Nuevas líneas en diagnóstico y tratamiento de la esclerosis múltiple

La comunidad científica ha redefinido los criterios de esta enfermedad que permiten un diagnóstico más precoz y una implantación más rápida de la terapia
Por Teresa Romanillos 12 de junio de 2011
Img celulas madre
Imagen: NIH

En España se contabilizan unas 40.000 personas afectadas de esclerosis múltiple, que superan los dos millones de casos en todo el mundo. Es una afección progresiva que supone la principal causa de incapacidad por trastorno neurológico y uno de los primeros motivos de invalidez entre los adultos jóvenes, después de los accidentes de tráfico. A pesar de que en los últimos años se han registrado importantes avances en el conocimiento de las causas y en el tratamiento, todavía queda un largo camino por recorrer. Los avances recientes logrados en el diagnóstico precoz y las investigaciones relacionadas con la terapia de células madres son, sin duda, un importante paso adelante.

La esclerosis múltiple es una enfermedad que provoca que el sistema inmunológico propio actúe contra la mielina, la sustancia que recubre las fibras nerviosas. De manera progresiva, el sistema nervioso central pierde su función en distintas partes del organismo. Recientemente se han definido nuevos criterios en el diagnóstico de la Esclerosis Múltiple (EM), que permiten un diagnóstico más precoz y abordar la patología lo antes posible con el inicio del tratamiento, un factor favorable para la evolución posterior.

El diagnóstico de esta afección inflamatoria crónica se basa sobre todo en las manifestaciones del paciente. En una mujer joven que desarrolla deficiencias motoras o sensitivas focales con recuperación posterior, la sospecha de la enfermedad es alta.

Diagnóstico de la esclerosis

Para el diagnóstico, es suficiente una resonancia magnética compatible con la enfermedad

Hasta ahora, el diagnóstico se consideraba seguro cuando se habían registrado dos brotes de focalidad neurológica con evidencia de lesiones en áreas separadas del sistema nervioso central. El nuevo abordaje contempla que, para el diagnóstico, es suficiente que una sola resonancia magnética sea compatible con la esclerosis, sin necesidad de esperar un intervalo de tiempo con una segunda resonancia. De esta manera, si una persona tiene una clínica sospechosa y la resonancia pone en evidencia lesiones, puede realizarse el diagnóstico sin tener que esperar a que el paciente registre un segundo brote o que se detecten nuevas lesiones en otra resonancia posterior.

Entre el grupo de expertos que han definido los nuevos criterios diagnósticos figura Xavier Montalban, jefe del grupo de investigación en Neuroinmunología del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) y director del CEM-Cat. El hecho posiciona a este equipo como referente en la enfermedad.

Diagnóstico precoz

Por otra parte, Luisa María Villar, jefa de la Sección de Inmunoquímica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha desarrollado dos test que facilitan el diagnóstico precoz y ayudan a establecer el pronóstico. Ambas pruebas tienen como base la detección de inmunoglobulinas (anticuerpos) en el líquido cefalorraquídeo, que baña el cerebro y la médula espinal.

El estudio del líquido cefalorraquídeo tiene también un papel importante en el diagnóstico de esta patología crónica. El dato más relevante es el aumento de un tipo de proteínas (inmunoglobulinas) con la presencia de unas bandas características (bandas oligoclonales), un hallazgo común en el 80% de las personas que padecen esta forma de esclerosis. En uno de los test desarrollados se detectan, en concreto, bandas oligoclonales de inmunoglobulina M, mientras que en el otro se detectan inmunoglobulinas G. Ambas permiten identificar a los afectados con los primeros síntomas y establecer una previsión en la evolución, que facilita el enfoque del tratamiento de forma más o menos agresiva.

La esperanza de las células madre

En 15 países de todo el mundo se lleva a cabo un ensayo con terapia de células madre. La investigación, coordinada por el Hospital Clínic de Barcelona, intenta evaluar la eficacia del tratamiento con este tipo de células, obtenidas de la médula ósea del propio afectado, en la inflamación y los cambios degenerativos relacionados con la esclerosis múltiple. En el ensayo está previsto que participen 16 pacientes. Los requisitos son que no atraviesen fases evolutivas avanzadas y haya fracasado la terapia habitual. Este tipo de abordaje terapéutico tiene como objetivo reemplazar las células dañadas, aumentar los procesos de reparación y regenerar los circuitos neuronales.

La terapia con células madre actúa a través de la reparación de la mielina dañada y de la inmunomodulación (intervención en los procesos de autorregulación del sistema de defensa), que evita el daño inmune al sistema nervioso. También se espera que las células madre ayuden a reconstruir las fibras nerviosas perdidas, lo que podría reparar el daño provocado en su evolución, causa primordial de la incapacidad de esta afección.

El recurso a células madre como posible tratamiento conlleva mucho interés científico y también mediático. A pesar de ello, y de que algunas investigaciones revelan resultados esperanzadores, el uso de células madre en el tratamiento de la esclerosis múltiple está todavía en fase experimental, ya que es una técnica compleja, con posibilidad de efectos adversos importantes, relacionados sobre todo con la medicación inmunosupresora.

MEDICAMENTOS EN EL TRATAMIENTO DE ESCLEROSIS

Hoy en día, las principales opciones de tratamiento pasan por los fármacos. Uno de los puntales son los corticoides en los brotes de la enfermedad, para disminuir la duración y gravedad. Pero a pesar de que aceleran la recuperación de las exacerbaciones, no está demostrado que influyan en la evolución de la patología ni en la discapacidad final. Otra línea de tratamiento son los medicamentos inmunosupresores y los interferones, que disminuirían la frecuencia de brotes y la acumulación de discapacidad.

Otros utilizados son el acetato de glatiramer, con eficacia similar a la de los interferones, aunque con otro mecanismo de acción, y los anticuerpos monoclonales. Entre las opciones más novedosas, figura fingolimod, primer fármaco de un nuevo tipo de sustancias que ayudan a reducir el ataque del sistema inmune al sistema nervioso central, lo que impide que los linfocitos lo dañen.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube