Entrevista

María Ángeles Planchuelo, presidenta del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo de Madrid

Cuantas más leyes reguladoras se aplican, más se reduce el consumo de tabaco en los hogares
Por Clara Bassi 28 de diciembre de 2010
Img planchuelo
Imagen: CONSUMER EROSKI

Las leyes reguladoras del consumo de tabaco en los espacios públicos no solo contribuyen a un descenso del número global de fumadores, sino también a una disminución de su consumo en espacios privados, como los hogares. Cuanto más restrictivas son estas normativas, como la regulación que entrará en vigor en España, mayor es su impacto en la salud de los ciudadanos. Así lo explica en esta entrevista María Ángeles Planchuelo, especialista en Medicina del Trabajo, fundadora de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo (Sedet) y, en la actualidad, presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) de la Comunidad de Madrid.

¿Cuántas muertes se atribuyen al tabaco cada año en España?

Alrededor de 55.000 muertes están causadas de forma directa por su consumo, repartidas en tres grandes grupos: el cáncer, la enfermedad cardiovascular y las patologías respiratorias, que tienen en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) su mayor representación.

En los últimos años, ¿ha aumentado el número de fumadores?

En el aspecto epidemiológico, la tendencia es que disminuya el número de fumadores, aunque poco a poco. Esta situación forma parte del marco teórico de la epidemia tabáquica, ya que se alcanza el número máximo de fumadores en una población y, al cabo de los años, se detecta cómo el tabaco pasa factura a través del diagnóstico de enfermedades y muertes. Después, la cifra empieza a declinar de forma natural. También coincide con la puesta en marcha de medidas de prevención y control del tabaquismo, que favorecen que nuevas personas no sucumban a esta adicción y que más fumadores aceleren el paso para abandonar el hábito. El descenso en su consumo es la tendencia que se sigue en los países desarrollados.

¿En España esta tendencia es igual en hombres y en mujeres?

“Cada año en España cerca de 55.000 muertes están causadas de forma directa por el consumo de tabaco”

En España, la tendencia es descendente, aunque distinta entre sexos. Los hombres han alcanzado el máximo de la epidemia, que luego ha empezado a descender, mientras que en el caso de las mujeres ha seguido otros derroteros: se relacionaron con el tabaquismo hace 15 años, después de la generalización de los varones. El ascenso ha sido más lento y, como se han impuesto medidas de control de la legislación tabáquica, no han llegado al nivel de los hombres, sino que han pasado una fase de mantenimiento y, ahora, ha empezado el declive.

¿Cree que la aprobación de una normativa restrictiva es la mejor forma de prevenir la adicción tabáquica?

Más que restrictiva, es reguladora. No es una legislación que prohíba fumar a fumadores, sino que regula los sitios donde no se puede hacer por una razón fundamental: causa daños a terceros. Una ley que regule el consumo de tabaco en lugares públicos favorece que disminuya la prevalencia de fumadores. Cuando la legislación es parcial, la disminución que se registra es del 4% y, cuando la prohibición es total (no se puede fumar en ningún lugar público), el descenso oscila del 10% al 11%. Estas medidas son eficaces porque permiten, además de amparar a terceras personas, disminuir el consumo. Benefician a todos.

Estos son datos de países donde la legislación reguladora es muy estricta, ¿qué impacto ha tenido desde el punto de vista de la salud?

“Una ley que regule el consumo de tabaco en lugares públicos favorece que disminuya la prevalencia de fumadores”

Son datos del Banco Mundial, que ponen de manifiesto cómo las medidas reguladoras incluyen el control de los lugares públicos, los programas educativos y de deshabituación tabáquica, la regulación de los puntos de venta y el control de esta epidemia. En estos países se han conseguido resultados muy importantes, que se pueden valorar con la tasa de infartos de miocardio: han disminuido los ingresos debidos a esta enfermedad cardiovascular entre un 10% y un 11%. Aquí sucederá lo mismo.

En el País Vasco se ha propuesto una normativa muy restrictiva, según la cual se debe prohibir fumar al aire libre en espacios públicos como parques infantiles. ¿Es necesario llegar a ese extremo?

Es una proposición en fase de trámite legislativo, pero que entendemos que podría quedar en los mismos términos que la estatal. Desde el punto de vista de la salud, si no se fuma en un lugar cerrado, no hay ningún problema. Pero desde el aspecto preventivo inicial y de modelo educativo para los niños, ésta es una medida que hay que tener en cuenta, de la misma forma que se habla de que en las puertas de acceso a centros escolares o sanitarios no esté permitida la aglomeración de personas que fumen. Son medidas que pueden ayudar a evitar que el niño se inicie en este hábito tan nocivo.

Todas las normas aprobadas regulan el consumo de tabaco en espacios públicos. ¿Estas medidas favorecerán un incremento del hábito de fumar en los hogares, con los riesgos que entraña para la salud de los niños?

“El tabaco es un producto adictivo, que crea enfermedad, mata a quien lo consume y a quien está al lado”

No es así lo que señala la evidencia científica. No solo no es bueno que no se fume en los lugares públicos, sino que también sería muy importante que no se hiciera en los lugares privados. La evidencia apunta que donde las regulaciones son más restrictivas y más amplias respecto a los espacios públicos donde no se permite fumar, las personas reducen su consumo en el hogar.

¿Qué mensaje habría que transmitir al fumador?

La conciencia, apoyada por la legislación, de que fumar delante de otras personas les perjudica y nadie quiere lastimar a sus seres queridos. Cuantas más leyes reguladoras del tabaquismo se aplican, más se reduce el consumo de tabaco en los hogares. Lo más importante es que en la ciudadanía se fomente este conocimiento y que se tenga la concienciación de que es un producto adictivo, que crea enfermedad, mata a quien lo consume y a quien está al lado.

TRES PILARES CONTRA EL TABAQUISMO

El control del tabaquismo debe fundamentarse en tres pilares: normas dirigidas a ayudar a los fumadores a dejar este hábito en el momento que lo deciden, evitar el inicio del consumo de tabaco en los niños y actuaciones para proteger a la población del aire contaminado, según explica María Ángeles Planchuelo. Cada uno de esos tres pilares de actuación comprende, a su vez, distintas acciones.

El Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) pide que los fumadores tengan acceso, a través del Sistema Nacional de Salud, a tratamientos eficaces para dejar el hábito, tanto farmacológico como psicológico, de modo que no se contemplen solo los medicamentos. También ha reclamado medidas fiscales para evitar el inicio del consumo que, al menos, tengan el mismo nivel que en otros países del entorno, de modo que se registren subidas de precios en España, donde todavía se vende más barato.

Otra de las propuestas es que se comercialice en puntos de venta controlados, como los estancos, y que no se haga publicidad, es decir, que se aprueben todo tipo de medidas que faciliten que los niños no accedan al él. Junto con ello, son necesarios los programas educativos para informar a los menores de por qué no deben iniciarse en su consumo. “Estos programas tienen que estar basados en ayudarles a saber decir que no, a aumentar su autoestima y proporcionar información a la población general, de la misma forma que se realizan las campañas de prevención de accidentes de tráfico”, afirma Planchuelo.

Respecto a la contaminación del aire por el humo provocado por el tabaco, hay que aprobar más regulaciones que impidan fumar en los lugares públicos y que regulen su consumo. Todo esto significa que son varios los frentes donde hay que batallar en la cruzada contra el tabaco, según el CNPT y su presidenta, quien participó en fechas recientes en el Foro sobre Tabaco y Salud organizado el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, en colaboración con el CNPT y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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