Hilos tensores para el rejuvenecimiento facial

La medicina estética incorpora la implantación de hilos tensores con el objetivo de mantener un rostro joven el mayor tiempo posible
Por Clara Bassi 20 de noviembre de 2007

El deseo de mantener un rostro joven, bien hidratado, terso y libre de arrugas, cada vez es más factible con técnicas menos agresivas e indoloras. La mesoterapia aplicada a la cara y los hilos tensores son dos de las técnicas que lo permiten. Tras la época de los ‘liftings’ se está dejando paso a la estética sin bisturí o poco agresiva. Ambas técnicas pueden aplicarse por separado o combinadas y son la nueva esperanza para mantener un rostro joven durante más tiempo.

La mesoterapia es una técnica ampliamente utilizada desde principios del siglo XX. Nacida en Francia, no fue hasta finales de los años 50 cuando se empezó a utilizar en aquel país de forma masiva en indicaciones estéticas. Actualmente, en España existen múltiples profesionales que la aplican con éxito. La mesoterapia consiste en introducir pequeñísimas cantidades de producto en las capas más superficiales de la piel, mediante un pequeño pinchazo prácticamente indoloro. Cuando las indicaciones forman parte de la cirugía estética, se habla de mesoplastia.

Mesoterapia y mesoplastia

Según los expertos, lo que actualmente destaca de la mesoplastia es la aparición de nuevos productos «mucho más eficaces y seguros». Así se ha visto en las Jornadas Internacionales Láser, Luz Pulsada, Técnicas Dermoestéticas y Avances en Medicina y Cirugía Estética, que se han celebrado recientemente en Barcelona.

Pero, más allá de las novedades, lo que actualmente centra el debate son las indicaciones de la mesoplastia. La posición de consenso es aplicarla para crear volumen, dar luminosidad a la piel, hidratarla, nutrirla y prevenir los efectos nocivos de las radiaciones solares. Depende de la edad y del estado de la piel. Sus efectos son luminosidad, tersura, hidratación y rejuvenecimiento de la piel. La duración también variable, en función de si la persona es fumadora o de si toma el sol.

Según las fuentes entrevistadas, cada especialista tiene su protocolo de trabajo y aplica un número variable de sesiones de mesoterapia, que depende en buena medida de la reacción del paciente al tratamiento. En cualquier caso, la técnica está contraindicada en personas con problemas de coagulación sanguínea y alergia al dispositivo médico.

Hilos tensores

Los hilos tensores son útiles para mantener la cara libre de arrugas. Se pueden aplicar a partir de la mayoría de edad. La indicación principal de estos hilos es evitar la flacidez y la caída de los tejidos. Con ellos, se pueden tratar distintas áreas faciales, como las mejillas caídas o el contorno mandibular. También se pueden elevar las cejas, ajustar la simetría en cejas y cara, servir de soporte de la piel del cuello y corregir la llamada línea de la ‘marioneta’. Esta línea, también conocida como la ‘arruga de la amargura’, es una depresión que aparece entre la comisura del labio inferior, en dirección a la mandíbula inferior, y que da sensación de tristeza y vejez.

La indicación principal de los hilos tensores es evitar la flacidez y la caída de los tejidos
Su uso está contraindicado en pacientes con enfermedades autoinmunes o un déficit en el sistema inmunitario, en arrugas muy anchas o profundas caracterizadas por una piel muy poco elástica y con muy poca tonicidad, o personas que se formen expectativas no realistas de los resultados de la intervención.

Existen distintos tipos de hilos. Para indicaciones estéticas, se utilizan los llamados hilos barbados o aptos, que pueden ser permanentes o reabsorbibles, según decida el médico en cada caso. Los hilos permanentes son de propileno y los reabsorbibles de dioxanona; estos últimos se deshacen y se integran en el tejido, de modo que desaparecen con el tiempo.

Aplicaciones

Estos hilos van provistos de unas prolongaciones, gracias a las cuales quedan agarrados a los tejidos donde se insertan y se mantienen en el lugar donde se colocan, sin que haya cicatrices visibles. Para introducirlos, el cirujano hace una pequeña incisión y los hace avanzar a través del tejido graso de la zona facial que desea tratar, siguiendo unas líneas que ha dibujado previamente en la piel.

Un procedimiento estándar implica colocar entre 4 y 6 hilos, mediante inyección de anestesia local, aunque en algunos pacientes se utiliza sedación intravenosa o ambas cosas. Cuando hay que poner más de 6 hilos, el procedimiento dura más tiempo y se requiere más sedación y anestesia. Habitualmente, una sola intervención es suficiente, pero en casos en que es necesaria otra inserción de hilos es recomendable esperar un par de meses.

Pero, además, estos hilos tensores se pueden aplicar junto a otros procedimientos estéticos, como la misma mesoterapia o la popular toxina botulínica, rellenos como el ácido hialurónico o grasa, ‘peelings’, láser o terapia de radiofrecuencia. También es posible realizar microliposucciones en el cuello.

ANTES Y DESPUÉS

ImgImagen: Chris Gander

Entre dos y tres semanas antes de la intervención se deben suspender los tratamientos con antiinflamatorios no esteroideos (naproxeno, ibuprofeno, indometacina), así como con ácido acetilsalicílico. Y el día antes de la operación se recomienda la sedación con diazepam (al igual que durante la intervención) a los pacientes muy emocionales o delicados, es decir, que son más nerviosos de lo habitual y que pueden reaccionar de forma inesperada. También es muy importante que, antes de someterse a esta cirugía, el paciente esté plenamente informado. Como en cualquier otra intervención, aunque los resultados en general son satisfactorios, existe riesgo de infección.

Una vez intervenido, el paciente no precisa hospitalización; sólo permanece una o dos horas en observación antes de irse a su casa. Sin embargo, como ocurre tras cualquier procedimiento quirúrgico, pueden aparecer algunos efectos secundarios: el paciente puede notar entumecimiento o un ligero dolor, que se trata con analgésicos, y presentar hematomas, que se pueden tratar con cremas antiedematosas. Los expertos recomiendan aplicar frío sobre la zona intervenida.

Habitualmente, el paciente puede regresar a su vida normal en unos pocos días (una semana como máximo), pero siguiendo unas indicaciones especiales que le dará su médico. En cuanto a la duración de los efectos de esta cirugía rejuvenecedora, al igual que ocurre con la mesoterapia, depende de la edad, la genética de cada persona o del estilo de vida, así como del número de hilos implantados y de la técnica empleada. La mínima duración garantizada es de 2,5 años y la máxima, aproximadamente, de 5 años.

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