La Unesco denuncia que las niñas tienen un 20% menos de posibilidades de acceder a la educación que los niños

Un informe de este organismo revela que el trabajo infantil impide que dos de cada diez menores puedan ir al colegio
Por EROSKI Consumer 6 de noviembre de 2003

Alrededor de 57 millones de niñas se encuentran sin escolarizar en el mundo y la mayoría de ellas no pueden romper con muchas de las circunstancias que encadenan sus vidas y volver al colegio. Y es que pese a los avances hacia una mayor paridad entre los sexos, las niñas siguen sufriendo una fuerte discriminación a la hora de ir a la escuela, y en muchos países (sobre todo en el África subsahariana) tienen un 20% menos de posibilidades de acceder a la educación que los niños, según denuncia el «Informe de Seguimiento de la Educación para Todos» del Fondo de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que hoy se presenta.

Uno de los escollos más importantes a la hora de lograr una mayor escolarización es la persistencia del trabajo infantil. No en vano, y según las estimaciones más recientes, el 18% de los niños con edades comprendidas entre 5 y 14 años son económicamente activos. Un porcentaje que, asegura la Unesco, podría ser muy superior al no estar incluidos los niños que realizan tareas domésticas. Por tanto, una de las razones más comunes por la que los niños no van a la escuela estriba en que sus familias les obligan a trabajar. Por otra parte, la Unesco resalta que la mitad de los menores que trabajan son niñas. «El trabajo infantil disminuye a medida que el desarrollo económico aumenta, y no cabe duda de que su existencia es resultado de la pobreza», asegura.

En este sentido, la Unesco hace especial hincapié en una circunstancia que resulta determinante para muchas familias con bajos niveles de ingresos: a pesar del compromiso universal de una enseñanza primaria gratuita y obligatoria, todavía existen en el mundo 101 países que siguen imponiendo el pago de derechos de matrícula para el acceso a la educación. A estos gastos hay que sumar los libros de texto, uniformes, transportes…. «que son difícilmente asumibles (cuando no imposible) por muchas familias de los países en desarrollo».

Para la agencia de la ONU, estos gastos -junto con la necesidad de que los niños trabajen- son el factor más importante de freno a la escolarización y acentúan la deserción escolar en las primeras etapas. Junto a ello, la discapacidad es otro factor de riesgo: el 90% de los niños discapacitados de los países en desarrollo no va a la escuela.

Prácticas tradicionales

En lo que a diferencias de género se refiere, el informe señala que las desigualdades más acusadas se dan en aquellas sociedades que confinan a las mujeres en el hogar. Las prácticas tradicionales que reviste la entrada en la adolescencia en muchos países y los ritos de paso resultan perjudiciales para la educación. Así, la Unesco advierte de que el matrimonio precoz de las niñas supone un enorme obstáculo y, en algunas sociedades, la tradición permite que se pueda reducir a la esclavitud a las niñas para reparar infracciones cometidas por algún familiar de sexo masculino o garantizar la seguridad del conjunto de la familia. Los datos de este organismo demuestran que las mujeres instruidas aplazan la edad de matrimonio y tratan de cambiar sus funciones sociales tradicionales, aunque muchas veces no lo consigan.

Pero además, existe una circunstancia que fomenta la desigualdad desde las aulas: «los docentes suelen pensar que las niñas son menos inteligentes que los varones», indica el informe. Una creencia que la agencia de la ONU echa por tierra al señalar que las dificultades de acceso con que tropiezan las niñas en la escuela no les impide lograr resultados iguales o mejores que sus compañeros varones.

Por otra parte, para Naciones Unidas reducir las disparidades de sexo pasa por afrontar y reconocer que el acoso y la violencia sexual (por parte de compañeros y profesores) son en las escuelas de los países en desarrollo una de las causas de los bajos resultados escolares y de índices elevados de abandono escolar.

Pero en el terreno de la discriminación hasta las infraestructuras escolares pueden ser un elemento a tener en cuenta. Así, la falta de servicios higiénicos separados para niñas y varones se ha revelado como un factor decisivo en la deserción escolar de las niñas durante la época de menstruación. Todas estas circunstancias hacen inviable, según el informe de la Unesco, el objetivo de lograr la igualdad en la escolarización de niños y niñas fijado por Naciones Unidas para 2005.

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