Cómo manejar la correa del perro

El comportamiento del can puede estar influenciado por cómo se maneja su correa durante los paseos
Por Loly Garrido, Gudog 8 de junio de 2016
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¿Qué correa es la mejor para el perro? ¿Cómo se debe manejar para que el can se encuentre cómodo? En este artículo se ofrecen las claves para saber qué correa es recomendable para educar bien al perro y, sobre todo, cuáles no lo son. También se aporta información sobre los distintos tipos de collares y arneses caninos (collares de cuero, de nailon, con hebilla, con clic, cadenas, collar de ahogo, de pinchos, arneses de pecho, antiescape, antitiro, etc.), así como trucos para que el perro no tire de la correa.

Correas para perros, ¿cuál elegir?

En las tiendas de productos para animales hay infinidad de tipos de correas: de nailon, de cuero, de cadena, extensibles, cortas, largas, con distintas posiciones, dobles (para dos perros), etc.

Salvo casos muy especiales, y siempre y cuando un profesional justifique lo contrario, la mejor forma de pasear con un perro será siempre con una correa multiposición de aproximadamente dos metros, que se acorta y alarga usando sus anillas, ya sea de nailon o cuero, y con un arnés o un collar cómodo y acolchado de hebilla, pues son más seguros que los de clic.

Dentro de los distintos tipos de arneses que se comercializan, lo conveniente es consultar con un profesional cuál es mejor para el animal, ya que con algunos se consigue que el can tire menos de la correa que con otros.

No son recomendables los collares de ahogo, ni los de pinchos, ni las correas extensibles, y mucho menos combinar ambas opciones. Hay que tener en cuenta lo siguiente: un collar de ahogo o de pinchos hace daño al perro cada vez que tira de la correa y una correa extensible solo le permite avanzar tirando de ella. ¿Hace falta comentar más sobre esta horrible combinación?

¿Qué información se transmite al perro con la correa?

Otra de las razones por las que no son aconsejables las correas extensibles es porque no dejan transmitir información positiva al can. Y es que a través de la correa se le puede transmitir mucha información. La manera de hacerlo será un punto muy importante en la mayoría de las reacciones que tenga al pasear por la calle. Muchas de las veces en que un perro se comporta mal de paseo está recibiendo una información negativa por parte de su propietario a través de la correa.

¿Qué información se transmite al perro con la correa? Nervios, prisas, enfado, pero también relajación, paz y confianza. Cuando se pasea con el amigo de cuatro patas se tiende a continuar con la actitud que se tiene en ese momento, incluso si esta es mala o muy mala. ¿Qué quiere decir esto? Significa que si se llega tarde a trabajar, es posible que se den numerosos tirones al can para que no se entretenga olisqueando esa esquina que tanto le llama la atención. Si ese día se ha discutido con alguien, lo más seguro es que el animal se lleve algún grito en la calle con el consiguiente tirón de correa… Y así con todos los diferentes estados de ánimo negativos que se puedan experimentar.

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Imagen: Ayuntamiento de Valdemoro

Cuando se pasea con el perro y se cree que puede no llevarse bien con otro can que se acerca, se tiende a tensar su correa con el fin de tenerlo «bien agarrado» por si decidiese atacar. Pero lo único que se logra con esta acción es convertir la correa en un precursor de un posible ataque, sobre todo si esta tensión va acompañada de dolor, como el que podría sentir si además llevase un collar de ahogo o castigo.

Las correas extensibles también transmiten información negativa al perro, ya que lo único que percibe son frenazos en seco, tirones y la sensación de tener que tirar de una cuerda para poder avanzar.

¿Cómo transmitir información positiva al perro?

Una vez escogida una correa apta para paseos felices, se debe intentar llevarla siempre lo más larga posible, siempre y cuando esto no pueda ser un peligro para el can o los transeúntes de la calle. Lo más importante es que nunca haya tensión en la correa, que siempre esté holgada y en forma de «U». Es muy importante mantener esta posición no solo al cruzarse con perros, también al hacerlo con niños, coches, bicicletas o cualquier otra cosa que pueda asustar al can. De esta manera percibirá que está tranquilo y que no hay nada que temer.

Si hay que parar al perro porque tenga un enfrentamiento con otro, vaya a comer algo del suelo o saltar encima de alguien, se hará sujetando la correa con firmeza sin dar tirones secos, acortándola de forma tranquila, siempre y cuando la situación lo permita.

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Imagen: Gerard Girbes Berges

Paseos de calidad, perros tranquilos en casa

Durante los paseos, es muy importante dejarle olisquear, saludar a canes y personas, ir a su ritmo y dar así un paseo de calidad acorde a sus necesidades.

Al menos uno de sus paseos diarios debe ser para que se mueva por donde quiera, pero con una condición: no se puede tirar de la correa. En el momento en el que la correa, que estará lo más alargada posible, se tense, habrá que parar el paso y cambiar de sentido. Poco a poco el perro entenderá que solo puede ir donde él quiera, si no tira de la correa.

Si el can ha tenido un paseo desastroso, con tirones, gritos, enfados, no se le ha permitido olfatear ni saludar a su amiga, llegará a casa con un pico de estrés importante. Es esencial recordar que los perros autogestionan su propio estrés y pueden intentar liberarlo mordiendo y rompiendo objetos o muebles, corriendo y saltando por el sofá, haciendo sus necesidades en cualquier rincón del hogar o presentando agresividad con otros animales o personas.

Por tanto, la base para tener un can equilibrado es empezar por equilibrarnos nosotros mismos: liberar el estrés haciendo deporte, tomando algo con los amigos o creando arte, pero no liberar ese estrés a través de la correa del perro.

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