Un total de 11 comunidades autónomas no han conseguido durante el presente ejercicio crear 10 contratos indefinidos por cada 100 empleos. Ello supone que, además de afrontar la destrucción de empleo generalizada que vive el país, deben soportar también los índices de temporalidad más elevados.
La precariedad afecta en mayor medida a Aragón (9,82%), Comunidad Valenciana (9,94%), Asturias (9,03%), Castilla-La Mancha (8,77%), La Rioja (8,74%), Cantabria (8,54%), Murcia (8%), Navarra (7,56%), País Vasco (7,49%), Extremadura (4,58%) y Andalucía (4,04%). La tasa de estabilidad mayor se da en Madrid (15,09%) y en Cataluña (13,01%). El resto de las comunidades supera el 10% de contratos indefinidos en una proporción del 12,56% para Baleares, 10,65% para Canarias, 10,11% para Castilla y León, y en un 10,01% en el caso de Galicia. En Ceuta, el porcentaje fue del 10%.
La reforma laboral del Gobierno, aprobada por decreto y en la actualidad en tramitación parlamentaria como proyecto de ley, tiene como objetivo primordial cambiar esta situación. El mismo fin perseguía la anterior reforma de julio de 2006, consensuada entre Gobierno, patronales y sindicatos, pero a los pocos meses de su entrada en vigor las consecuencias positivas estaban agotadas.
De cada 100 contratos realizados en 2005, 91 fueron temporales. Un año después, tras seis meses de aplicación de la reforma, ese porcentaje descendió en más de un punto y pasó al 88,25%. En 2007, el índice únicamente se modificó unas décimas al quedarse en el 88,08%, mientras que en 2008 esa tendencia a la baja se rompió. En el primer semestre de 2010 se han creado 6.826.002 empleos. El 90,86% de ellos, es decir, 6.202.271 se suscribieron con fecha de caducidad. La tasa del 9,14% de contratos estables supuso así tan sólo 623.731 puestos de trabajo.