospechosos, palabras clave…) que el usuario puede adaptar a sus necesidades. Los más radicales y efectivos crean una lista de remitentes autorizados por el usuario; el que no esté en la lista recibirá como respuesta un enlace para verificar su identidad y asegurar que no se trata de una máquina ‘espameadora’ (la inmensa mayoría del spam es enviado a través de programas de bombardeo masivo).

    Educar a los programas

    Utilizar programas anti-spam requiere un tiempo para adaptarlos a cada usuario. Normalmente cuanto mayor porcentaje de spam consiguen filtrar, más posibilidades hay de que algún mensaje lícito acabe en la carpeta de la basura, con lo que al final el remedio es peor que la enfermedad. En general, en un principio es conveniente bajar la barrera de protección para asegurarse que el correo amigo no se tacha de spam, e ir subiéndola para erradicar los mensajes indeseados según criterios propios (en función de la cantidad y el tipo de spam recibido).

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