Entrevista

Hernán Casciari, bloguero, periodista y escritor

El blog es más fácil y rápido que el papel, pero casi nunca mejor
Por Jordi Sabaté 25 de septiembre de 2008
Img casciari portada

Hernán Casciari es un escritor, periodista y bloguero que reside en Barcelona desde 2000, cuando abandonó su Argentina natal dejando tras de sí un empleo como jefe de redacción de la revista La Ventana y varios premios en certámenes literarios. Desde entonces ha combinado en su carrera el blog (Weblog de una mujer gorda, Orsai, Espoiler) y la novela («Más respeto que soy tu madre», «España perdiste») creándose un gran número de seguidores y admiradores que han visto en sus entradas y cuentos cortos crónicas y opiniones sobre la vida digital, el exilio español de los argentinos o las series de televisión. Según sus seguidores, Casciari derrocha ironía y mordacidad, acercándose a la realidad desde una perspectiva muy personal y sorprendente.

¿Qué hacía antes de dedicarse a los blogs?

Soy periodista desde los trece años. Mi primer trabajo, cubrir las ligas juveniles de baloncesto para el diario del pueblo. Llegué a tiempo para ver los últimos años del linotipista, el tipógrafo y el estereotipista, los que componían a mano cada página del periódico antes de la llegada de los primeros software PageMaker, los primeros escáneres de mano, los ordenadores y las cámaras digitales. Los de mi generación tenemos el privilegio de haber vivido esa transición. La tecnología llegó lenta, mágicamente a las redacciones.

El escritor tiene una sensación de paz especial cuando ve una de sus obras publicadas en papel, como de fin de una larga batalla. En cambio, en el mundo digital podría decirse que para publicar una obra basta con darle al botón de “post” del servicio de blogs que uno usa. ¿Se siente la misma paz cuando se pulsa dicho botón?

“La forma en que un texto llega a los ojos de mi lector no es un tema que me produzca sensaciones”
Tanto antes (en la era analógica) como ahora (en la digital), la paz me llega cuando escucho que alguien ha disfrutado con lo que escribí, cuando recibo devoluciones gratas, cuando la emoción del otro, o el divertimento del otro, justifican mi trabajo. La forma en que un texto llega a los ojos de mi lector no es un tema que me produzca sensaciones. Ni buenas ni malas.

¿Hay que editar mucho antes de darle al botón para que no se resienta la calidad?

Si hablamos de textos en línea, hay que cuidar sobre todo tres flancos: el argumental (creatividad y corrección), el estético (navegabilidad y simpleza gráfica) y el “anfitrionazgo” (hacer sentirse cómodo al visitante, al usuario).

Los blogs son el fenómeno más polémico de la década entre aquellos que se dedican a las artes de la escritura: unos dicen que son periodismo, otros que pura egolatría, algunos que una expresión artística y muchos que un ejercicio de exhibicionismo…

“Un blog es un cuaderno inteligente, pero sin una mano que escriba en él, no es nada”
A estas alturas debería quedar claro que un blog es una herramienta de trabajo. Nadie discute sobre si una máquina de fotos es periodismo, egolatría o exhibicionismo. Es una herramienta para sacar fotos, y punto. Un blog es una herramienta para publicar contenidos que usa todo el mundo: el periodista, el ególatra y el exhibicionista. Un blog es un cuaderno inteligente, pero sin una mano que escriba en él, no es nada.

¿Qué tiene el blog que no tenga el papel?

“La tecnología llegó lenta, mágicamente a las redacciones de los periódicos”
Podemos hacer otras preguntas similares: ¿Qué tiene el microondas que no tenga el horno; qué tiene la masturbación que no tenga el coito? Las respuestas son la misma: es más rápido, es más fácil, casi nunca es mejor.

¿Están los escritores del futuro inmediato refugiados en los blogs?

Sí, los futuros escritores están escribiendo un blog; y también los futuros fotógrafos, los futuros chef de cocina, los futuros comediantes, los futuros mediocres, los futuros cirujanos…

Pero los escritores, ¿cuando alcancen el éxito se pasarán al papel?

“Los autores usamos siempre 27 letras y un teclado”
Yo creo que no se trata de opciones diferenciadas. No es una cosa o la otra. Yo ya he publicado varios libros, y publicaré muchos más si el tiempo y las ganas me lo permiten, pero no tengo previsto dejar de escribir “online”. Y tampoco tuve la sensación de estar “pasándome” a papel. Los textos, las historias, son adaptables a diversos formatos. Los autores usamos siempre 27 letras y un teclado.

¿Es diferente una novela escrita “online” a una pensada para ir sobre papel?

Si uno quiere utilizar todas las herramientas que ofrece la tecnología, es necesariamente distinto. En el papel sólo es posible explicar la trama con palabras. En el tapete digital hay muchas otras opciones: la fotografía, el video, la navegación [el hipertexto].

¿Encara sus obras de modo diferente según a qué soporte estén destinadas?

“Caperucita rosa” debe contarse diferente para cine que para teatro. Para papel que para pantalla. Incluso debe contarse distinto si tu auditorio son niños o adolescentes. Siempre el contexto, el mecanismo de difusión, los recursos y las posibilidades cambian la perspectiva del autor. No sólo con la llegada de Internet: siempre ha sido así.

¿Habrá algún día un premio Nobel que haya escrito exclusivamente “online”?

“No creo que a la Fundación Nobel le importe el método de escritura de un autor a la hora de entregar su premio”
No creo que a la Fundación Nobel le importe el método de escritura de un autor a la hora de entregar su premio. Hemingway escribía de pie, y con un solo dedo en la máquina. No le dieron por eso el Nobel, sino por sus historias. ¿Si habrá algún Nobel que haya escrito en línea, o disfrazado de mujer, o sólo con tinta verde? Sí es posible que los haya. A quién le importa.

¿El éxito comercial de los lectores electrónicos, como el Kindle de Amazon, favorecería una mayor difusión de la literatura “online”?

No, favorecería sobre todo la difusión de la literatura analógica.

¿Cree que el bloguero profesional corre el riesgo de perder la frescura?

“Las palabras ‘bloguero profesional’ no me parecen correctas: no existe tal cosa”
Todo profesional que deja de tener pasión corre ese riesgo. Y las palabras “bloguero profesional” no me parecen correctas: no existe tal cosa, como tampoco existe “twitero profesional” ni “utilizador de bolígrafo profesional”.

¿Dejará de usar el P2P el día en que las productoras tengan un servicio de descarga libre y gratuita de sus series favoritas?

Usaré siempre la opción más veloz y de mejor calidad.

¿Cree que el acto de usar programas como eMule encarna cierto romanticismo?

“Yo no descargo contenidos porque sea gratis, sino porque la opción tradicional está corrupta”
No, yo creo que es vital. No hay otro modo de acceder a la cultura. Yo no descargo contenidos porque sea gratis, descargo contenidos porque la opción tradicional está corrupta y me ofrece esos contenidos cortados, doblados, fragmentados y en horarios imposibles. No soy romántico: soy perfeccionista.

En algunas entradas de sus blogs ha hecho apología del subtitulado de las series extranjeras, ¿considera que esta tarea es un arte?

Es una necesidad. Ver obras de arte con un sonido ajeno me parece estúpido.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube