¿Qué significa realmente ser un ‘hacker’?

En la Red, los 'hackers' son vistos como héroes, mientras que en los medios de comunicación se les describe como criminales
Por Marta Peirano 23 de mayo de 2006

El término hacker procede del inglés ‘hack’ (recortar) y es la palabra utilizada en determinados ámbitos de las nuevas tecnologías para denominar las pequeñas modificaciones que se le pueden hacer a un programa. Su derivado, ‘hacker’, parece provenir del prestigioso Intituto Tecnológico de Massachussets (MIT), donde los investigadores encargados de hacer ‘hacks’ (alteraciones) de programas en sus antediluvianas TX-0 se convirtieron en los ‘hackers’ del equipo. Desde entonces, ha habido dos cosas que han contribuído a alterar el significado inicial de la palabra: la prensa y Kevin Mitnick.

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El Cóndor

Kevin David Mitnik, alias ‘El Cóndor’, es el hacker más famoso del planeta. A los 17 años cumplió su primera condena por entrar en las oficinas de Cosmos (‘Computer System for Mainframe Operations’) de la compañía Pacific Bell y obtener la lista de claves de seguridad, la combinación de las puertas de acceso de varias sucursales y manuales del sistema.

La última condena empezó a cumplirla en 1995, tras una publicitada persecución de un año por parte del FBI con la ayuda de otro ‘hacker’, Tsutomu Shimomura, especialista en seguridad informática de la ‘Netcom On-Line Communications’. Al parecer Mitnick tiene la misma relación problemática con los sistemas de seguridad que otros muestran con las restricciones de velocidad en la autopista: no puede evitar saltárselas.

El FBI le consideró en su día extremadamente peligroso, sin embargo hoy, como todos los ‘hackers’ reformados, dirige una compañía de seguridad informática. Este es uno de los rasgos más interesantes de los ‘hackers’: la mayoría de ellos se acaban pasando al ‘enemigo’ que con tanto ahinco combatieron durante su juventud.

Phiber Optik

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Otro ‘hacker’ de fama internacional, Mark Abene, más conocido como Phiber Optik. Lideró al grupo de ‘hackers’ newyorquino MOD, ‘Master of Deception’, que hizo colapsar las computadoras de WNET, uno de los principales canales de televisión de la ciudad de New York, en noviembre del 89, dejando un mensaje : «Feliz Día de Acción de Gracias a todos ustedes, pavos, de parte de MOD».

Su hazaña, una divertida e inofensiva anécdota creada para demostrar la debilidad de WNET, le valió a Abene un año de carcel. Mitnik y Abene son las figuras más representativas de la comunidad hacker, para bien y para mal. Los dos han sido objeto de interminables homenajes, entre ellos varias películas y biografías noveladas.

‘Hackers’ y ‘crackers’: buenos y malos chicos

En la Red, el concepto de ‘hacker’ casi nunca es peyorativo; antes al contrario, ser un ‘hacker’ tiene connotaciones meritorias e incluso aristocráticas. Así, según la Wikipedia, ‘hacker’ es el neologismo utilizado para referirse a un experto en alguna rama de la tecnología.

Según Richard Stallman, padre del Software Libre: «‘Hacker’, usando la palabra inglesa, quiere decir divertirse con el ingenio [‘cleverness’], usar la inteligencia para hacer algo difícil. No implica trabajar solo ni con otros necesariamente. Es posible en cualquier proyecto. No implica tampoco hacerlo con computadoras. Es posible ser un hacker de las bicicletas».

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Eric S. Raymond incluye en famosa biblia ‘hacker’ ‘Jargon File’, la siguiente definición: «Alguien que disfruta explorando los sistemas y programas y sabe cómo sacarles el máximo provecho, al contrario que la mayoría de los usuarios que prefieren conocer sólo lo imprescindible».

Y, sin embargo, se leen continuamente titulares en los que se dice que este o aquel ‘hacker’ ha robado dinero a través de una red de ‘Phishing‘, dañado equipos informáticos de alguna organización o soltado algún virus maligno en la Red.

Pero en realidad esta gente que realiza acciones dañinas no son ‘hackers’, sino que en el argot informático se les denomina ‘crackers’, término que sí posee connotaciones negativas. ‘Cracker’ es el término creado en 1985 por la comunidad ‘hacker’ precisamente para defenderse de las acusaciones indiscriminadas de los medios de comunicación. El primer nombre que se le dio a este tipo de personajes fue gusano (‘worm’), pero no acabó de funcionar y se generalizó el de ‘crackers’.

Tres tipos de ‘hackers’

Hoy día existen tres tipos de ‘hackers’: los ‘White Hat Hackers’ (‘hackers’ de guante blanco), los ‘Black Hat Hackers’ (‘hackers’ de guante negro o crackers) y los ‘Blue Hackers’. Y su nombre depende siempre de la finalidad de su trabajo.

El ‘hacker’ de guante blanco defiende la libertad de información. Según su ética, todo el software debería ser accesible al usuario. Rechazan los programas de código propietario, puesto que limitan la libertad del usuario y reducen al mínimo su conocimiento sobre sus propias herramientas. Si bien sus actividades favoritas incluyen destripar programas y encontrar agujeros de seguridad, lo hacen siempre como reto y como contribución a la seguridad de la Red.

Su filosofía establece que no pueden utilizar sus ‘poderes’ para el mal, lo que significa que no pueden crear perjuicio a terceros

Su filosofía establece que no pueden utilizar sus ‘poderes’ para el mal, lo que significa que no pueden crear perjuicio a terceros. Pero ‘el mal’ es un concepto complejo que depende casi siempre del cristal con que se mira, y muchas empresas de software propietario mantienen una guerra contra estos ‘hackers’, que gustan de romper los precintos de sus programas y hacerlos transparentes. Según este punto de vista, Dennis Ritchie y Ken Thompson, creadores del Sistema Operativo UNIX, son tan hackers como Kevin Mitnick y Phiber Optik.

El ‘Blue Hacker’, originalmente experto en seguridad que trabaja para el FBI, es el ‘hacker’ que ha puesto sus habilidades al servicio de la Ley. El ‘Black Hat Hacker’ o ‘cracker’, por el contrario, es un ‘hacker’ que se ha dejado arrastrar por la fuerza oscura e irrumpe en sistemas informáticos ajenos para aprovecharse de otros, robar o, sencillamente, crear problemas. Sólo que el término ‘cracker’ también ha cambiado y en ocasiones puede ser visto como positivo por la comunidad.

Un ‘crack’ es una grieta en un sistema protegido; y ésta puede ser un código que facilite el acceso a un programa protegido con contraseña, o que permita al usuario romper ciertas restricciones del programa y liberalo a la comunidad. Es lo que hace ‘DVD John Johansen’, un informático noruego famoso por romper el sistema de encriptación que incluían los DVD y por crear PyMusic, un programa libre alternativo a iTunes.

Una comunidad meritocrática

La comunidad ‘hacker’ es una meritocracia. Sólo los más hábiles, los más ingeniosos y aquellos que están al día y no se duermen en los laureles merecen el título de ‘hacker’; y sólo otros (y nunca uno mismo) lo pueden otorgar. Por eso sólo hay dos clases de personas que los ‘hackers’ desprecian casi tanto como a los ‘crackers’, y esos son los ‘Bogus’ (farsantes) y los ‘Lamers’, que son aquellos que pretenden ser ‘hackers’ sin serlo ni merecerlo.

Pese a su fama, los ‘hackers’ son de vital importancia para el delicado ecosistema de la Red, refuerzan su sistema inmunológico (sus vulnerabilidades) y se aseguran de que nadie (compañías, gobiernos, policía, otros ‘hackers’…) mantenga poder absoluto sobre cualquier información. Son una comunidad férrea, dedicada de manera obsesiva a la seguridad. A pesar de su elitismo, existen innumerables manuales e introducciones escritos para ayudar al recién llegado a abrirse camino en el mundo ‘hacker’; sólo hace falta dedicación e inteligencia.

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