Viviendas prefabricadas: ventajas e inconvenientes

Sus precios son más asequibles que los de una casa convencional, pero las más baratas son demasiado simples y aún hay dificultades para encontrar financiación específica
Por Blanca Álvarez Barco 4 de noviembre de 2015
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Vivir en una casa prefabricada no se consideraba hasta hace poco tiempo una opción idónea y existía la creencia generalizada de que eran demasiado estandarizadas y poco resistentes. Sin embargo, sus precios más asequibles que los de un hogar convencional y la mejora constante de sus materiales y diseños han provocado que crezca el número de españoles que adquieren viviendas modulares. A pesar de estas ventajas, que se señalan en las siguientes líneas, también tienen inconvenientes: diseños muy básicos para las casas más baratas, dificultades para encontrar financiación o una legislación específica aún insuficiente.

Viviendas prefabricadas, un mercado al alza

Las casas prefabricadas empiezan a ocupar un lugar importante en el mercado español de la vivienda, según diversas empresas del sector, aunque su construcción está aún muy por detrás de países como Alemania, Estados Unidos o Canadá. Fabricadas en factorías a partir de paneles estandarizados, se envían luego hasta su ubicación definitiva para su ensamblaje final. Hay múltiples tipos y se realizan en todo tipo de materiales, aunque en España se usan sobre todo el acero y el hormigón.

Los precios de las más baratas oscilan entre 45.000 y 79.000 euros, aunque un diseño más elaborado, los materiales escogidos y las obras que sea necesario hacer en el terreno pueden encarecer este tipo de vivienda. ¿Cuáles son sus principales ventajas, además de su coste? ¿Y lo menos deseable? A continuación se analiza este tipo de construcciones modulares.

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Imagen: Terry Tyson

Ventajas de las casas prefabricadas

  • Son más baratas. Las casas prefabricadas básicas son más económicas que las convencionales. Así, comprobando los precios de varias empresas del sector en España, puede hablarse de un importe que ronda los 70.000 euros para 90 metros cuadrados. Además, como señalan desde Habitissimo, una vivienda prefabricada permite un control de gastos bastante preciso.

  • Son mucho más rápidas de levantar. Al tener construidas las piezas de la casa escogida con antelación, solo hay que montarlas y ensamblarlas de manera adecuada. Se ahorra mucho tiempo. Aunque algunos trabajos (cimentación, suministros -agua, luz-, saneamiento) deben hacerse igual que en otro tipo de hogar, la vivienda se termina mucho antes.

  • Una casa prefabricada es una obra limpia. En una semana la vivienda puede estar montada en un solar. En el caso de una convencional, se tardan meses y, además, se hace todo sobre el terreno (material, personal, etc), lo que conlleva más suciedad.

  • Son menos perjudiciales para el medio ambiente. No todo el mundo está de acuerdo con esta afirmación, pero la mayoría de expertos coincide en señalar que son más ecológicas. Al construirse dentro de un proceso industrial, se optimiza el uso de materiales y de energía, además de que se minimizan los residuos. Los tipos de materiales que se utilizan son reciclables.

  • Una casa prefabricada evita hacer trámites. Estas viviendas, según algunos expertos, tienen el carácter de mobile home y pueden montarse en terrenos donde no se permite edificar. Así, por ejemplo, se evitan los trámites de permisos al ayuntamiento en cuestión, etc.

    Otros constructores y arquitectos señalan que los permisos dependen de cada ayuntamiento, pero que una ventaja real de las casas modulares es que, al ser modelos de un catálogo reducido, parte de la documentación es la misma y se repite de un modelo a otro. Así, al estar estandarizados, se aligeran mucho los trámites.

  • Los materiales. La calidad de los materiales que se usan es cada vez mayor, así como su variedad. En España los más empleados son el hormigón y el acero, más que la madera.

Inconvenientes de las viviendas prefabricadas

  • El coste final depende de muchos factores. Aunque la vivienda prefabricada tenga un precio fijado, si hay que nivelar el terreno o realizar algunos cambios para poder acceder a los suministros, etc., el importe subirá.

  • Los diseños elaborados son más caros. A pesar de que los precios de estas casas en general son más bajos, si se demanda un diseño más trabajado, puede salir caro, tanto o más que un piso convencional. Además, si bien cada vez menos, los diseños más baratos son demasiado sencillos.

  • Pueden sufrir daños en zonas con fenómenos meteorológicos extremos. Aunque muchas se cimentan, y si no se hace sus materiales son resistentes, fenómenos adversos como tornados o riadas pueden causar peores efectos en una vivienda prefabricada que en una de ladrillo y cemento.

  • Mantenimiento caro. A pesar de que su precio es barato, a veces estas construcciones necesitan muchos gastos de mantenimiento: pintura cada dos o tres años, tratamientos de resistencia al fuego y a la humedad, etc.

  • Uso ineficiente de los recursos de iluminación y calefacción naturales. Muchos edificios reducen el consumo de energía por medio del emplazamiento adecuado para obtener el máximo provecho de la disposición de la tierra y el sol. Esto no se puede hacer con una casa prefabricada, diseñada y construida antes de determinar el lugar en el que se colocará después. Así, se produce un uso menos eficiente de los recursos de iluminación y calefacción naturales.

  • Financiación complicada. No es sencillo encontrar un banco que cuente con un crédito para la compra de este tipo de viviendas. El hecho de que se puedan desmontar y trasladar hace que se las considere como bienes muebles y no como bienes inmuebles. Pero la entidad puede dar un crédito, si la casa tiene un proyecto de ejecución y licencia de obras y está anclada al suelo de forma consistente.

    Además, se puede recurrir a la hipoteca autopromotor o autoconstructor, que tienen algunos bancos y ofrece financiación que puede llegar hasta el 80% del valor del terreno y el 80% de la vivienda. Los abonos se realizan conforme avanza la obra.

  • Legislación casi inexistente. Como sucede con la financiación, la legislación en España está aún «en pañales».

    Aunque hasta hace poco (y aún en muchos sitios) eran consideradas como casas móviles, en la práctica se está a expensas del criterio de los ayuntamientos de cada municipio. Y cada vez resulta más difícil que acepten las viviendas prefabricadas como elementos móviles, aunque lo sean.

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