Hacer un vendaje de emergencia al perro en cinco pasos

Realizar un apósito de urgencia para el animal en casa es sencillo y evita que la herida se infecte o sangre en exceso mientras se acude al veterinario
Por Eva San Martín 5 de noviembre de 2012
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Imagen: adria.richards

Una herida en el perro puede infectarse si carece de un vendaje apropiado. En ocasiones, el propio corte puede causar una hemorragia excesiva, que precise de primeros auxilios caseros antes de llegar al veterinario. Aprender a hacer un vendaje de emergencia para el can es sencillo, si se tienen en cuenta cinco pasos: frenar el sangrado, limpiar la herida, colocar la primera capa del vendaje, cubrir con detenimiento el corte y, por último, terminar el vendaje. Además, en este artículo se dan algunos consejos para que el perro conserve el apósito de urgencia.

El vendaje en casa impide que la herida del perro se infecte y frena la hemorragia

Un vendaje realizado en casa puede evitar muchos problemas a nuestro perro. Ante una hemorragia, la gasa adecuada puede frenar el sangrado mientras se llega al veterinario y, en el caso de una herida menos grave, el apósito impedirá que el corte se infecte o que nuestra mascota tenga acceso al mismo. Además, un apósito casero ayudará cuando el animal padezca una torcedura en una de sus extremidades.

Sin embargo, sin las precauciones adecuadas, realizar un cubrimiento doméstico con gasas puede resultar peligroso, ya que se corre el riesgo de aplicar demasiada presión e impedir la normal circulación de la sangre. Entonces, ¿cómo hacer un vendaje de emergencia adecuado para el perro? Los siguientes son cinco pasos sencillos que ayudan.

1. Frenar el sangrado en el perro

El animal puede morder durante los primeros auxilios, por ello es conveniente protegerse y usar un bozal

Un animal herido puede padecer dolor. Este daño origina en ocasiones comportamientos agresivos, aunque nuestro peludo amigo no acostumbre a reaccionar de un modo violento. Por ello, cuando se manipule a un animal molesto, es importante protegerse y asegurarnos de que no nos morderá. Utilizar un bozal puede ayudar, siempre que se coloque con cuidado, para no provocar mayor nerviosismo en el can.

Una herida sangrante precisa que frenemos la hemorragia, o al menos la reduzcamos, mientras acudimos al veterinario. La presión directa, con una gasa o toalla limpia, bloquea la salida del plasma.

2. Limpiar la herida del can

Antes de comenzar con el vendaje, se debe limpiar de forma correcta la herida. No es extraño que quede arena, polvo, e incluso, restos más grandes adheridos al corte. Si el pelaje del perro es largo y entorpece el aseo de la zona, puede necesitar que cortemos, con cuidado, el pelo alrededor de la zona lastimada.

Un jabón líquido específico para el can y mucha agua (o suero fisiológico) son a menudo suficientes durante estos primeros auxilios domésticos. No obstante, la higiene del corte puede no ser siempre recomendable, en especial, cuando la herida es demasiado profunda o supone complicaciones. Esto explica que sea conveniente llamar al médico canino, incluso antes de acudir a la consulta, para explicarle el estado de la lesión y pedirle consejo.

3. Colocar la primera capa del vendaje

La primera capa del vendaje debe estar bien esterilizada y no quedar demasiado pegada a la piel del can

Una vez que la zona está aseada, se debe secar con esmero antes de proceder al vendaje. Entonces se desinfecta la herida con una solución de yodo comercial y se coloca la primera capa del apósito. Esta debe estar esterilizada de la forma adecuada, ya que queda en contacto con el corte.

La gasa -nunca algodón, ya que libera fibras que contaminarían el corte- debe estar en contacto con la piel de nuestro amigo, pero no quedar demasiado pegada, para evitar que las posibles supuraciones o sangrados puedan quedar adheridos a la tela.

4. Cubrir con detenimiento el corte en el can

La longitud del vendaje dependerá de la envergadura de la herida, pero también de la zona lastimada. No es lo mismo cubrir un corte en una pata que proteger un desgarro en la zona del vientre. El apósito de emergencia debe tapar por completo la lesión, pero no ejercer una presión excesiva sobre nuestro amigo: cuanto mayor sea la zona que cubrimos con la tela, mejor se repartirá la tensión.

Ante una herida sangrante, conviene recordar que el animal precisará un material absorbente, con el fin de retener el líquido mientras llegamos al veterinario. Si la hemorragia es abundante, se puede utilizar algodón para esta segunda capa, ya que se empapa, siempre que nos aseguremos de que no toque la herida.

Cuando la lesión es en una pata o en la cola del perro, conviene comenzar a cubrir casi desde las pezuñas o el extremo del rabo, con el fin de sostener la zona. Se envuelve la herida, así como sus alrededores, hasta que quede protegida de manera suficiente y el vendaje tapone la salida de sangre. Este cubrimiento permite, además, que el área quede amortiguada y a salvo de posibles golpes.

5. Terminar el vendaje en el animal

La presión de la gasa no debe impedir la normal circulación de la sangre

Para finalizar el apósito, es preciso contar con un esparadrapo o material poroso adhesivo que tenga una cara adherente para fijar el vendaje. La tensión de este y del cierre no deben obstaculizar la circulación de la sangre de nuestro peludo amigo. En caso contrario, la zona podría sufrir lesiones.

Debemos asegurarnos de que el vendaje quede anclado al cuerpo y no se deslice, con el fin de que sirva de protección, al menos, mientras se llega al veterinario. En cualquier caso, no es extraño que, pese a tener dolor, reconozca la gasa como un objeto extraño e incómodo. Para evitar que la muerda o retire, puede ser conveniente utilizar un collar isabelino durante el desplazamiento.

Consejos para que el perro conserve el apósito de urgencia
  • Una camiseta vieja puede servir para tapar el vendaje y protegerlo, en consecuencia, de los posibles mordiscos del perro.

  • Utilizar una venda elástica cerrada, con forma de tubo, ayuda a que el apósito no se deslice por el cuerpo del can y permanezca en su sitio. Unas mallas o pantalón elástico de algodón también pueden servir para este propósito.

  • Los collares isabelinos (con forma de campana) impiden al can acceder a la zona lastimada y, por tanto, evitan que muerda o retire la venda.

  • Los juguetes masticables colaboran para que el can canalice su ansiedad. Morderlos evitará que sea el apósito lo que acabe en su boca.

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