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Usar auriculares en la infancia, una práctica habitual
Dos de cada tres menores de entre 5 y 12 años utilizan dispositivos de audio personales y la mitad se pasan al menos una hora al día con ellos en sus orejas, según datos de la Encuesta Nacional de Salud Infantil del Hospital Pediátrico C. S. Mott de la Universidad de Michigan Health (EE. UU.). Los usan mayoritariamente tanto en casa como en la escuela y bastante en los viajes en coche (41 %). Una cuarta parte los emplean ocasionalmente en un avión, y menos del 10 % en el autobús escolar, al aire libre o en la cama.
En nuestro país es habitual toparse cada día con más peques que lucen auriculares para escuchar música, ver sus dibujos animados o jugar a la consola. Llevan cascos con luces, de colores y de diseños llamativos (con orejas de gato, cuernos de unicornio…), pero también los hay que portan auriculares inalámbricos con Bluetooth y hasta con micrófono incorporado. El abuso de pantallas a edades tan tempranas, móvil incluido, tiene mucho que ver con esta práctica, como también la incorporación de tabletas y ordenadores en los centros escolares.
Daños auditivos por ruido en los niños
En el informe estadounidense, la mayoría de los padres encuestados (77 %) reconocían que los auriculares están bien para sus hijos, siempre y cuando el volumen no fuera demasiado fuerte. Sin embargo, el riesgo de daño auditivo está relacionado tanto con el volumen como con la duración de la exposición al ruido, y en los peques, de manera especial. Y es que, en los menores, el oído es especialmente vulnerable al ruido porque sus estructuras auditivas aún se encuentran en desarrollo.
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan que la población infantil no se exponga a más de 85 decibelios (dB) durante más de una hora. Y ¿qué puede causar ese nivel de ruido? El tráfico denso, una motocicleta, un secador de pelo o una cortadora de césped, por ejemplo. De hecho, muchos auriculares infantiles tienen limitado el volumen a 85 dB. Pero el Comité de Salud Medioambiental de la AEP también recuerda que a partir de 70 dB (como el ruido del tráfico) la exposición prolongada «puede acumular riesgo de daño».
👉 Lesiones en el oído

Someter al oído a un sobreesfuerzo por un sonido intenso, comentan desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), puede provocar lesiones en las células ciliadas del oído interno, responsables de la transmisión de los sonidos al cerebro. Y esos daños, en muchas ocasiones, son irreversibles. Además, esta exposición puede deteriorar las sinapsis y las neuronas de forma directa. En consecuencia, la pérdida de oído prematura está cerca.
Como añade la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS), estas alteraciones pueden traducirse en los menores en retrasos en el desarrollo del lenguaje oral, dificultades de aprendizaje y problemas en la comunicación. Y todo ello tiene un impacto directo en el rendimiento escolar y en la inclusión social y emocional de los chavales. De ahí que en colaboración con la Comisión para la Detección Precoz de la Hipoacusia (CODEPEH), estén realizando este año un nuevo trabajo científico centrado en la prevención del daño auditivo inducido por ruido en la edad pediátrica.
Síntomas de daño auditivo por uso de auriculares en los menores
Porque sí, los problemas de audición por el uso continuado de auriculares no solo atañen a nuestros jóvenes y adolescentes, como comentábamos aquí. También a nuestros niños y niñas les está afectando a su salud auditiva utilizar estos dispositivos de manera prolongada o con un volumen elevado.
De ello precisamente alerta la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello: cada vez son más frecuentes los casos de menores con “signos de alteraciones auditivas relacionadas con el uso continuado de auriculares”. Y, además advierte que, en muchos casos, los síntomas aparecen de forma progresiva y pasan desapercibidos hasta que el daño ya está avanzado. ¿Cuáles son esos síntomas?
- Fatiga auditiva: pérdida temporal de audición tras la utilización de auriculares.
- Zumbidos, pitidos o ruidos en los oídos o en la cabeza (acúfenos o tinnitus).
- Dificultad para entender conversaciones en entornos ruidosos.
- Intolerancia a ruidos fuertes: se vuelven sensibles a los ruidos cotidianos (hiperacusia).
➡️ Señales de alarma
Pero, a veces, resulta complicado que el menor reconozca que sufre alguno de ellos. Por ello, si notas algunas de estas señales en tu hijo, llévale al pediatra o al otorrinolaringólogo:
- Pide con frecuencia que le repitas las cosas: le cuesta entender instrucciones.
- Sube mucho y constantemente el volumen del televisor.
- Tiene dificultades para seguir conversaciones en ambientes con ruido de fondo.
Cómo proteger la audición de tus hijos al usar auriculares

Si bien los auriculares no son malos para los niños, un mal uso puede afectar a su salud auditiva. ¿Cómo evitarlo? Con revisiones periódicas y el seguimiento de la llamada regla del 60/60, una pauta sencilla avalada por especialistas como los de la SEORL-CCC. Consiste en dos ideas:
- 60 % del volumen máximo: el sonido no debe superar este umbral. Si tu hijo no oye cuando le hablas con voz normal a una distancia corta, esto significa que el volumen está demasiado alto.
- 60 minutos como máximo por sesión: tras una hora de uso se recomienda una pausa de al menos 10-15 minutos. Lo idóneo es que “por cada tres cuartos de hora escuchando música con cascos, pasemos uno sin ese estímulo”, como comentan los pediatras en sus consejos para cuidar la audición.
✔️ Más consejos para prevenir el daño auditivo
Los expertos reconocen que esta regla debe adaptarse a la realidad de cada familia, pero siempre con límites y educación preventiva. Para ello, ofrecen las siguientes recomendaciones:
- ¿Cascos o auriculares? Los especialistas prefieren los cascos (auriculares supraurales, por fuera de la oreja) y auriculares con cancelación de ruido, pero sin subir el volumen.
- Intenta que el peque use auriculares infantiles, especialmente diseñados para niños, ya que tienen limitado el volumen. Aun así, sigue el siguiente consejo.
- Activa el límite de volumen en móviles y tabletas. Emplea el control parental del dispositivo para restringirlo, si es necesario.
- Marca pausas con alarmas suaves o relojes visuales.
- Negocia momentos sin auriculares; en su lugar se usarán altavoces a bajo volumen en espacios compartidos, como la sala o la cocina.
- Escoge entornos tranquilos, sin ruidos. Así se evitará subir el sonido de los auriculares.
- Explica a tu hijo el porqué de estas pautas con claridad. Puedes decirle: “Si escuchas muy fuerte ahora, cuando seas mayor quizás no puedas oír bien algunas voces”.