Estanflación, ¿qué es y cómo nos afecta?

Si se unen inflación y estancamiento, se produce la estanflación con graves consecuencias en las economías domésticas y compleja solución
Por EROSKI Consumer 4 de noviembre de 2021
Inflación
Imagen: geralt

El precio de la luz sube de manera imparable, pero también lo hacen el del combustible y el gas (22 %) o el de la cesta de la compra (la fruta un 5 % o el aceite un 23 %, por ejemplo). Desde marzo de 2021 la tendencia es alcista y, de hecho, la subida de precios interanual es ya del 5,5 %, una cifra no vista desde 1992, según el Índice de Precios al Consumo (IPC) de octubre. La inflación supone que tu dinero vale menos y tienes menos capacidad adquisitiva, pero si a esta inflación imparable se une, además, el estancamiento económico, se produce la estanflación. ¿Cómo afecta al consumidor en su día a día? ¿Hay algún modo de combatirla? En las siguientes líneas explicamos en qué consiste, cómo y cuánto nos afecta la estanflación y señalamos las dificultades para encontrar una solución eficaz a esta distorsión económica.

¿Qué es la estanflación?

Una economía que no crece y un coste de la vida cada vez más caro. Si estas dos situaciones se dan al mismo tiempo, podemos hablar de estanflación, explica Andrea Carreras-Candi, directora de EFPA España (Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros). Esta denominación, de hecho, proviene de la unión de ambos términos y se la debemos al ministro británico de Finanzas, Ian McLeod, que en 1965 definió la situación económica de Reino Unido ante el Parlamento así: «Una especie de stagflation«, ya que tenían, no solo inflación o solo estancamiento económico, sino ambos.

¿Te suena la situación? El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reiterado que la economía global está lejos de llegar a un escenario de estanflación, pero los ciudadanos cada vez contemplan este fenómeno económico como algo no tan lejano.

No es muy común, pues no es corriente que los precios suban cuando hay debilidad económica y la demanda desciende. Sin embargo, situaciones como la pandemia, entre otras circunstancias, generan desequilibrios, y no puede descartarse la estanflación, «uno de los escenarios económicos más complejos y de solución más problemática«, señala el economista Diego Fernández.

¿Cuándo surge y cuáles son sus causas?

La estanflación tiene sus causas en un desequilibrio, cuando se pone de manifiesto que los mecanismos de ajuste de los mercados no funcionan.

Las causas más visibles son:

  • Crecimiento negativo de la economía. Todas las medidas que impidieron (o impiden) el movimiento de personas y mercancías durante la pandemia han generado una desaceleración en la economía. Y hay que estar alerta, pues cuando hay dos trimestres consecutivos con el PIB en negativo, se considera que una economía está en recesión.
  • Precios que no bajan. La inflación es una de las principales causas. Un posible factor de esta subida de precios es la interrupción grave en la cadena de producción y suministro.
  • Desempleo al alza y demanda estancada.
  • Inyecciones monetarias artificiales (mecanismos como salarios mínimos, ayudas, subsidios…) distorsionan la lógica económica, la ley de la oferta y la demanda.

MonedasImagen: Ri_Ya

Cuáles son las consecuencias de la estanflación

Al margen de las consecuencias macroeconómicas, las economías domésticas pueden verse muy resentidas. ¿Cómo afecta al consumidor de a pie la estanflación?

  • La principal y más importante consecuencia es que la población se empobrece, sobre todo las clases medias-bajas y bajas.
  • La actividad económica se contrae y, ante esta situación, no hay recursos para nuevos proyectos empresariales, con lo que se genera un bucle.
  • No se pueden bajar los tipos de interés (se crea más inflación).
  • Notable subida de los precios de los bienes de consumo, «sin que sea proporcional al incremento de los sueldos o salarios», comenta Carreras-Candi.
  • Se producen altas tasas de desempleo. En España, por el momento, los datos oficiales señalan un aumento de trabajadores afiliados a la Seguridad Social tras el verano, con 127.100 parados menos y una tasa que desciende al 14,57 %. Sin embargo, en esas cifras no se incluye a los 239.000 asalariados en ERTE (162.000 en suspensión total) y los 226.000 autónomos que cobran prestación por cese de actividad.
  • Cae la demanda, lo que aumenta el estancamiento económico.
  • Incremento del endeudamiento.
  • Crisis política y social.

¿Cómo se puede solucionar la estanflación?

No hay buenas noticias al respecto, ya que «la solución es muy difícil —reconoce Fernández— porque la estrategia que se debe seguir para frenar la inflación es la opuesta a la que se necesita para frenar el estancamiento». Es decir:

💥 Para frenar la inflación

Se toman medidas dirigidas a frenar el consumo. Hay que contener el gasto público, subir los tipos de interés y aumentar la presión fiscal.

💥 Ante el estancamiento económico

Sin embargo, si se quiere combatir el estancamiento, hay que bajar los tipos, bajar los impuestos e incrementar el gasto en ayudas, subvenciones…

Estas soluciones opuestas dificultan cualquier medida correctiva de los gobiernos. Por ello, la estanflación es el peor escenario económico para cualquier país.

¿Hay alguna manera de protegerse o combatirla?

La solución es muy complicada, pero, como indica Andrea Carreras-Candi, se podrían aplicar las ideas que abogan por una «flexibilidad laboral y una política fiscal basada en la reducción de la presión impositiva» —política por la que abogó el premio Nobel Robert Mundell— para aumentar el poder adquisitivo de forma inmediata.

Así pues, las principales maneras de combatirla son las siguientes:

  • Fiscalidad incentivadora: rebajar impuestos a las empresas, en especial a las que generen muchos puestos de trabajo.
  • Flexibilidad laboral: para salir de esta situación es esencial la libertad del empresario.
  • Contar con suministro energético abundante.
  • Mejorar la productividad: hacer que la oferta crezca, pero sin un exceso de demanda que suba los precios.
  • Menos intervención del Estado: la distribución comercial debe ser menos rígida, menos intervenida.
  • Favorecer la defensa de la competencia.
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