Asociaciones de consumidores exigen acciones judiciales contra la venta de «Removyl»

A pesar de la orden de retirada, las empresas de productos "milagro" pueden seguir operando a través de Internet o por correo
Por EROSKI Consumer 3 de abril de 2004

Sólo hace falta algo de paciencia durante poco más de dos semanas para poder recibir, sin problemas, todo un lote de «Removyl», el producto adelgazante sobre el que Sanidad ha dictado orden de retirada.

Un hecho sobre el que alerta la asociación de consumidores Facua, que reclama a Sanidad el inicio de acciones judiciales para evitar la venta del producto. Así, señala que la solución sólo pasa por decomisar la mercancía mediante la intervención en las sedes desde las que se distribuye.

«La venta exclusiva por Internet o por correo facilita que la empresa eluda la ley. Su estrategia es sencilla: cuando se dicta una orden de retirada, cambia de nombre al producto o pone a la venta uno de similar composición», señala Rubén Sánchez, desde Facua. Esta asociación ya ha denunciado ante la Agencia del Medicamento y la Dirección General de Salud Pública la práctica de este tipo de empresas, en concreto la que comercializa «Removyl», que ya tuvo que retirar del mercado español otros dos productos ilegales: el Xylokall y el Algoxyll que, sin embargo, se continúan comercializando internacionalmente.

A la luz de los hechos, parece que en la lucha contra estos productos no caben milagros. Por ello, la asociación de consumidores reclama una mayor inspección, la puesta en marcha de medidas judiciales y lamenta que «una de las pocas actuaciones que se han producido en nuestro país contra fármacos milagro se quede sólo en una acción legislativa». No obstante, aunque la Subdirección General de Inspección y Control del Medicamento ha contestado a Facua que están llevando a cabo actuaciones conjuntas con otros países de la Unión Europea para evitar la venta de estos adelgazantes, desde esta asociación advierten de que estas empresas tienen «sedes ficticias». Una argucia más para poder librarse de las garras de la justicia.

Por el momento, y a falta de que el consumidor se conciencie sobre el fraude y la estafa que suponen muchos de estos productos, la solución del Gobierno pasa por prohibir su publicidad y hacer corresponsables a los medios de comunicación que no la retiren. Además, desde Facua se denuncia que estas empresas utilizan una publicidad que ofrece testimonios llenos de afirmaciones denigrantes para la mujer, a la que suelen presentar al servicio del hombre.

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