Cómo evitar que el roaming nos dé disgustos en vacaciones

Consejos para gestionar el acceso a Internet desde el móvil en el extranjero
Por Jordi Sabaté 8 de julio de 2014
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Imagen: Steve Jurvetson

Aunque en la Unión Europea tiene fecha de caducidad, si no se dan más retrasos en el verano de 2015, hoy en día el roaming de datos sigue siendo un gran inconveniente para usar las nuevas tecnologías durante las vacaciones y, por lo tanto, para el desarrollo de múltiples negocios relacionados con el turismo. En la actualidad, utilizar el smartphone en el extranjero para buscar información de museos, acceder a los mapas para encontrar el hotel o leer las recomendaciones de restaurantes de otros usuarios, todavía sale bastante caro. Conviene, por tanto, emplear una serie de estrategias, antes y durante el viaje, para evitar facturas dolorosas después.

Si bien sigue siendo una molestia, el roaming en Europa es ahora mucho más contenido que antaño, gracias a las medidas adoptadas por la Comisión Europea (CE) para evitar abusos por parte de las operadoras.

Por un lado, los precios de las llamadas, mejor si son cortas, se equiparan bastante a los que hay dentro de cada país, de modo que en este apartado los sobrecargos por itinerancia son pocos.

Los precios de las llamadas se equiparan bastante a los que hay dentro de cada país

Pero no ocurre lo mismo en el llamado «roaming de datos», que atañe al acceso a Internet desde el smartphone. Sigue siendo penalizado en el extranjero, incluso contratando una tarifa de roaming. Antes se ofrecía un megabyte por 50 céntimos de euro, si bien ahora la CE ha limitado la denominada Eurotarifa a 20 céntimos por megabyte (+ IVA), lo cual puede ser ventajoso para consultas esporádicas. Pero si se nos va la mano, podemos lamentarlo, porque un servicio que consuma 300 «megas», como puede ser ver un vídeo más o menos largo de YouTube, supondrá un gasto de 60 euros sin contar el IVA.

Ahora bien, por ley -gracias a la Comisión Europea- el gasto máximo que podemos tener en roaming al mes es de 50 euros, a no ser que indiquemos lo contrario o contratemos alguna tarifa especial. Además, la operadora está obligada a avisarnos en cuanto estemos al 80% de ese gasto, por si desconocíamos que estábamos en tal situación.

Cuidado en las zonas de frontera

Las condiciones impuestas por la Comisión Europea solo afectan a países miembros

La primera estrategia para evitar facturas desorbitadas sería no olvidar que las modificaciones impuestas por la Comisión Europea solo afectan al entorno de la Unión Europea (UE), pero no en terceros países. Allí, si bien las condiciones del roaming deberán ser confirmadas mediante un SMS, puede que no estén del todo claras y sean en exceso gravosas. Esto puede dar lugar a disgustos, si nos encontramos en un país de la UE colindante con otro que no lo es.

Dos ejemplos. Si estamos en Grecia o Bulgaria, pero en la frontera con Turquía, puede que en algún momento captemos una antena turca y por tanto pasemos a trabajar con un operador de ese país; si estamos usando roaming de datos despreocupadamente, podemos lamentarlo. Lo mismo puede ocurrir si estamos en Cádiz y captamos una antena de Marruecos.

Así que cuando se esté cerca de una frontera, lo mejor es vigilar el operador al que se conecta nuestro móvil, un dato que siempre se nos comunica en la parte superior de la pantalla del teléfono.

Contratar un operador móvil global o un prepago local

Puede ser una buena idea comprar una tarjeta SIM de prepago en el lugar donde pasaremos las vacaciones

Si tenemos oportunidad, no está de más contratar un operador móvil global, que es una empresa que opera en más de un país y aplica en todos ellos tarifas locales. El problema es no se prodigan compañías de este tipo, aunque poco a poco avanzan algunas iniciativas.

La otra alternativa, quizá más popular, es comprar una tarjeta SIM de prepago en el lugar donde se disfrutarán las vacaciones. Para ello se necesita un móvil liberado, que acepte tarjetas de todo tipo de operadores, al que le pondremos nuestra nueva tarjeta que, a su vez, habremos recargado en algún banco o cajero. Una vez colocada, la usaremos en el país de estancia como local, con las tarifas de la zona, lo que puede resultar bastante asequible. Esta es una estrategia cada día más habitual, sobre todo entre los ejecutivos que viajan.

Por precaución, mejor bloquear los datos móviles en el smartphone

La mayoría de los móviles y sistemas operativos tienen por defecto la opción de usar datos en roaming bloqueada

La mayoría de los smartphones y sistemas operativos tienen por defecto la opción de emplear datos en roaming bloqueada. Esto quiere decir que si se desea consultar Internet en el extranjero, primero hay que activar el roaming de datos en el apartado de ajustes del teléfono.

Pero por pura precaución, si tenemos niños que trasteen con el móvil, es mejor desactivar de forma manual el acceso a todo tipo de redes de datos durante nuestra estancia. De este modo, dificultaremos que por accidente el pequeño active el roaming y utilice el teléfono. Puede que él sepa más que nosotros sobre el aparato, ya que al fin y al cabo es un nativo digital, pero no es consciente de lo que cuestan las cosas y puede darnos un disgusto.

Escoger de antemano alojamientos con wifi gratis o a precios asequibles

Igual que exigimos baño privado o cama doble para la habitación, podemos seleccionar hoteles con servicio de wifi

No todos los hoteles y negocios de restauración y descanso se prodigan, e igual que exigimos baño privado o cama doble para la habitación, se pueden seleccionar hoteles con servicio de wifi y presionar a las guías para que incluyan este plus en su valoración. La wifi del hotel permitirá acceder a la Red en las horas de descanso y planificar las jornadas, escoger restaurante, etc.

Por otro lado, también se pueden aprovechar los bares y cafeterías que ofrecen wifi abierto a los turistas. Es un buen modo de planificar las siguientes horas, ubicarse sobre un mapa, comprar billetes en un museo o reservar entradas para un espectáculo; en definitiva, para sacarle a las redes de datos todo el partido que tendrían de no mediar el roaming.

Utilizar aplicaciones sin necesidad de Internet

Otra estrategia es usar aplicaciones que nos permitan trabajar desconectados, como las apps para realizar traducciones en el móvil y que también sirven para interpretar carteles de la calle, señales de tráfico, indicaciones o menús en restaurantes. También hay servicios de mapas que se pueden consultar en desconexión.

Y para leer textos, se puede enviar los artículos y reportajes interesantes a servicios para trabajar sin Internet como Instapaper, desde donde luego los leeremos desconectados.

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