Un grupo de científicos de la prestigiosa Universidad de Yale (EE.UU.) ha descubierto el origen de la capacidad del hombre de juzgar a los demás. Según estos expertos, los seres humanos tenemos esta capacidad ya desde los seis meses de vida, lo que nos permite, ya desde tan temprana edad, diferenciar entre amigos y enemigos.
Los investigadores del Departamento de Psicología de la citada universidad revelan en la revista «Nature» que bebés de entre seis y diez meses de edad «distinguen al resto de seres humanos entre atractivos y repulsivos según los comportamientos individuales que estos hayan mostrado con los demás».
Según la investigación, los bebés prefieren tener a su lado a una persona que ayuda a los demás, que a alguien que se mantiene impasible ante la necesidad ajena, y a quien muestra un comportamiento neutral en lugar de a quien se dedica a hacer la vida imposible al resto. «Esto es la prueba de que los niños que aún no son capaces de hablar juzgan a los demás en base a su comportamiento con terceros», apuntan los expertos.
Esta capacidad, dicen, puede sentar las bases del pensamiento y las acciones morales del ser humano, y su aparición y desarrollo tan temprano apoyan la teoría de que la valoración social forma parte de la adaptación biológica de los humanos.