Pinceladas juveniles en el mobiliario del hogar

Motivos geométricos con pinturas de varios colores le darán una nueva vida
Por EROSKI Consumer 11 de marzo de 2004

Si se está cansado de la monótona decoración interior de la vivienda, y se desea aportar a algún mueble un nuevo aire juvenil y desenfadado, se puede recurrir a pintarlo con rayas horizontales, verticales, en diagonal o con cualquier combinación entre ellas, primando la extensa gama de tonalidades del arco iris. Otra opción consiste en elegir un motivo, adaptándolo a los colores predominantes en la estancia en la que se tenga pensado ubicar el renovado mueble. En este caso, lo ideal reside en que la superficie del mueble sea de melanina, porque la pintura se adherirá más fácilmente sobre este tipo de material. Si el mueble no es de melanina se puede aplicar una mano de imprimación para que la pintura agarre fácilmente.

Con la ayuda de una escuadra, se marcará en todas las esquinas del armario la anchura de las bandas de los diferentes colores que revestirán la pieza. Lo más aconsejable es que se delimite el ancho de cada banda con cinta de carrocero, trazando las bandas de la misma anchura que la propia cinta. De esta forma, una vez que se hayan pintado las primeras bandas, y se hayan secado, se podrán tapar con dicha cinta para evitar que los colores se mezclen.

La cinta de carrocero se pegará alternando una tira de cinta con una de la superficie que se va a pintar sin cubrir. Y luego pintar las zonas descubiertas de los colores seleccionados, procurando realizar una vistosa combinación. Si se quiere, también se puede añadir algunas franjas del color original de mueble a la combinación, dejando determinados espacios sin pintar y cubriéndolos durante todo el proceso con la cinta de carrocero.

Una vez secas las partes pintadas, se retirará la cinta de carrocero que cubre las bandas sin pintar, y se taparán las que ya se han pintado. Finalizado todo el proceso será conveniente observar el resultado obtenido para comprobar que la combinación de colores se ajusta al gusto personal de cada uno.

A la hora de pintar un mueble, lo más recomendable consiste en emplear una brocha de espuma para evitar los pelos se queden pegados a la superficie. No obstante, hay que tener en cuenta que, antes de pintar, será aconsejable retirar el exceso de pintura de la brocha para evitar que ésta se escurra.

Se podrá adquirir pintura de varios colores, pero lo más recomendable, y económico, reside en optar por usar pintura blanca, y fabricar los colores, que se deseen, utilizando tintes para pinturas al agua.

Retirar la pintura de los muebles

Por otra parte, si se desea retirar la antigua pintura de alguno de los muebles dispuestos en el hogar, y su diseño es recargado y con múltiples molduras, la tarea resultará algo complicada. Pero con paciencia el resultado obtenido será un decapado más fino, y un trabajo mejor acabado.

La mejor opción, aunque también la más lenta, consiste en utilizar una lija fina, una del número 000 por ejemplo, y realizar el proceso de decapado, al menos el de las partes de acabado más fino, a mano. La superficie plana del mueble se podrá lijarla con una lijadora eléctrica.

Otra opción consiste en emplear una mini lijadora para llevar a cabo dicha tarea. Esta herramienta permite moldear las aberturas interiores y las muescas, además es muy adecuada para retirar fácilmente el óxido de superficies metálicas.

Lijadoras mecánicas

Existen en el mercado varios modelos de lijadoras: orbitales, lijadoras de banda y lijadoras rotorbitales o excéntricas. Cada una de ellas está pensada para un tipo de superficie.

Sin embargo, existen determinadas superficies que requieren del empleo de varios tipos de lijadoras de una forma conjunta. Por ejemplo, si se desea eliminar la capa de pintura de cualquier superficie, en especial de los metales, con una lijadora rotorbital, únicamente se obtendrá un antiestético rastro de marcas en formas circulares o de estrellas. Para evitarlo, conviene emplear primero una lijadora rotorbital, y luego una lijadora de banda con una lija de grano fino, que ayude a retirar las imperfecciones anteriormente mencionadas.

A la hora de realizar el proceso de lijado de una pieza a la que se quiere retirar la pintura, resulta conveniente realizar las pasadas de ambas lijadoras en la misma dirección. Si se trata de madera siguiendo la veta, para que la superficie lijada quede más estética y uniforme.

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