El apareamiento: manual de seducción canina

Preparar un ambiente propicio antes del apareamiento relaja a los animales y evita problemas frecuentes en la reproducción, como el rechazo de la pareja
Por Eva San Martín 30 de enero de 2012
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Imagen: blumenbiene

La seducción no es exclusiva de las personas. Una hembra de perro en libertad también elige a su pareja entre varios pretendientes. Los animales se muerden, juegan y lamen para calentar el ambiente antes de la cópula. Una perra preparada para el apareamiento muestra interés con el ladeo de su cola, y enseña su vulva. El ritual de la seducción canina antes del apareamiento se produce dos veces al año para la hembra y coincide con su celo. Conocer las claves y sus problemas ayuda a asegurar el éxito de la reproducción de nuestra mascota.

Cuando la hembra entra en celo, libera con su orina unos potentes estimulantes químicos llamados feromonas. Para nosotros son inodoros, pero un macho puede olerlos desde kilómetros de distancia. Esto hace de las feromonas unas potentes herramientas de seducción, que actúan como altavoces de disponibilidad sexual de la hembra. La perra esparce su orina cargada de hormonas antes incluso de estar preparada para la cópula. Quiere atraer a varios perros y elegir al mejor pretendiente posible.

Los manuales de seducción no son exclusivos del género humano. El mundo animal está lleno de muestras y sofisticados comportamientos que preceden al apareamiento. Y los perros no se quedan atrás.

Una de los problemas a la hora de cruzar a la mascota es no elegir bien el lugar
El cortejo entre los canes que precede a la cópula no tiene nada de sencilla. Los juegos, mordiscos, lametones e incluso varios intentos de monta suelen ser necesarios para caldear el ambiente previo al encuentro sexual de los perros.

No tienen tanta suerte los animales con pedigrí, que en raras ocasiones cuentan con la posibilidad de elegir a sus parejas. La decisión suele tomarla el criador, más interesado en perpetuar determinados rasgos físicos del animal que en sus preferencias sexuales.

Juegos preliminares caninos

Aprender a interpretar los gestos de una perra es primordial no solo para el macho que pretende montarla, sino para quien toma la decisión de criar una camada. Que la hembra se muestre amable y seductora no significa que esté lista para el apareamiento.

Hasta que sus óvulos no estén preparados para ser fecundados, ella rechazará las insinuaciones del macho. Podría incluso mostrarse agresiva si él intenta montarla. El cortejo puede entonces durar varias horas. Cuando ella esté lista se quedará quieta ante el macho como señal.

Para que el esperma del macho alcance con éxito los óvulos de la hembra (fecundación), el encuentro debe producirse en el momento adecuado del ciclo sexual de la perra. El sangrado marca el inicio del celo en las hembras y la ovulación suele producirse dos días después de comenzar el sangrado.

La edad y la experiencia de los animales son cuestiones que también deben de tenerse en cuenta cuando se pretende cruzar con éxito un animal. Un macho de perro puede ser fértil a partir de los seis meses de edad. Pero esto no asegura que el animal sea sexualmente maduro. Por ello, es recomendable esperar hasta el año o año y medio de edad para asegurar que el cruce no fracasará.

En las hembras, la llegada del celo es la señal que marca su capacidad para reproducirse. No obstante, el aparato reproductor de una hembra no funciona a pleno rendimiento hasta el segundo celo, que llega a partir del año de vida. Pero se recomienda no cruzar a la hembra hasta que ovule por tercera vez. Algo que ocurrirá cuando tenga entre 18 y 24 meses de edad.

Señales de que la hembra está preparada

Una vez que los niveles de hormonas bajan, la perra está lista para aparearse. Su actitud dista mucho de ser pasiva. Captará la atención del macho con acercamientos y movimientos insinuantes. Desplazará hacia un lado la cola, mostrando sus genitales como invitación. Será difícil que el macho la ignore. Él mostrará su interés olfateando su cara y costados, y lamiendo su vulva.

La ovulación en la hembra desencadena una serie de cambios visibles en el cuerpo del animal. Cuando está receptiva para el apareamiento el tamaño de la vulva crece. El sangrado, aunque no tan abundante, prosigue. No conviene, sin embargo, forzar a la pareja. «El apareamiento debe ser espontáneo. Si no sucede, significa que uno de los dos animales no está preparado», explica la veterinaria Claudia Nieto. «Tal vez la perra no esté en la etapa correcta del celo o quizá sea inexperta».

Problemas más comunes durante el apareamiento

La experiencia, como en el caso de las personas, también cuenta a la hora de cruzar a dos animales. No es extraño que un perro primerizo no acierte al montar a la perra, y precise varios intentos. Las señales de disponibilidad enviadas por la perra tampoco son sencillas de interpretar para un macho que se enfrenta por primera vez al juego de la seducción.

Cuando una pareja de canes no muestra interés por el apareamiento es recomendable ofrecer ayuda a la pareja. Utilizar algunos trucos para crear ambiente maximiza las posibilidades de éxito del encuentro. La primera pregunta que debe asaltar es la recurrente: ¿en tu casa o en la mía?

Uno de los problemas típicos a la hora de aparear a nuestra mascota es no acertar con el lugar elegido. «Hay que encontrar un sitio neutral», asegura la veterinaria Claudia Nieto.

La seducción de los perros previa al apareamiento puede durar varias horas e incluye juegos, mordiscos y lametones
Y en caso de que no sea posible, la mejor opción es trasladar a la hembra, ya que puede sentirse intimidada ante la presencia de un perro que no conoce en su casa. «Hay perras que se sienten incómodas al ver a otro macho en su territorio y simplemente lo atacan». En este caso, conviene que el dueño de la perra no esté presente en el momento del encuentro para disminuir la posibilidad de rechazos.

Cuando la ayuda y el ambiente creado no funcionan, conviene recurrir a la inseminación artificial. El veterinario puede ayudarle a tomar la decisión más acertada en cada caso.

Consejos
  • Una hembra interesada en buscar compañero orina con frecuencia.

  • Una pareja de perros inexpertos puede necesitar ayuda para la monta.

  • Buscar un lugar neutral para el encuentro reduce posibles rechazos.

  • Cuando la ayuda no es suficiente, conviene recurrir a la inseminación artificial.

  • Consulte a su veterinario en caso de duda sobre la fertilidad de su perro.

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