Freenet, la libertad primero

A pesar de las críticas, Freenet es un monumento a la libertad de expresión; una red anónima y sin censura al alcance de todos
Por Darío Pescador Albiach 15 de mayo de 2006

¿Puede haber algo más libre y descentralizado que Internet? Parece que sí. Existe una red donde la censura es matemáticamente imposible. Si un gobierno represor controla los contenidos en la web y el correo electrónico, vigila a los usuarios y censura los mensajes instantáneos, Freenet ofrece una alternativa.

Freenetes una red P2P descentralizada a prueba de censura. Su finalidad no es tanto compartir información como servir de almacén de datos anónimo. No es posible saber de dónde proviene un archivo ni dónde se encuentra localizado. Si detrás del archivo no hay una persona ni un ordenador, no hay forma de perseguir a nadie.

La información en Freenet está distribuida, lo que la protege de ataques. La red utiliza el espacio de disco y las conexiones de todos los usuarios conectados a ella como si formaran un único y enorme disco duro. Y lo más importante, los archivos están cifrados y repartidos en fragmentos por toda la red.

Una vez publicado un archivo en Freenet, es imposible borrarlo. El usuario de Freenet no sabe qué información se guarda en su disco. Si la policía de un supuesto estado totalitario confiscara su ordenador, sólo encontraría fragmentos cifrados. Porque esa es la principal idea detrás de Freenet: ofrecer un refugio a la libertad de expresión, combatir la censura y permitir que las personas se puedan comunicar protegidas por un total anonimato.

Historia de Freenet

Detrás de Freenet está Ian Clarke, un irlandés de apenas 29 años. Su proyecto de fin de carrera en la Universidad de Edimburgo en 1999 fue un «sistema distribuido y descentralizado de almacenamiento y recuperación de información». Clarke liberó su proyecto como software libre, y junto con otros desarrolladores de varios países creó Freenet en 2000.

Freenet utiliza el espacio de disco y las conexiones de todos los usuarios conectados a ella como si formaran un único y enorme disco duro

Ian Clarke enfatizó el uso de su red como una solución para que los ciudadanos de regímenes totalitarios donde se restringe la libertad de expresión pudieran comunicarse sin censura. De hecho, uno de los grupos más activos es Freenet-China, que ha traducido el programa al chino y lo distribuye en CD.

No obstante, las apariciones de Freenet en la prensa tienen que ver con su uso para la transmisión de obras protegidas por Copyright. El propio Clarke ha declarado públicamente su oposición a la regulación actual de los derechos de copia.

A pesar del tiempo transcurrido, Freenet está todavía en fase de pruebas, ya que no ha llegado a la versión 1.0. La última encarnación del proyecto es la versión 0.7, que incluye mejoras en la seguridad, y que entra dentro de la definición de ‘darknet’ (red oscura).

‘Darknets’, redes privadas

Las redes oscuras son redes privadas de ordenadores que se conectan sólo con otros usuarios de confianza, donde sólo se puede entrar por invitación, y que son invisibles desde Internet. La nueva versión de Freenet permite a los usuarios decidir con quiénes se conectan directamente, convirtiéndola en una ‘darknet’. Pero al contrario de lo que sucede con otras redes de este tipo (normalmente limitadas a unos pocos internautas), Freenet puede ampliarse indefinidamente.

Freenet permite a los usuarios decidir con quiénes se conectan directamente

En un informe publicado por cuatro empleados de Microsoft, ‘The Darknet and the Future of Content Distribution’ (‘La red oscura y el futuro de la distribución de contenidos’), los autores hablaban del peligro para la protección del Copyright que suponen dichas redes oscuras, pues según ellos podrían acabar siendo el refugio de los internautas que intercambian música y vídeos actualmente en redes P2P como Emule o BitTorrent, en el caso de que éstas fueran clausuradas. Además, en dichas redes sería fácil intercambiar claves para descifrar sistemas anticopia (DRM) sin peligro de ser detectados.

Las primeras versiones del reporductor iTunes permitían a sus usuarios conectarse a una IP remota de una subred y desde la misma compartir su música con otros usuarios, al estilo de una red oscura. Las nuevas versiones ya no funcionan del mismo modo, sin embargo la subred sigue existiendo y hay programas como ourTunes (‘Nuestro Tunes’) que permiten al usuario conectarse a ella y compartir las canciones que tiene alojadas en iTunes.

Cómo funciona Freenet

Instalar Freenet es tan sencillo como descargar el programa de la página del Proyecto Freenet y ejecutarlo. Hay versiones para Windows y Linux. La primera vez que se ejecuta se reserva una parte del disco duro para que sirva como almacén para archivos de la red. Una vez instalado, el ordenador se convierte en un nodo más de Freenet.

Las apariciones de Freenet en la prensa tienen que ver con su uso para la transmisión de obras protegidas por Copyright

Freenet no dispone de interfaz, ni de sistema de búsqueda. Se ejecuta en un segundo plano, y toda la información se localiza a través de páginas web libres, o ‘freesites’. Para empezar, se abre la página de la pasarela, en la dirección ‘http://127.0.0.1:8888/’.

Navegar por Freenet es igual que hacerlo por la web. Las páginas son muy sencillas, con apenas imágenes, y al principio resulta algo lento. Todas las direcciones están cifradas con una clave y su contenido sólo es visible para los usuarios de Freenet. Nadie sabe qué páginas se están viendo.

A pesar de que no hay sistema de búsqueda propio, se pueden encontrar páginas con buscadores y directorios de contenidos, como The Freedom Engine. Cuando un usuario quiere publicar una página en Freenet dispone de herramientas como Fiwiz(Freesite Insertion Wizard) que facilitan la tarea.

Freenet, territorio oscuro

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Las críticas a Freenet provienen precisamente de sus virtudes. La red es resistente a la censura y anónima. Un santuario, dicen los críticos, para la pornografía infantil y los terroristas. Sus defensores insisten en que sólo desde el anonimato es posible la auténtica libertad de expresión, que los usos negativos son inevitables y que los positivos los compensan.

Otras críticas son de orden técnico, que insisten en que Freenet es una buena aplicación si se busca el anonimato, pero que presenta fallos como la falta de herramientas de búsqueda adecuadas, la velocidad de transmisión o la imposibilidad de eliminar archivos.

Un análisis de los contenidos de Freenet del año de su creación (2000) mostraba que un 37% era texto, sobre todo relacionado con drogas, 21% audio, sobre todo rock, y el 14% eran imágenes, la mayoría pornográficas.

En estos años, más de dos millones de personas han descargado el programa y el ancho de banda medio ha aumentado drásticamente. Probablemente ahora haya más música y vídeo, aunque la propia concepción de la red hace difícil el análisis.

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