Los neumólogos alertan sobre el síndrome del edificio enfermo

Muchos centros de oficinas, e incluso ciertos hospitales, pueden ser el origen de determinadas enfermedades
Por EROSKI Consumer 24 de noviembre de 2006

Los ultramodernos edificios de oficinas son en muchas ocasiones los causantes de dolores de cabeza, fatiga, irritación de las conjuntivas oculares, sequedad de las vías respiratorias superiores, irritación de piel o alergias cutáneas.

Es lo que se denomina síndrome del edificio enfermo, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1982. Pilar Cebollero, coordinadora del área de enfermedades medioambientales de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), define este síndrome como «el conjunto de síntomas que padecen algunos individuos que habitan o trabajan en un mismo centro, generalmente de los denominados sellados, y que remiten cuando lo abandonan».

También pueden verse afectados por el síndrome del edificio enfermo algunos de los hospitales construidos a partir de los años 70, así como determinados hoteles y hasta conjuntos arquitectónicos residenciales. Los síntomas antes señalados se achacan frecuentemente al sistema de ventilación, si bien se tiene constancia de que en su origen están implicados otros elementos, tales como ciertos materiales de construcción o decoración, además de la disposición de los espacios, la iluminación, el nivel de ruidos y aparatos como fotocopiadoras, ordenadores, fax, etc.

Asumiendo esa diversidad de causas, la doctora Cebollero considera que habría que insistir especialmente en los perjuicios a que pueden dar lugar los deficientes sistemas de climatización, que «se convierten en una red a través de la cual se propagan elementos volátiles y material orgánico de carácter irritante o directamente nocivo para la salud, como sucede, por ejemplo, con el humo del tabaco».

Ir al médico

Los expertos aconsejan a la persona que sospeche sufrir las consecuencias de este síndrome acudir al médico, quien «deberá tener un largo y meticuloso diálogo con el paciente, al objeto de enfocar su caso. Posteriormente, según el tipo de síntomas que presente, se procederá a determinar si esa persona está predispuesta inmunitariamente a padecerlos o si está o no sensibilizada a alguno de los agentes causales del síndrome. Para ello habrán de realizarse distintas pruebas serológicas», explica Pilar Cebollero.

Sólo una vez que se ha diagnosticado al paciente, podrán tomarse las medidas oportunas en cada caso, aunque «el hecho de que sospeche la naturaleza y procedencia de sus molestias es, obviamente, un paso importante y eficaz en el tratamiento», añade la neumóloga.

Las medidas para prevenir los edificios enfermos pasan por que arquitectos, ingenieros y técnicos en sistemas de aire acondicionado tengan en cuenta la existencia de este síndrome a la hora de diseñar los inmuebles.

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