Alquilar un trastero o guardamuebles

El alquiler de un trastero, desde 20 euros al mes por metro cuadrado, puede resultar una buena opción si se requiere de un espacio para almacenar objetos en desuso
Por Lucía F. Gorosito 20 de junio de 2007

Condiciones de contratación y precios

Condiciones de contratación y preciosLa realización de reformas en el hogar, la falta de espacio, una mudanza, y hasta la acumulación de documentos en las empresas son algunas de las causas por las que se recurre a los “self-stotage” o centros de almacenaje. Una respuesta para quienes necesiten alquilar espacio durante cierto tiempo.

Se trata de habitaciones que funcionan como buhardillas en las que es posible depositar desde pequeños enseres hasta barcos o vehículos de época. El importe ronda entre los 20 y los 50 euros por metro cuadrado y el abaratamiento de su coste es inversamente proporcional al aumento de la superficie. Es decir, cuantos más metros se necesiten, más económico resultará el valor del alquiler.

La firma del contrato lleva aparejado el compromiso de no utilizar el trastero como vivienda particular, ni guardar objetos peligrosos, ilegales, robados o perecederos

A simple vista el funcionamiento de los almacenes de objetos es sencillo. Todo se resume en definir la cantidad de espacio que se necesita, embalar los muebles y transportarlos al trastero, previa contratación del espacio. Pero se ha de atender a las condiciones de contratación y a la tarifa de precios.

La contratación del servicio de uno de estos “trasteros” es de una semana como mínimo, pero también puede ser quincenal o mensual y por tiempo indefinido. Es posible comenzar el alquiler en cualquier día del mes, y el pago puede realizarse por domiciliación bancaria o en efectivo. El primer mes va acompañado de una fianza, explica Carlos Mirat, responsable de atención al cliente de Espacioplus Self-storage de Madrid. Debido a que el arriendo se renueva automáticamente, si se quiere cursar la baja es imprescindible comunicárselo a la empresa, con un aviso de siete a 15 días. De lo contrario se deberá seguir abonando la renta.

La firma del contrato lleva aparejado el compromiso de no utilizar el trastero como vivienda particular, ni guardar objetos peligrosos, ilegales, robados o perecederos. También se compromete a dejar el trastero en las mismas condiciones en las que se recibió -es imprescindible revisar que esté en perfecto estado y apuntar todas las faltas-. Si el cliente no retira sus objetos y deja de pagar la cuota de alquiler, la empresa -previa comunicación al cliente- podrá retirar los artículos y hasta venderlos o destruirlos.

Es importante contratar una empresa que únicamente cobre por los días utilizados, y no con cuota fija mensual. Es decir, que aunque la cuota sea mensual y se pague una vez al mes, el importe se ha de calcular en función de los días de ocupación reales, pagándose sólo la parte que corresponda.

El seguro

Pero además de costear el precio de la superficie necesaria, se ha de adquirir un seguro contra riesgos para proteger los artículos que se almacenan. Dependiendo de la empresa, el compromiso de la misma respecto a la correcta conservación de las piezas se limita al pago de un seguro que corre a cuenta del cliente.

Las pólizas, que son obligatorias, parten de tres euros al mes para cubrir 1.000 euros de contingencias, y son ampliables. Estos seguros resguardan a los objetos de accidentes tales como la destrucción total o parcial por un incendio o los robos. “El seguro es el mismo que el que se contrata para amparar el contenido de un hogar”, afirma Maite Pacheco, gerente de la empresa internacional City Self Storage de Barcelona.

Claro que si el usuario desea obtener un seguro con mayor cobertura lo puede concertar fuera del “selfstorage”. En ningún caso la empresa de almacenaje se hace responsable de los daños producidos por la indebida actuación del cliente, tales como una incorrecta manipulación de los objetos o negligencia en el cumplimiento de las normas de seguridad. Tampoco contemplan indemnizaciones debido a la mala conservación de los artículos como, por ejemplo, daños a causa de humedades o filtraciones en la habitación alquilada. Por esta razón es importante conocer con exactitud la cobertura del seguro que se contrata. No obstante, la mayoría de trasteros tienen en cuenta las situaciones atmosféricas: destrucción por inundaciones, tormentas con rayos… además de otras situaciones como vandalismo, escape de agua, robo y daños por robo.

Funcionamiento

Una vez que se han embalado los artículos a almacenar, es necesario realizar el traslado hasta el guardamuebles. Este servicio lo puede realizar uno mismo o por medio de la empresa, coste que en algunos casos está incluido dentro del precio general del alquiler.

Los espacios “a medida” de los clientes están organizados en módulos privados a los que sólo tiene acceso el propio cliente o bien un intermediario mediante previa autorización. Cuentan con un servicio de limpieza y conservación de los artículos, incluso se puede contratar el mantenimiento de las habitaciones climatizadas para preservar vinos. Disponen además de un servicio de carritos y embalaje, y las habitaciones tienen instaladas alarmas y monitorización continua. El cliente, además, debe contar con una clave para acceder a las instalaciones y los dispositivos de seguridad pueden ser de varios tipos: códigos personales de acceso, huellas dactilares, tarjetas magnéticas o vigilancia en circuitos cerrados de televisión.

Ampliación del periodo de alquiler

Ahora bien, cuando una persona se cambia de casa, es bastante común que la entrega de llaves se retrase y que se vea en la obligación de alargar el contrato de alquiler. En estos casos no haría falta avisar a la empresa de “storage” para ampliar el periodo de arriendo porque éste se renueva automáticamente si el cliente no indica lo contrario, por lo que no hay un plazo determinado para retirar los bienes. El cómputo de días a pagar se realizará en el mismo momento en el que el usuario vacíe su trastero.

Pero si, por el contrario, el cliente no avisa de que desea dar de baja el contrato, se le seguirá cobrando de manera indefinida hasta que retire los muebles. De esta manera, el importe a pagar se calcula -proporcionalmente- en función de los días de ocupación reales, pagándose sólo la parte que corresponda. Es decir, si un cliente entra el día 1 y sale el día 15 del mismo mes, se le cobrará el 50% de la cuota mensual.

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