Entrevista

Jorge Maícas, ingeniero de telecomunicaciones y colaborador del ICEX en Angola

La conexión a Internet más barata en Luanda es de un 'mega' por 350 dólares al mes
Por Jordi Sabaté 27 de marzo de 2008
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Imagen: Jorge Maícas

Cuando Jorge Maícas llegó a Luanda (capital de Angola) en octubre de 2006 para cubrir una beca como técnico del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), poco o nada sabía sobre la ex colonia portuguesa. Con el tiempo se fue familiarizando con la realidad del país y con su paisaje, tan vital como desolador. Maícas fue plasmando sus reflexiones sobre Angola en el blog ‘Quién me mandaba a mí‘, desde el que desveló tanto la precariedad del país como su enorme potencial. También desde el blog dio voz a las denuncias sobre la falta de seguridad que sufren los becarios del ICEX en los países llamados ‘no seguros’. Ahora, de regreso a España, Maícas trabaja para una empresa de inteligencia aplicada al desarrollo empresarial, pero sin olvidar un país que le fascinó por sus grandes contradicciones.

¿La red de Internet en Angola es buena?

Decididamente no. Aunque hay que tener en cuenta que el país estuvo inmerso en una guerra civil hasta el año 2002. Un conflicto interno que sucedió con apenas unos años de descanso en los 70 a la guerra de independencia con Portugal que comenzó en 1961. En total, casi 40 años de guerra.

En ese contexto, el mantenimiento o desarrollo de una red telefónica (que en países como España ha sido la precursora y facilitadora de la banda ancha por el aprovechamiento que hace de ella el ADSL) ha sido imposible. Sólo a partir de 2003 o 2004, cuando las empresas vislumbraron que la paz tenía muchas posibilidades asentarse, éstas se animaron a invertir en infraestructuras.

“Con la fibra óptica los precios bajaron de unos 2000 dólares mensuales por un ADSL de 256 Kbps a unos 150 dólares”

Primero fueron las estatales, que intentaron aprovechar la red de telefonía. Más tarde una empresa de cable tendió fibra óptica por la capital, Luanda, y abarató considerablemente los precios (que bajaron de unos 2000 dólares mensuales por una conexión de 256 Kbps [Kilobits por segundo] a unos 150 dólares), aunque luego volvieron a subir un poco. Lo más barato que se podía contratar hace seis meses era 1 “mega” [Megabits por segundo] por 350 dólares al mes.

No obstante, la calidad de las conexiones internas no es el principal problema de Angola en materia de comunicaciones. Cuando llegué allí me sorprendió que todas las casas y edificios tuvieran varias antenas parabólicas. La mayoría eran enormes, de entre dos y tres metros de diámetro, y aparentaban tener ya varios años. También encontré algunas más pequeñas pero, en conjunto, su gran proliferación daba una muestra exacta de que la televisión, desde hacía tiempo, había llegado a través del satélite a los hogares angoleños.

“En la actualidad, la única forma de salir a Internet desde Angola es vía satélite”

Y el modelo de la televisión se adoptó también para Internet: en la actualidad, la única forma de salir a Internet desde Angola es vía satélite. Debido a esto, la congestión es tremenda y el uso de aplicaciones tipo Emule, que utilizan muchas conexiones, es imposible. Además, como los recursos de los satélites son muy limitados, el problema se incrementa con cada nuevo usuario.

Una vez visto el problema, Angola ha tomado medidas para solucionar el cuello de botella de su salida al exterior. Firmó un contrato con la multinacional sueca Ericsson, que se va a encargar de conectar toda la costa angoleña con el mundo a través de un cable submarino. Se espera que el trabajo termine a mediados de este año.

¿Qué tipo de conexión predomina ahora? ¿ADSL, simplemente módem, o bien cable?

Conviven las tres. No obstante hay una diferencia sustancial entre unas y otras. Módem y ADSL dependen de la red de telefonía fija, y eso suele ser sinónimo de problemas debido al mal estado del cableado, que ha sufrido el paso del tiempo sin un mantenimiento periódico. En cambio el cable disfruta de una red de fibra prácticamente nueva.

Sin embargo, cualquiera de las tres se encuentra a merced de los continuos cortes de energía eléctrica, que son otro de los graves problemas que sufre el país. Durante el verano angoleño, debido a que todas las personas utilizan el aire acondicionado, el abastecimiento energético no alcanza para satisfacer las necesidades de Luanda (la situación en el resto del país es peor todavía).

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La empresa nacional de energía suele realizar cortes diarios de unas ocho horas y esto, unido a las continuas averías en el tendido (una vez más provocadas por la falta de mantenimiento y por habituales picos de tensión), hacen que la conexión a Internet se pueda ver interrumpida si no se dispone de un generador de gasolina propio.

La opción más segura, aunque también la más cara, es salir vía satélite de forma independiente al resto de Angola. Así se evita el cuello de botella común y las posibles caídas globales. Se cuenta con varias empresas ya, entre ellas una española, que mediante una conexión vía satélite permiten al usuario final enlazar con el mundo exterior al margen de los habituales imprevistos del país.

¿Cómo se conectan quienes no disponen de una casa con toma de red al uso?

Hace menos de un año las dos empresas de telefonía móvil del país comenzaron a vender conexión a Internet vía teléfono móvil. Y hasta donde yo sé es un método que ha tenido una gran acogida, ya que permite la independencia del sistema eléctrico y para conexiones esporádicas resulta mucho más barato que una conexión fija.

¿Es alta la proporción de ordenadores por habitante en este país?

“Los ordenadores no están todavía al alcance (económico) de la mayoría de la población”

No. Entre el 50% y el 70% de la población angoleña está por debajo del umbral mínimo de la pobreza. Es decir, viven con menos de un euro al día. Esto contrasta con la enorme cantidad de dinero que maneja el país, que produce cerca de dos millones de barriles de petróleo y que tiene las mayores minas de diamantes del mundo. También hay algunos cibercafés, aunque muy pocos. Pero las clases adineradas sí tienen ordenadores; el funcionariado, las universidades, las empresas extranjeras y las grandes empresas nacionales trabajan con ellos. A pesar de ello, los ordenadores no están todavía al alcance (económico) de la mayoría de la población.

¿Qué me dice de los móviles, son 3G o versiones más antiguas?

“Hay personas que presumen de tener un móvil de 700 euros (con GPS, cámara, 3G), mientras su familia no tiene qué comer”

En Angola, como en muchos otros países subdesarrollados, se da un fenómeno curioso. Las personas viven de las puertas de su casa hacia fuera. Es decir, intentan vestir de manera impecable, bien peinadas, etc., aunque en su casa no dispongan de baldosas en el suelo, puertas en los marcos, agua en los grifos, cristales en las ventanas o, incluso, comida en la despensa. Una realidad que se extiende también al terreno de los móviles. Todo el mundo tiene un móvil y casi todos tienen el móvil más caro que se pueden permitir. Hay quienes presumen de un móvil de 700 euros (con GPS, cámara, 3G), mientras su familia no tiene qué comer. Sin embargo, este aprecio por los móviles no es sinónimo de un aprecio por la tecnología, sino por su aspecto exterior.

Se podría hablar de otros dispositivos tecnológicos además de móviles y ordenadores?

“Muchos jóvenes saben pinchar discos, hacer mezclas y distinguir un buen equipo de audio”

Ahora me viene a la mente el equipo de música para el coche. Equipados con toda clase de etapas de potencia, amplificadores y grandes altavoces, los angoleños pueden montar una fiesta en cualquier sitio donde lleven su coche. Les encanta la música a todo volumen, muchos jóvenes saben pinchar discos, hacer mezclas y distinguir un buen equipo de audio.

Aparte de eso, toda la población tiene un televisor y está enganchada a las telenovelas portuguesas o brasileñas (en Angola se habla portugués).

¿Se conciben las nuevas tecnologías en el Tercer Mundo con el mismo furor que se hace en los países más desarrollados?

Yo creo que la visión que tiene el Primer Mundo de las nuevas tecnologías no es de furor. Hay una pequeña parte de la población que sí siente una gran atracción por cada nuevo invento que sale al mercado, por las nuevas características que trae y por cómo funciona, pero en general va por detrás de estas personas.

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La gente va siguiendo lo que le dice el mercado. Tienen una cámara fotográfica digital, un móvil, TDT y un televisor de plasma. Pero no porque adoren las nuevas tecnologías. Sienten por ellas el mismo aprecio que por una falda nueva, un partido de fútbol o su sofá preferido.

Por eso, la comparación entre la penetración de las nuevas tecnologías entre un país desarrollado y otro subdesarrollado (Angola tiene una esperanza de vida media de 41 años y una tasa de mortalidad infantil del 28%) es la comparación entre los mercados en un país y en otro.

Y el mercado ahora mismo es global. Desde el punto de vista del consumidor medio se puede conseguir lo mismo en Angola que en España. Otra cuestión es que en Angola sea más caro, pero una familia donde trabajen sus dos integrantes podrá tener los mismos aparatos en Angola que en España.

Eso sí, en Angola un ‘geek’ [fanático de la tecnología] no tiene oportunidad de serlo. No podrá dar satisfacción a su furor por las nuevas tecnologías, las ultimísimas; no pertenecen al mercado global, sólo al del Primer Mundo.

¿Qué empresas tecnológicas están establecidas allí?

“Módem y ADSL dependen de la red de telefonía fija, y eso suele ser sinónimo de problemas debido al mal estado del cableado”

Aparte de las estatales, se han ido estableciendo varias empresas. Ya he mencionado la empresa portuguesa que da servicios de cable y la empresa española que da servicios de Internet vía satélite. Los trámites administrativos para crear una empresa en Angola han sido tradicionalmente lentísimos. El Gobierno está intentando ahora cambiar la situación con un sistema más definido para ayudar al inversor extranjero. Además, los márgenes de beneficios una vez establecida la empresa suelen ser muy grandes y la mayoría de los mercados están sin explotar. En mi opinión Angola es una gran desconocida para el mundo.

Está llena de posibilidades y de dificultades. La vida allí no es fácil y el inversor extranjero, acostumbrado a las facilidades del Primer Mundo, no suele tener, en primera instancia, la impresión de que el país sea el sitio ideal para invertir su dinero.

¿Cree que una apuesta tecnológica fuerte a nivel popular ayudaría a la gente a mejorar su nivel de vida, de alfabetización y de salud, o hay otras prioridades?

Angola es un país endémico de malaria, cólera, oncocercosis, enfermedad del sueño y polio. Se ha registrado entre un 5% y un 10% de SIDA y los curanderos gozan de mejor estatus social que los médicos.

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Su red de tren es inexistente (no más de 100 km en uso) y la de carreteras está todavía por construir: un viaje por ‘carretera’ de 600 km entre la capital y Huambo, la segunda ciudad más importante, puede llegar a durar 16 horas. La mayor parte del país no tiene un suministro eléctrico constante y tampoco agua corriente. Su territorio está plagado de minas antipersona (hasta nueve millones enterradas durante 40 años). Desde luego hay muchas cosas por hacer. Lo más importante en estos momentos es reducir las tasas de mortalidad, hacer llegar vacunas a toda la población e incentivar la educación. Pero todo ello es imposible sin unas buenas infraestructuras. La apuesta tecnológica no tiene por qué ser excluida de la mejora de este cuadro desolador.

Desde su propia experiencia a pie de calle, ¿qué oportunidades de triunfo le concede a un proyecto como el OLPC (One Laptop Per Children) que impulsa Nicholas Negroponte?

Mientras Internet no llegue a todo el país pocas o ninguna. En mi opinión los ordenadores pueden ayudar al desarrollo de una persona en tanto en cuanto le conectan con otras. Si únicamente les llevamos ordenadores y no les damos la oportunidad de comunicarse a través de ellos con cualquier idea o persona del mundo, no aprovecharán la enorme baza que de verdad aportan en materia educativa y de desarrollo las nuevas tecnologías.

¿Existen ONG en Angola que se dediquen a aminorar la brecha digital con el Primer Mundo?

“En cuanto puedan disfrutar de la tecnología a su alcance, como su población es tan joven, no tendrán problema en ponerse al día”
Para mí la brecha digital no se dibuja entre continentes sino entre generaciones. Y en eso, aunque suene contradictorio o incluso macabro decirlo, África tiene ventaja porque la esperanza de vida de sus habitantes es la mitad que la del mundo desarrollado. Por eso, en cuanto dispongan de la tecnología a su alcance, como su población es tan joven, no tendrán problema en ponerse al día. No conozco ninguna ONG que se esté dedicando en este momento a ello en Angola. Creo que ahora mismo las prioridades son otras, y más teniendo en cuenta lo que he dicho.

¿Cree que las nuevas tecnologías podrían llegar a poner a África en el mapa del desarrollo mundial?

“El intercambio cultural que traería Internet consigo podría reducir las distancias mejor que muchas otras estrategias “

Creo que el intercambio cultural que traería Internet consigo podría reducir las distancias mejor que muchas otras estrategias. No obstante, como ya he comentado antes, para que todos tengan acceso a Internet y a un ordenador con el que comunicarse con el resto de la humanidad todavía queda un largo camino por recorrer en África. Ahora bien, en el momento en el que esa situación se dé, Internet y las tecnologías asociadas a la información se aliarán con el sistema educativo de cada país para dar pasos de gigante hacia la igualdad de oportunidades con el resto del mundo.

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