El baño del perro, paso a paso

El baño del perro tiene ciertos secretos, y un orden adecuado, para llevar a cabo de forma correcta este importante hábito de higiene de su mascota
Por Eva San Martín 30 de enero de 2012
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El baño del perro, con agua y un jabón apropiado, debe incorporarse a la rutina cotidiana habitual de higiene de nuestra mascota. Sin embargo, no todos los perros consideran, en principio, el momento del aseo como una experiencia positiva. Seguir ciertos consejos, y respetar un orden adecuado, ayuda a hacer del baño de nuestra mascota una costumbre saludable.

1.-Empezar con buen pie el baño del perro

Un perro acostumbrados a los baños será más fácil que asocie el aseo con un momento agradable, siempre que la higiene haya sido una experiencia positiva para él. La primera vez que se le asea, hay que tranquilizarle, proporcionarle caricias y palabras agradables. Debe tratar que su primer contacto con el agua y el jabón sea placentero.

2.- Preparar al can para el aseo

Calentar el ambiente, con cariño, ayudará al perro a afrontar de forma positiva su necesaria rutina del baño. Antes del aseo, se debe peinar bien el pelaje del perro con ayuda de un cepillo para desenredar el manto y eliminar el pelo muerto. Las púas retiran asimismo el polvo y otros posibles restos de suciedad del pelo del perro.

El cepillado del perro no debe restringirse, sin embargo, al momento previo al baño. Debe incluirse dentro la rutina habitual de higiene: los perros de pelo suelen necesitar dos cepillados a la semana, mientras que los animales de manto largo necesitan ser cepillados al menos una vez al día, para evitar que se formen nudos en su pelaje.

3.- Decidir el sitio adecuado para el baño del perro

Utilizar una bañera, un barreño del tamaño adecuado o una placa de ducha, hará que el baño de nuestra mascota sea reconfortante. Controlar la temperatura del agua propicia que nuestro perro permanezca tranquilo: el agua debe estar templada, alrededor de los 39ºC.

El momento del aseo no es, sin embargo, un rato atractivo, en principio, para muchos perros. No es extraño que el animal se ponga nervioso y trate de huir. Amarrar al perro con un arnés y proporcionarle caricias y palabras de cariño mientras que le bañamos, puede facilitar la tarea de forma sustancial.

4.- Elija una temperatura de agua templada

Una ducha con el agua fría de la manguera no es, de ninguna forma, el modo apropiado de asear a su perro. La temperatura corporal del can, como ya se ha indicado, roza los 39ºC de media. Esto significa que el cuerpo del perro funciona a unos dos grados más que el de las personas.

Esta diferencia explica que el perro sea más sensible al agua fría que nosotros: su cuerpo siente un contraste mayor. Lo que a una persona le puede parecer que está caliente, para el perro puede resultar frío. El agua del baño debe ser lo más parecida posible al cuerpo de nuestra mascota y, por lo tanto, acercarse a los 39ºC.

5.- Empiece el aseo por la cabeza

La cabeza del perro es la parte más delicada para lavar, ya que el contacto del jabón con los ojos del animal le provocará irritaciones. Si el agua entra de forma descontrolada en los oídos del perro puede causar, asimismo, infecciones.

Humedecer un paño con el agua del baño ligeramente enjabonada ayudará en esta tarea: frote ligeramente la cara de su perro, evitando acercarse demasiado a la zona de los ojos. El baño del perro debe ser aprovechado para limpiar la parte externa de las orejas del perro, evitando la higiene del interior o del oído, que requieren cuidados especiales.

Cuando haya acabado, aclare la toalla y escúrrala con firmeza para poder retirar el jabón de la cabeza del perro en su totalidad. Es posible que requiera repetir este paso algunas veces hasta eliminar cualquier resto de producto.

Si, a pesar de extremar el cuidado, los ojos entran en contacto con alguna salpicadura de jabón, vierta agua abundante sobre la cabeza de su mascota, y elimine con suavidad los restos de producto con una toalla seca.

6.- Enjabonar y aclarar con empeño

Aplique una pequeña cantidad de champú sobre el lomo y la parte trasera del cuerpo del perro. Restriegue con suavidad el producto sobre su vientre y su caja torácica, aplicando un masaje de forma que el champú entre en contacto con el pelo y la piel del animal. Puede utilizar la misma toalla para el enjabonar el cuerpo del perro que usó para limpiar su cabeza.

Hay que aclarar el jabón con abundante agua y escurrir todo el manto, desde la cabeza hasta las patas, con las dos manos. No obstante, al perro le gustará sacudirse de forma enérgica tras el baño, y retirar, a su modo, la humedad de su cuerpo.

Si el primer baño del perro es placentero, será más fácil que asocie el aseo con una experiencia agradable
Tras el aclarado, seque completamente a su perro con ayuda de una toalla y del secador. El ruido del secador puede asustar al perro, por lo que conviene acercar de forma paulatina el aparato, para evitar sobresaltos. La distancia entre el aparato y el perro debe ser al menos de 30 centímetros, para evitar quemar la piel de nuestra mascota. Hay que secarle, muy bien, con toallas y volver a cepillarle, para que no queden restos de humedad, sobre todo si el perro tiene la piel sensible. No dejar restos de jabón en la piel y no usar un jabón inadecuado, para evitar problemas dermatológicos, como irritaciones.

Consejos
  • No bañe a su animal hasta siete días después de haber sido vacunado. Si es necesario límpielo con un champú seco o un paño humedecido en alcohol de romero y después cepíllelo enérgicamente.

  • El agua del baño del perro debe rondar los 39ºC, como su temperatura corporal.

  • El aseo de nuestra mascota debe comenzar por la cabeza: con ayuda de una toalla humedecida y ligeramente enjabonada.

  • Tras el aclarado, seque completamente a su perro con ayuda de una toalla y del secador.

  • Si el perro comienza a bañarse a partir de los tres meses, se acostumbrará mejor al agua y el jabón.

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