Qué es el cólico del lactante

Esta afección, que se produce en los primeros meses de vida, se caracteriza por el llanto diario y excesivo del bebé
Por EROSKI Consumer 20 de octubre de 2011
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Imagen: Nico

El cólico del lactante o cólico del primer trimestre es un cuadro de causa desconocida, caracterizado por el llanto excesivo y sin motivo aparente, que presenta a diario un bebé que, por lo demás, está perfectamente sano.

Suele iniciarse alrededor de la segunda semana de vida y persiste hasta el tercer o cuarto mes. Diariamente (a menudo desde el atardecer hasta entrada la madrugada), el niño empieza a llorar de forma inconsolable, gritando y encogiendo las piernas como si le doliera el vientre, que puede observarse algo abombado y lleno de gases que a menudo elimina en forma de ventosidades.

Hace años, esos signos hicieron creer que la causa de llanto eran los espasmos de la musculatura intestinal, y de ahí que se le conozca como «cólico». Sin embargo, no hay ninguna certeza de que así sea. Los bebés no son capaces de localizar el dolor, y cuando lloran tragan mucho aire, de modo que, a pesar de las apariencias, el problema no tiene por qué originarse en su tubo digestivo. 

Afortunadamente, no todos los niños que lloran cada tarde padecen un cólico del lactante. Es habitual que entre las seis y las doce de la noche los bebés estén más nerviosos (y los padres más cansados) y se acepta como normal que lloren hasta un máximo de tres horas a las seis semanas de vida, disminuyendo a partir de entonces hasta una o dos horas diarias a los tres meses.

Es posible que los mismos mecanismos que explican ese llanto considerado normal (tensión del niño y ansiedad de los padres) causen en bebés muy sensibles el cuadro más aparatoso y prolongado del cólico, y que sea efectivamente el intestino lo que tengan muy irritable; pero lo cierto es que todavía no hay ninguna explicación satisfactoria al respecto. Probablemente, el cólico sea además un cajón de sastre en el que se incluyen distintos problemas.

Algunos casos podrían explicarse por una alergia a la leche de vaca (la del biberón, o la que toma la madre que da de mamar) y también cabe que un reflujo que no llegue a causar regurgitación visible de leche sea capaz de producir una molesta quemazón en el esófago del bebé pero, en realidad, estos niños no padecerían un auténtico cólico, sino un proceso que se confunde con él. De todos modos, y aunque el origen del malestar no tiene una explicación concreta y certera, sí existen técnicas para calmar a un bebé que lo padezca.

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