Las baldosas otorgan a la escalera de acceso a nuestra vivienda un aspecto rústico, a la par que facilitan su limpieza y nos permiten evitar los clásicos crujidos que se producen en las escaleras de madera.
Sin embargo, si hemos optado por utilizar baldosas de un colorido poco habitual y no hemos sido previsores guardando algunas podemos tener problemas a la hora de realizar reparaciones o sustituir las deterioradas.
Una opción pasa por cambiar todas las baldosas de la parte deteriorada del tramo de escaleras, para evitar que se note el cambio de color. También puede sustituir las baldosas de la parte deteriorada del escalón, bien sea la superior dónde pisamos, denominada tabica, o la otra, por unas baldosas de color diferente que contraste con el de la otra zona.
También podemos sustituirlo por unas tablas de madera, sobre todo si la parte deteriorada es la superior del escalón. De esta forma, conseguiremos aportar un mayor grado de rusticidad a la escalera, combinando la madera de los escalones con la de los pasamanos.
El principal inconveniente de colocar madera es que hay que vigilar a menudo la presencia de plagas, tratar la madera para evitar crujidos, rellenando los huecos entre la madera con una jeringuilla llena de parafina caliente, o bien aportando a la madera humedad con una fregona.
Si pintamos o decoramos la madera también será necesario restaurar ésta capa decorativa cuándo veamos que se empieza a deteriorar. Si queremos pintar la madera deberemos lijarla, para retirar las astillas, y comprobar el estado de la misma, reparándola con pasta de madera o serrín y cola de carpintero si es necesario. Una vez reparada deberemos de aplicarle una capa de tapaporos, una de selladora y posteriormente barnizarla o pintarla, respetando los tiempos de secado.
