Guía para comprar un smartphone

Un sistema operativo con variedad de ofertas y una batería que dure en uso intensivo son algunas de las virtudes del móvil perfecto
Por Antonio Delgado 25 de abril de 2013
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Imagen: Cheon Fong Liew

Un smartphone tiene una serie de ventajas respecto a un teléfono móvil convencional. Permite conectarse a Internet de forma permanente para hablar y mandar mensajes sin coste adicional, así como escuchar música y hacer fotos o vídeos. Sin embargo, la compra de un móvil inteligente puede suponer un auténtico quebradero de cabeza para muchos usuarios, ya que en el mercado existe una amplia gama de terminales de diferentes fabricantes, con diversos sistemas operativos y gran oferta de precios, por lo que es difícil decidirse. En este artículo se indican diez virtudes que hay que tener en cuenta en un teléfono móvil para que se adecúe a nuestras necesidades.

1. Un operador de telecomunicaciones consistente

Disponer del mejor teléfono del mercado no es una garantía de poder disfrutar de todas sus ventajas. La elección del operador de telecomunicaciones es una decisión importante que se debe tener en cuenta, donde no solo debe primar el precio que ofrece, sino también la cobertura y la velocidad de conexión máxima que se puede obtener.

Disponer del mejor teléfono del mercado no es una garantía de poder disfrutar de todas sus ventajas

Es recomendable informarse en foros de Internet sobre estos parámetros, que varían de una empresa a otra según la población. En el caso de elegir un operador móvil virtual, es fundamental conocer la cobertura del operador incumbente (el que tiene infraestructura de antenas desplegada) que le presta el servicio.

2. Un plan de datos ajustado a nuestro consumo

La elección del plan de datos de un smartphone tiene que estar asociada al tipo de actividades habituales que realiza el usuario: si hace un alto consumo de datos en movilidad, por visualizar vídeos o escuchar música en streaming, o bien el mayor uso se lleva a cabo en hogares y empresas, conectados a una red wifi.

En la actualidad, los principales operadores cuentan con planes de precios para este tipo de teléfonos que incluyen datos, llamadas y mensajes mediante tarifas planas. Conviene estudiarlas para no quedarse cortos según las capacidades del smartphone que se compre, o bien para no contratar un plan de datos que nunca se consuma por completo.

3. Un sistema operativo con variedad de ofertas

Hace unos años existía una gran diferencia entre los principales sistemas operativos para móviles. iOS (el del iPhone) se encontraba a bastante distancia de su competencia.

Sin embargo, hoy en día, esta distancia se ha eliminado y Android es el sistema operativo con mayor penetración en el mercado. Esto se debe a que la mayoría de los fabricantes cuenta con dispositivos basados en este sistema en las gamas baja, media y alta, lo que permite a los usuarios elegir un terminal acorde con su presupuesto, y no tener que ceñirse a los móviles más caros para conseguir un buen teléfono. Por ello, Android es una opción muy recomendable.

4. Un tamaño de pantalla adecuado

La elección del tamaño de la pantalla del terminal tiene que venir en consonancia por su empleo. Los teléfonos con una gran pantalla están orientados a usuarios que quieran disponer de un smartphone para navegar por Internet. Hay que tener en cuenta que una pantalla de mayor tamaño no significa que un móvil es mejor que otro con unas dimensiones de pantalla inferior.

Una mayor pantalla implica un mayor gasto energético y puede suponer un engorro a la hora de transportarlo, ya que el smartphone tendrá unas medidas más grandes que un bolsillo y su peso puede causar molestias a la hora de realizar una llamada de una duración mayor a la habitual.

5. Una tecnología de pantalla cómoda para el ojo

Entre las características básicas de la pantalla en las que hay que fijarse está su resolución, medida en píxeles, y la densidad de puntos por pulgada (ppp). A mayor resolución y puntos por pulgada, la pantalla ofrece una mayor nitidez sin que el ojo humano sea capaz de distinguir los píxeles.

Aun así, no se debe olvidar que una pantalla más luminosa y nítida también implica un mayor gasto energético. Además, es recomendable que la pantalla cuente con algún tipo de tecnología protectora que ofrezca resistencia frente a fracturas y arañazos.

6. Una batería que dure en uso intensivo

Para indicar la duración estimada de la batería de un teléfono, es habitual que los fabricantes ofrezcan los datos de tiempo en espera o en conversación. Sin embargo, lo normal es utilizar los smartphones para acceder a Internet de forma intensiva, escuchar música o jugar a videojuegos. Todos estos usos suponen un gasto energético más elevado que una llamada telefónica. Por tanto, lo más posible es que en un uso real y continuado, la batería de un teléfono de última generación no aguante más de ocho horas.

Hoy en día, los principales fabricantes de móviles incluyen una batería recargable de polímero de litio con un una capacidad entre los 2000 y 3000 mAh. Suficiente para aguantar una jornada laboral.

7. Procesador y memoria RAM generosos

Los procesadores incorporados en los smartphones actuales superan en capacidad de cálculo al de los ordenadores de sobremesa de hace unos años. Una mayor velocidad del procesador permite ejecutar aplicaciones más complejas y visualizar vídeos en alta definición y videojuegos de forma fluida. Es recomendable que el procesador sea multinúcleo (2 o 4 núcleos) y que, además, cuente con una gran memoria RAM para poder ejecutar aplicaciones en segundo plano.

En este sentido, la mayoría de los terminales de gama media-alta tiene una memoria RAM entre 1 y 2 gigabytes, mientras que los de gama baja poseen entre 500 megabytes y un gigabyte de RAM.

8. Almacenamiento suficiente

Los fabricantes ofrecen diferentes versiones de un mismo modelo de teléfono en función de su capacidad de almacenamiento entre 8 y 64 gigabytes. En este sentido, es importante conocer si el móvil seleccionado permite la ampliación del espacio de almacenamiento mediante tarjetas externas microSD.

En caso de adquirir un smartphone con poca capacidad de almacenamiento y sin posibilidad de ampliación, una opción muy útil es emplear algún servicio de almacenamiento en la «nube» para móviles. De esta forma, se pueden pasar a dicho servicio las imágenes y vídeos capturados con el teléfono y que ocupen gran espacio.

9. Valorar la cámara de fotos

A la hora de valorar la cámara de fotos principal de un smartphone, deben tenerse en consideración los mismos parámetros que para una cámara convencional (el tamaño del sensor, el tipo de objetivo y abertura), así como si tiene funciones de estabilización de imagen óptica y flash automático.

En cuanto a los megapíxeles de resolución, conviene saber que a partir de cinco megapíxeles las imágenes tienen una calidad aceptable para su impresión. A pesar de su importancia, no debe ser el parámetro principal. Una cámara de fotos en el móvil con una gran cantidad de megapíxeles, pero con un pobre rango dinámico o poca apertura de diafragma, dará como resultado fotografías pobres.

10. Buena compatibilidad de archivos multimedia

Una característica común a todos los móviles inteligentes es su capacidad para reproducir audio y vídeo. En este sentido, es recomendable conocer los formatos de reproducción de sonido y vídeo compatibles con el terminal, además de los disponibles para captura y grabación de imágenes, audio y vídeo. En general, estos dispositivos permiten grabar y reproducir los formatos multimedia más comunes, pero no siempre es así.

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