A la hora de embaldosar la cocina o el cuarto de baño normalmente nos decantamos por baldosas de gran tamaño, de forma que se termina rápidamente de embaldosar.
Sin embargo, si lo que deseamos es intentar agrandar visualmente una estancia conviene adquirir baldosas de menor tamaño. Con ellas tardaremos más tiempo en alicatar toda la superficie, pero lograremos que ésta parezca más grande de lo que en realidad es.
El principal problema a la hora de utilizar este tipo de baldosas es su colocación, que puede llegar a desesperar debido a la paciencia que requiere. Es recomendable realizar la tarea desde el interior de la estancia hacia la puerta, ayudándose de unas crucetas de plástico (también puede emplear unas hechas con cerillas) para determinar de forma precisa el espacio entre baldosas.
Podrá fijar las baldosas con pegamento termofusible de pistola, silicona o cemento cola. Una vez haya terminado de colocar las pequeñas baldosas podrá aplicar la lechada o el cemento para recubrir el espacio entre ellas.
Para conseguir el mismo efecto también puede ser factible colocar baldosas de mayor tamaño pero que estén decoradas con motivos pequeños, como si de gresite se tratara.
