El Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto por el que se introducen algunas modificaciones en la normativa vigente sobre exigencias sanitarias aplicables a los intercambios e importaciones de animales vivos y de ciertos productos de origen animal no sometidos, en este último caso, a las normativas comunitarias específicas, y se establece un nuevo régimen para las condiciones sanitarias de los subproductos animales.
Se fija así, para el intercambio de nuevos productos de origen animal destinados al consumo humano, cuya puesta en el mercado esté autorizada en España, la necesidad de contar con una evaluación previa sobre los riesgos sanitarios de los productos, llevada a cabo por la Unión Europea (UE), mediante análisis realizados por la Comisión, y posterior toma de decisión por parte del Consejo.
Para las importaciones a la UE desde terceros países de productos cárnicos obtenidos a partir de la carne de aves de corral, de conejo o de caza salvaje, así como de manteca de cerdo o proteínas animales destinadas al consumo humano, se exigirá que los establecimientos de procedencia figuren en una lista comunitaria, que se elaborará con arreglo al procedimiento previsto en las normas comunitarias.
Estas nuevas disposiciones afectan también a la importación e intercambio de proteínas animales elaboradas, para las que, sin perjuicio de las posibles restricciones adoptadas a causa del mal de las «vacas locas» y de las impuestas a la alimentación de los rumiantes, se exigirá la presentación del certificado de inspección veterinaria firmada por el veterinario oficial del país de origen.
En el documento se deberá acreditar que el producto cumple los requisitos exigidos por la normativa vigente y que se han tomado muestras a la salida del país de origen para someterlas a pruebas de detección de salmonelas y que los resultados han sido negativos.
