Los peligros de la depilación púbica

Eliminar el vello de las zonas íntimas puede favorecer el contagio de enfermedades de transmisión sexual, según afirman los especialistas en dermatología y venereología
Por Montse Arboix 18 de junio de 2014
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Imagen: MaleWitch

Depilarse el vello púbico por completo, muy de moda desde hace unos años, puede ser una mala idea desde el punto de vista de la salud. Los especialistas aseguran que la función del vello íntimo es la de protección, y eliminarlo podría aumentar el riesgo de infección de transmisión sexual (ITS). La Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) alerta de los peligros de la depilación púbica, una práctica cada vez más habitual. En este artículo también se apuntan algunas recomendaciones para una depilación segura.

Prevenir enfermedades venéreas

La moda de depilarse por completo está en auge, tanto que para hombres y mujeres se ha convertido en una práctica habitual. Sin embargo, voces expertas señalan que la depilación de las zonas íntimas puede tener repercusiones sobre la salud. Los dermatólogos insisten en que un pubis depilado es más vulnerable a los contagios de enfermedades de transmisión sexual.

Un pubis depilado es más vulnerable a los contagios de enfermedades de transmisión sexual

Cuando se retira el vello con cera o con cuchilla, en la piel de la zona, y aunque puede que no sea perceptible a simple vista, se producen pequeñas lesiones (heridas o irritaciones) que suponen una puerta abierta a los microorganismos que pueden desarrollar una infección: verrugas y papilomas, herpes, hongos e, incluso, tiña y sífilis. Cuando los dos miembros de una pareja van depilados, cualquier infección cutánea puede pasar de uno a otro, por el simple contacto de las dos superficies.

Desde la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Ramón Grimalt, dermatólogo, profesor de Dermatología en la Universitat Internacional de Barcelona y miembro de esta sociedad científica, informa de que el preservativo solo protege de algunas de las enfermedades de transmisión sexual, pero que si se combina su uso adecuado y el pelo de las zonas íntimas se deja sin rasurar, el riesgo de contagio es casi nulo. Según este especialista, lo mejor es que uno de los dos miembros de la pareja mantenga el pelo del pubis, aunque sea recortado.

Recomendaciones para una depilación segura

Los especialistas de la Asociación Española de Dermatología y Venereología recomiendan unas pautas antes y después de depilarse, sin importar el método escogido para ello. Antes de depilarse es mejor realizarse una exfoliación, uno o dos días antes, con un guante de crin y un poco de gel con pH neutro. También aseguran que ducharse con agua caliente, al abrir el poro por efecto del calor, hará que la depilación sea menos dolorosa. Para después aconsejan una ducha de agua fría, que aportará un efecto calmante a la piel, y aplicar algún producto hidratante.

Por otro lado, si se acude a un centro de belleza, hay que cerciorarse de que este cumple las certificaciones especiales y pedir el documento, si se cree conveniente. Además, hay una serie de pautas recomendadas:

  • Asegurarse de que han cambiado la sábana donde hay que acostarse. Si se depilan las zonas íntimas, hay que exigir que la persona que procederá a depilar utilice guantes de un solo uso.
  • Para cada usuaria hay que cambiar la vara de aplicar la cera. Incluso habría que variarla en cada untada, si se realiza una depilación en la zona inguinal, para evitar el esparcimiento de bacterias.
  • Después de la depilación hay que cuidar la piel de la zona, puesto que estará sensible, y evitar exponerla a los rayos solares y, por supuesto, a las camas de bronceado. Los especialistas insisten en que después de depilar la zona íntima es mejor no tener relaciones sexuales al menos durante dos días.
Infecciones de transmisión sexual en verano

El sol, las altas temperaturas y el tiempo libre son factores que en algunas personas les hacen aumentar la libido. Por ello, en verano se incrementan los encuentros sexuales y en ocasiones con parejas esporádicas y, de la misma manera, la posibilidad de contraer una infección de transmisión sexual (ITS). A ello se le suma que son enfermedades que a menudo no revelan signos externos evidentes -hasta un 70% de las mujeres con infección por clamidias o con gonococia no tiene síntomas- y que poco tienen que ver con la higiene y el nivel económico. Por este motivo, hay que extremar las precauciones, antes y después del contacto.

El preservativo es la herramienta más eficaz para reducir el riesgo de contagio. Aunque no hay que perder de vista que una ITS puede diseminarse también con el contacto con la piel -que puede tener lesiones imperceptibles debidas a la depilación íntima- y que el condón solo cubre una zona muy concreta y deja sin protección todo el área anogenital.

Cuando hay presencia del virus del papiloma humano (VPH) -responsable del cáncer de cuello uterino y del 5,2% de todos los de vulva, vagina, ano, pene y orofaringe- utilizar el condón evita el 80% de los contagios. La infección por el VPH está asociada a la actividad sexual y, hoy por hoy, las medidas de protección que hay disponibles son el preservativo y la vacuna frente al virus.

Ante síntomas como prurito, aumento del flujo vaginal o uretral, úlceras genitales, tumefacciones en la zona inguinal o del escroto o dolor en la zona baja del abdomen, hay que acudir al médico sin perder tiempo para obtener un diagnóstico precoz y empezar el tratamiento, si fuera necesario, cuanto antes. La mayoría de las ITS disponen de tratamiento eficaz y, si se tratan a tiempo, no tienen efectos a largo plazo.

Las ITS son un problema serio y sin tratamiento pueden tener consecuencias graves como infertilidad, alteraciones en cerebro, ojos, sistema cardiovascular, hígado, huesos y articulaciones e, incluso, provocar la muerte. Otras, sin embargo, no disponen de tratamiento curativo, como el VIH o la hepatitis B.

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