Tratamiento no invasivo de los pólipos de garganta

Algunos casos podrían resolverse con una inyección, sin intervención quirúrgica ni anestesia general
Por Núria Llavina Rubio 30 de noviembre de 2009
Img otorrino
Imagen: Wikimedia

La extracción de pólipos de garganta mediante cirugía podría sustituirse por una inyección de corticoesteroides. Las ventajas de este procedimiento son el ahorro de tiempo -muy valioso para profesores o cantantes, que usan la voz como herramienta de trabajo-, así como un menor coste de las intervenciones y del periodo de ingreso hospitalario y de recuperación. Este tratamiento está en fase de estudio, pero sería una solución idónea para pacientes que no son candidatos a la cirugía ya que, además, evita las cicatrices.

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Los pólipos en la garganta son un crecimiento anormal de tejido blando que, por norma general, se crea en forma de ampolla en una cuerda vocal. Suelen estar provocados por el hábito del tabaco durante tiempo prolongado, pero también por hipotiroidismo (un tipo de alteración de la glándula tiroides), reflujo gastroesofágico o por un uso excesivo o erróneo de las cuerdas vocales. El resultado es una voz ronca, baja y entrecortada.

Inyección menos invasiva

A pesar de que algunos pólipos de pequeño tamaño se resuelven con un tratamiento conservador, hay otros que no reducen sus dimensiones con terapias de logopedia. En estos casos, se requiere un procedimiento quirúrgico con anestesia general que, como toda intervención, conlleva algunos riesgos. Investigadores taiwaneses, de la Universidad Nacional Tang-Ming en Taipei, han publicado en la revista «Archives of Otolaryngology-Head and Neck Surgery» un método más sencillo y rápido para tratar estos pólipos: una inyección de corticosteroides, con propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras. Con ella se evita la anestesia general, ya que tan sólo se aplica un spray de lidocaína, que produce entumecimiento local. Con el paciente sentado, se introduce un endoscopio a través de la nariz hasta la laringe para observar el campo de trabajo y, con una jeringuilla, se pincha a través del cuello (justo por encima del cartílago cricoides), hasta alcanzar la base del pólipo. Allí se inyecta un corticosteroide, el antiinflamatorio triamcinolona acetónido.

Los pólipos más pequeños se pueden tratar mediante logopedia, sobre todo, cuando se deben a un mal uso vocal

Las inyecciones de corticosteroides evitan las cicatrices, al ser una técnica no invasiva, y permiten intervenir a pacientes que no son candidatos a la cirugía, como quienes padecen un reflejo del vómito o lesiones cervicales. Si es necesario, se puede administrar una segunda inyección.

En el 92% de los casos (24) el resultado fue satisfactorio. La duración total de cada intervención apenas duró 20 minutos, lo que reduce el tiempo quirúrgico y de permanencia en el hospital, además del gasto sanitario. Respecto al resto de los pacientes, medio mes después de la inyección no se observó ningún cambio sustancial en ellos, pero el 20% confirmó la desaparición de los pólipos durante el mes posterior y, a los tres meses, la cifra había ascendido al 54%. Sólo en dos participantes las lesiones reaparecieron a los seis y nueve meses.

Disfonía con tratamiento logopédico

Los pólipos pueden considerarse disfonías. En estos trastornos de la voz, el problema se detecta en las cuerdas vocales y afecta a su vibración correcta. El resultado es una voz alterada. Los pólipos más pequeños se tratan con logopedia, sobre todo, cuando se deben a un mal uso vocal. Un informe otorrinolaringológico aportará en primer lugar datos sobre el estado de la laringe, ya que un logopeda no actúa de la misma forma con las distintas patologías.

La rehabilitación mediante foniatría consiste en informar al paciente sobre la técnica precisa para la utilización de la voz, lograr una tonalidad adecuada y timbrada que le permita usarla sin esfuerzo y evitar los problemas que puede causar el mal uso. Al mismo tiempo, se corrigen, si los hay, los problemas patológicos. Algunas técnicas de terapia indirecta trabajan la higiene vocal, el entrenamiento auditivo, la eliminación del mal uso o abuso de la voz y la evitación de agentes irritantes. Éstas se centran en la relajación laríngea, la respiración diafragmática, la coordinación de la respiración y la fonación y el control del tono y el volumen. La combinación de ambas técnicas es vital para una buena rehabilitación.

Antes de llegar a un estado de disfonía, sin embargo, se puede frenar su desarrollo con una buena higiene vocal. Hay que evitar el tabaco o los agentes deshidratantes como el alcohol y la cafeína, beber abundantes líquidos, humidificar el ambiente (y eludir espacios con humo, polvo o gases), limitar el consumo de especias picantes y alcohol en la dieta, no usar la voz durante demasiado tiempo, reducir el volumen y el tiempo de habla (sobre todo, ante infecciones respiratorias), mantenerse en silencio durante un esfuerzo físico, huir de posturas tensas al articular las palabras (relajar los músculos de los hombros y cuello), recibir entrenamiento o apoyo de un especialista cuando se use la voz de forma profesional y evitar hablar o cantar cuando la voz esté dañada.

PÓLIPOS CRÓNICOS

Investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) acaban de publicar un estudio en “American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine”, en el que aseguran haber encontrado una proteína responsable del crecimiento de los pólipos que causan una de las formas más severas de sinusitis, resistente a la mayoría de los tratamientos actuales. En sus formas más graves (entre el 15% y el 30%), este tipo de sinusitis crónica origina pólipos que pueden bloquear la nariz y los conductos nasales, por donde resulta difícil o imposible respirar. Hacerlo provoca dolor, hinchazón y un aumento de las infecciones.

La proteína descubierta, el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF), está implicada también en el crecimiento de vasos sanguíneos y, al parecer, en multitud de enfermedades, entre ellas, el cáncer. Los investigadores examinaron la sustancia de los pólipos y detectaron una cantidad destacable de VEGF. En estos casos, la cirugía es la única solución, aunque es frecuente que los pólipos crezcan de nuevo. Como terapia, se prescriben esteroides orales, si bien estos fármacos tienen demasiados efectos secundarios y apenas detienen su desarrollo de forma temporal.

En el futuro, podrían desarrollarse métodos de tratamiento a partir de la reducción del endotelio vascular. Las investigaciones sugieren una nueva manera de predecir qué pacientes podrían desarrollar pólipos, a partir del estudio de las cantidades de esta proteína en los tejidos.

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