Las partículas metálicas del humo de los fuegos artificiales perjudican la salud

Una investigación confirma la presencia de pequeñas concentraciones de plomo, cobre o titanio que llegan hasta el pulmón
Por EROSKI Consumer 19 de noviembre de 2010

Las partículas metálicas que se emiten en el humo de los fuegos artificiales suponen un riesgo para la salud, en especial para las personas asmáticas. Lo advierte así un estudio elaborado por investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea-CSIC) de Barcelona, que publica la revista «Journal of Hazardous Materials».

La adición de metales en la pólvora, que se realiza para obtener los diferentes colores y efectos de los cohetes, provoca la liberación de partículas nocivas para la salud, según se demuestra con estos datos, recogidos en exhibiciones pirotécnicas realizadas en Girona, Barcelona, Valencia y Londres. Estas partículas son lo bastante pequeñas -varias micras o menos- como para ser inhaladas «profundamente» en el pulmón, algunas muy perjudiciales como el plomo, si bien también se ha detectado la presencia de cobre, estroncio, potasio, magnesio, aluminio, titanio, bario, antimonio y concentraciones de óxido nítrico y dióxido de azufre.

«La investigación toxicológica ha demostrado que muchas de las partículas metalíferas que lleva el humo de los fuegos artificiales son bioreactivas y pueden afectar a la salud humana», señaló la investigadora del Idaea Teresa Moreno. La evidencia es que dicha inhalación resulta perniciosa «aunque solo suceda en ocasiones puntuales a lo largo del año», por lo que la investigadora recomendó alejarse del humo que se produce tanto como sea posible. «La gente que vive en las ciudades inhala cantidades importantes de partículas contaminadas por las emisiones del tráfico, las chimeneas o los cigarrillos, y el humo denso de los fuegos artificiales empeora las cosas», apuntó Moreno.

Una menor exposición implica una menor contaminación, por lo que la investigadora señaló como solución al problema que los asistentes a estos espectáculos se coloquen en lugares no afectados por la llegada de las emisiones y se preste atención a la dirección del viento. También consideró importante realizar un control «estricto» sobre los componentes del material pirotécnico que se importa, para evitar así la quema de aquellos productos con una composición química potencialmente más peligrosa.

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