Las playas para canes se extienden a lo largo y ancho de la costa española. Este éxito del movimiento dog-friendly (amigos de los perros) se debe a una mayor concienciación hacia nuestros peludos amigos pero, también, a un mayor cuidado y respeto por el entorno de quienes que comparten su vida con ellos. El siguiente artículo detalla a qué playas se puede acudir con el can y en cuáles hay riesgo de pagar una multa. Y es que conocer la red de playas que admiten perros es importante, ya que acudir a una donde no son bienvenidos puede costar hasta 3.000 euros.
A la playa con el perro
Las playas que admiten perros crecen en España (y fuera de sus fronteras) y ya pueden encontrarse en la mayoría de las provincias bañadas por el mar. Pero antes de aventurarse, y acudir a un arenal con los peludos compañeros este verano, hay que saber que no todas las zonas costeras abrazan el movimiento dog-friendly (amigo de los perros), ya que permitir el acceso de los canes a las playas españolas es una responsabilidad de las ciudades, y cada localidad tiene una norma distinta.
Las playas para perros son cada vez más fáciles de encontrar, pero hay que informarse para eludir las multas
Hay municipios que prohíben el acceso de los perros a sus playas durante todo el año. Otros lo restringen solo durante la época estival, y existen ciudades que permiten la entrada de los peludos bañistas solo durante determinadas horas del día. Por eso, antes de entrar en la playa, hay que informarse en el ayuntamiento correspondiente de su ordenanza al respecto. Y es que las multas, según la localidad, llegan hasta los 3.000 euros.
«Las ciudades costeras son las responsables de mantener sus playas y los lugares públicos de baño en las debidas condiciones de limpieza, higiene y salubridad», explica la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Y esto incluye la potestad de admitir canes en sus arenales, pero también la de habilitar playas para perros adaptadas a sus necesidades.
Por fortuna, los arenales para canes cada vez están mejor señalizados, con distintivos y carteles que posibilitan localizarlos y disfrutar de un chapuzón en compañía de los peludos amigos. Y la buena noticia es que, además, estas playas que admiten perros crecen y se extienden a lo largo y ancho de nuestras costas.
Playas para perros en la Comunidad Valenciana
Valencia ha marcado un hito en cuanto a las playas para canes. La Playa Can de Gandía, localizada entre l’Ahuir y el río Vaca, no solo permite el baño de perros. Esta zona cuenta incluso con un punto de información para los peludos bañistas, donde se pueden conseguir estacas de madera con gancho, para agarrar la correa de la mascota mientras descansa bajo la sombrilla. Las instalaciones facilitan también bolsas para que nadie olvide recoger las caquitas de sus compañeros de cuatro patas.
El Campello, en Alicante, también ofrece la posibilidad de encontrar playas para canes.
Pero, ¿y si lo que se busca es una cala tranquila donde darse un chapuzón en compañía del perro? Esa alternativa es posible en la cala de Aiguadoliva, en Vinaròs. Este arenal marítimo se encuentra a tres kilómetros del casco urbano, por lo que deja a los peludos bañistas disfrutar del mar en un ambiente menos concurrido.
Playas para perros en Andalucía
Las playas para perros se extienden desde Andalucía hasta Galicia, incluso por las islas
Disfrutar de la playa y de los perros en el sur de España es cada vez más fácil.
La provincia de Málaga acaba de estrenar una playa para canes de casi 14.000 metros cuadrados: Arroyo Totalán. La Sal, en el municipio malagueño de Casares, también se declara amiga de los perros sin tapujos.
Los canes y sus amigos bañistas de dos piernas también son bienvenidos en la costa de Huelva. Esta provincia cuenta con la playa para perros de Terrón, un arenal donde canes y humanos comparten baños de sol y chapuzones en el mar.
Galicia, playas y perros
El concello de O Grove ha reubicado este verano de 2014 sus playas para perros. Canelas y Con Negro dejan de ser arenales caninos, por encontrarse dentro de la Red Natura 2000 europea de protección de espacios naturales.
Los peludos bañistas pueden acudir ahora a Porto dos Padroneses, en la zona de Rons, y a la playa de Espiño, en San Vicente.
Playas para perros en la Costa Brava
El municipio de Castelló d’Empúries, en plena Costa Brava (Cataluña), dispone desde hace un lustro con 200 metros de arenal para canes, una oportunidad veraniega que no deben dejar escapar los amantes del mar y de los perros que, además, anhelen las dunas.La Rubina, en el Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà, es, además de una playa para canes, una interesante área de marismas donde disfrutar también de las aves zancudas.
¿Más posibilidades? El arenal para perros de la Ametlla de Mar, en Baix Ebre, también es apto para los peludos bañistas.
Islas, playas y perros
Las calas de Ibiza también abrazan, poco a poco, el movimiento amigos de los perros. Para empezar, los peludos viajeros pueden acercarse al municipio de Santa Eulària, donde el Ayuntamiento ha abierto dos zonas costeras de baño para los veraneantes de cuatro patas.
En Güímar, Tenerife, también ondea la bandera de playa para perros. Desde agosto de 2013, el municipio cuenta con una zona de costa apta para los bañistas más peludos: 200 metros de línea de playa, conocidos como la cuarta playa del Puertito, al lado del Club Náutico Puertito de Güímar.
Bocabarranco, en Las Palmas de Gran Canaria, también es playa para canes. Se trata de una conquista lograda en parte gracias a la plataforma de defensa de los animales 7 islas x 4 patas.
Playas con perros en País Vasco y Cantabria
Algunas comunidades autónomas son más reticentes a la hora de abrazar el movimiento de playas amigas de los perros o, al menos, son más sutiles. Este es el caso de País Vasco y Cantabria, que todavía no cuentan con playas oficiales para canes.
Sin embargo, algunos de sus arenales sí son visitados por perros, aunque no siempre tengan el distintivo de playa peluda. El portal RedCanina.es hace una selección de las zonas costeras más frecuentadas por canes y dueños en verano.
Un ejemplo es la cala Alabortza, en Pasajes (Guipúzcoa). Aunque no se declara «playa para perros» de forma oficial, sí es muy frecuentada por canes deseosos de un chapuzón salado.
Algo similar ocurre en la playa de Berria, en Santoña (Cantabria).
