Estoy divorciado y mi hijo va a extraescolares, ¿debo pagarlas?

Si se realizaban antes del divorcio, o estaba previsto que se hicieran, lo habitual es que el gasto se incluya al calcular la pensión de alimentos
Por Blanca Álvarez Barco 12 de octubre de 2015
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Imagen: Andreyfire

Ballet, fútbol, judo, baloncesto, pintura, inglés… las clases extraescolares de los hijos generan muchas veces tensiones y conflictos entre los progenitores separados. ¿Son un gasto ordinario o extraordinario? ¿Hay que pagarlas aparte? Como se recuerda a continuación, para evitar problemas, lo más conveniente es que este tipo de decisiones estén pactadas de antemano. Además, hay que saber que si el niño las realizaba antes de la separación y era un gasto previsible, lo habitual es que el gasto se incluya al calcular la pensión de alimentos.

Solo en los tres primeros meses de 2015 los divorcios pasaron en nuestro país de 34.100 a 34.883, según datos del Consejo General del Poder Judicial, por lo que en España hay ya más de 17 millones de divorciados o separados. Si sus hijos van a clases extraescolares, es posible que alguno de ellos haya tenido algún momento de tensión con su expareja por este motivo.

Las decisiones respecto a las actividades de los niños deben ser tomadas entre los dos -la patria potestad es de ambos-, pensando siempre en el interés de los menores. En un divorcio debe primar el sentido común, sobre todo en lo relativo a los hijos. Estas decisiones, por tanto, deberían ser pactadas antes de la separación para evitar futuros malentendidos entre los progenitores, pues pueden afectar de manera grave al bienestar de los pequeños.

Sin embargo, no siempre hay mutuo acuerdo y en el tema de las extraescolares hay distintos escenarios, como señala el abogado Óscar Cano, cada uno con diferentes soluciones, como se explica en las siguientes líneas.

1. Opción idónea: las extraescolares se tuvieron en cuenta al fijar la pensión

Cuando una pareja se divorcia, en la sentencia se determina la contribución económica de cada padre respecto a los gastos y necesidades de los menores.

Por lo general, si los hijos ya asistían a clases de ballet, fútbol o alguna otra actividad extraescolar antes de que se produjese la separación o el divorcio, se da por hecho que ese desembolso ya se tuvo en cuenta al fijar la pensión alimenticia y, por tanto, -al no ser gasto extraordinario- el padre no custodio no deberá aportar un dinero extra para afrontar ese pago.

Es importante tener en cuenta que las actividades extraescolares futuras no están incluidas en la pensión. En ese caso, deben ser consensuadas por ambos progenitores -tanto la oportunidad de que el niño asista a ellas como el modo de hacer el abono (que sería, en casi todos los casos, al 50% cada uno).

2. Clases extraescolares pactadas en el Convenio Regulador

Si el divorcio es de mutuo acuerdo, hay un convenio regulador en el que se pacta y se consensúa todo lo relativo a los hijos de la expareja. Respecto a las clases extraescolares, en estos casos es determinante lo que se haya incluido en el convenio regulador, porque después se actuará siempre conforme a lo que en él hay establecido.

Conviene, por tanto, detallar cuál será la actividad extraescolar de cada hijo, el gasto que supone al mes, cómo se abonará por ambos -qué proporción se establece-, etc.

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Imagen: JMFREDES

3. ¿Y si no se pactó nada? Problemas a la vista…

No todos los divorcios son fáciles, ni tienen un convenio o, si lo hay, no siempre incluye este tema. En este caso pueden aparecer problemas… ¡y graves! Por ello, como señala la abogada Marta Gil, conviene contar con un mediador, con un experto en asuntos de familia, que requieren un asesoramiento específico. Merece la pena tomarse en serio este asunto, pues las consecuencias permanecerán durante mucho tiempo y se pueden evitar muchos problemas futuros, si se hacen bien las cosas desde el principio.

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Imagen: Premsa Ajuntament de Torrent

En caso de que el tema de las clases extraescolares no se haya abordado, muchas veces la decisión final respecto a su abono termina en manos de un juez. Si se está en esta situación, habrá que atender en cada caso a las posibilidades económicas de los progenitores. Además, hay que tener en cuenta si hay algún acto concluyente que evidencie el consentimiento tácito del progenitor a que sus hijos asistan a determinadas clases.

¿Gasto ordinario o extraordinario?

¿Son las clases extraescolares un gasto ordinario o extraordinario? No existe una respuesta taxativa que determine con claridad si el gasto es de uno u otro tipo.

En general, se estima que las actividades extraescolares, si ya tenían lugar cuando se pactó o estableció la pensión o en tal momento era previsible su devengo, son gasto ordinario. Pero hay tribunales que las consideran gasto extraordinario -que debe pagarse a medias entre los padres-, si no estaban previstas pero se revelan necesarias o indispensables para el desarrollo integral del menor.

Una sentencia reciente de la Audiencia de Barcelona señala que las clases o actividades extraescolares no merecen el concepto de gastos extraordinarios, y sí el de gastos extraescolares que son de naturaleza potestativa y de realización consensuada por ambos progenitores.

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