Raviolis italianos

Mezclamos la harina, el huevo, la sal, el agua y el aceite de oliva, y amasamos hasta conseguir una masa uniforme que no se pegue ni en el recipiente ni en las manos. Esto podemos hacerlo en un robot de cocina con amasador, con una batidora con brazo de amasar o con las manos en un bol muy amplio. Envolvemos la bola de masa con papel film y dejamos reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente. Para estirar la masa podemos utilizar un rodillo o una máquina de estirar pasta. Estiramos hasta conseguir unas finas láminas y reservamos.

Sobre una tira de pasta colocamos porciones de queso gorgonzola, y una cucharada de carne de ternera salteada con tomate (vale un poco de carne de cocido con tomate y desmigada). Pintamos con huevo la parte de pasta que no tiene relleno y cubrimos con otra fina lámina de pasta. Presionamos para que el relleno quede recogido y, con ayuda de un cortador de pasta, damos formas cortando en piezas redondeadas o cuadradas. Ya tenemos preparados y rellenos los raviolis, listos para cocinarlos o congelarlos para otra ocasión.

En este caso, los vamos a cocinar en agua hirviendo suave con un poco de sal durante 8 minutos o hasta que comprobemos que la pasta está cocida. Sacamos los raviolis del agua de cocción, los escurrimos y preparamos la salsa con la que vamos a acompañar. Hacemos una salsa de tomate casera con unas hierbas aromáticas como orégano, albahaca y tomillo. Acompañamos los raviolis cocidos con esta salsa, sirviendo inmediatamente.