El euro consolida su máximo valor en tres años gracias a las presiones sobre el dólar

La revalorización de la moneda comunitaria amenaza con frenar la recuperación económica de la UE
Por EROSKI Consumer 22 de diciembre de 2002

El euro se ha mantenido durante esta última semana en su nivel máximo en los últimos tres años. Pero los analistas no muestran satisfacción alguna por este logro. Explican que la causa de este resurgir de la moneda única no atiende a méritos propios, sino a la debilidad del dólar, que no levanta cabeza por la posibilidad de que EE.UU. ataque Irak. Alertan, además, sobre los efectos perniciosos que puede tener la fuerte revalorización de la divisa europea sobre la economía de los Doce, ya que frena las exportaciones e impide los intentos de recuperación.

El protagonismo del euro en este año que está a punto de terminar es indiscutible. No sólo ha pasado a los bolsillos de 300 millones de europeos sino que, después de depreciarse casi sin descanso desde su nacimiento, ha logrado por fin recuperar la paridad con el dólar y, lo que es más asombroso, superarla con holgura. En 2002 acumula una revalorización del 15%, y buena parte de esta subida la ha conseguido en los dos últimos meses, periodo en el que se ha apreciado un 6%. El viernes cerró en los 1,026 dólares, apenas unos céntimos por debajo del máximo de 1,03 alcanzado el miércoles.

Los expertos dicen, además, que todavía tiene recorrido alcista y auguran nuevas revalorizaciones a corto plazo. «En Morgan Stanley hemos pasado de un rango de estimación de cambio del 0,95-1,05 al 0,95-1,1 para los próximos tres meses», apunta Íñigo Marco-Gardoqui, analista de la firma. «Creemos que en el primer semestre de 2003 retomará la senda alcista hasta llegar al 1,1», señala Juan Antonio Cabrera, del Servicio de Estudios de CajaMadrid.

Los argumentos en los que apoyan estos pronósticos son los mismos que utilizan para explicar la revalorización del euro en los últimos meses. Consideran que el dólar va a seguir bajando debido a los múltiples factores que están ejerciendo presión sobre él. Entre ellos cabe destacar la cada vez más cercana posibilidad de un ataque militar de EE.UU. a Irak y los cambios realizados en la Administración norteamericana, que han colocado al frente del Departamento del Tesoro a un nuevo equipo liderado John Snow, más partidario de un dólar débil que su antecesor.

En definitiva, el dólar cae por su propio peso y hace que el euro suba -lo mismo ocurre con el yen-. Pero eso no quiere decir en absoluto que la revalorización de la moneda única sea un reflejo de positivas perspectivas económicas de Europa. Todo lo contrario. Los analistas ven cada vez más «negra» la evolución del viejo continente y advierten de que la subida del euro va a complicar aún más la situación.

La apreciación del euro ayuda a controlar la inflación pero dificulta las exportaciones porque las encarece. Y el principal problema que tiene Europa ahora no son los precios, sino la falta de crecimiento. No hay más que echar un vistazo a Alemania, que está al borde de la recesión. Los analistas dicen que este país es el que más depende del exterior y el que va a verse más perjudicado por la subida del euro.

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