Epilepsia en perros, ¿tiene cura?

Algunos tipos de epilepsia canina no tienen curación, pero sí es posible recurrir a un tratamiento que reduzca las convulsiones
Por Carolina Pinedo 13 de mayo de 2013
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Imagen: TheGiantVermin

La epilepsia del perro es una enfermedad cerebral que en determinados casos se puede curar y en otros reducir de manera considerable la frecuencia de los ataques. En este artículo se explica por qué algunos tipos de epilepsia en perros tienen cura y otros no, la importancia de realizar un buen diagnóstico de la epilepsia canina, cuál es su tratamiento y por qué ahora se diagnostica más.

La epilepsia en perros, ¿puede curarse?

La epilepsia de un perro puede estar causada por diversos motivos, entre ellos los tumores cerebrales y enfermedades relacionadas con el anormal funcionamiento del tiroides.

En estos casos, el animal puede sufrir convulsiones similares a los ataques epilépticos, pero una vez que el veterinario trata la causa que lo provoca, los síntomas desaparecen y por tanto el perro tiene cura.

En el caso en que las convulsiones no tengan su origen en una patología determinada, como un tumor cerebral, el diagnóstico del can que convulsiona es otro: epilepsia idiopática. En este caso, la enfermedad es de carácter crónico. No tiene cura, pero con un tratamiento adecuado, la frecuencia de los ataques epilépticos se puede reducir de manera considerable.

Menos de un 10% de los perros epilépticos se mantiene dos años sin sufrir ataques

Menos de un 10% de los perros epilépticos consiguen mantenerse dos años sin sufrir ataques, asegura Paloma Toni, veterinaria y neuróloga del Hospital Veterinario de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. «Con frecuencia las crisis reaparecen y, de no ser así, no se puede asegurar que el animal no vuelva a sufrir más ataques a lo largo de su vida», matiza Toni.

Epilepsia en perros: determinar la causa

Las convulsiones del perro no siempre se deben a la epilepsia, ya que pueden tener su origen en patologías y alteraciones metabólicas del perro, entre ellas, la hipoglucemia.

Sin embargo, no existe ninguna prueba que sirva para diagnosticar la epilepsia canina. De ahí, la importancia de determinar la causa de los episodios convulsivos del animal, ya que si existe una patología que provoca las crisis del can, se puede aplicar un tratamiento que solucione la situación.

Otro de los casos que se puede plantear con respecto a las convulsiones del perro es que, una vez que el veterinario ha realizado todas las pruebas pertinentes, como resonancia magnética craneal y análisis del líquido cefalorraquídeo (del cerebro), se determine, por descarte, que los episodios convulsivos del perro están provocados por una epilepsia idiopática o esencial.

Esta enfermedad se produce debido a una descarga de energía en el cerebro, que provoca las convulsiones en el perro. En este caso, no se detectan anomalías en las pruebas médicas que pudieran ser el origen de los ataques. Se trata de perros sanos, pero que «pueden tener una herencia genética de antepasados epilépticos«, explica Javier Miner, veterinario y neurólogo. En este caso se trata de una epilepsia crónica, que precisa tratamiento de por vida para el perro.

Epilepsia en perros: tratamiento

Los científicos investigan nuevos fármacos para el tratamiento de la epilepsia canina. Los nuevos tratamientos farmacológicos son una de las novedades en los avances del tratamiento para paliar la epilepsia en los perros. Zonisamida, levetiracetam y pregabalina son algunos nombres de los nuevos medicamentos para tratar esta enfermedad cerebral canina.

No obstante, estos fármacos son caros y, en muchos casos, no parecen ser más eficaces que el fenobarbital o el bromuro potásico, los dos medicamentos más empleados en el tratamiento de la epilepsia idiopática, esencial o verdadera.

En la actualidad, no existe una medicación lo suficientemente eficaz, asequible desde el punto de vista económico y con pocos efectos secundarios para tratar la epilepsia canina. Pero los científicos trabajan para crear fármacos nuevos que contribuyan al tratamiento eficaz de la epilepsia idiopática canina.

La mayor parte de los avances en la investigación sobre epilepsia canina tienen que ver con el diagnóstico de la causas de las crisis. Las resonancias magnéticas, el escáner y los electroencefalogramas son métodos novedosos que facilitan el reconocimiento de las causas que provocan determinadas epilepsias. Por ello, se descartan más casos de las llamadas epilepsias idiopáticas o esenciales -cuando no existe una patología que provoque las convulsiones-.

Temblores y ausencias en el perro epiléptico

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Imagen: Redden-McAllister

Los ataques de epilepsia se caracterizan por tener una intensidad y una frecuencia determinadas. Cuando el grado de las convulsiones del perro es ligera, o se traduce en el temblor de una pata, se trata de un tipo de epilepsia que se caracteriza por tener unos síntomas más leves y se denomina tónica-clónica.

Otras modalidades de este tipo de ataques epilépticos son las ausencias: el perro se queda desconectado del mundo o lo que los expertos denominan «el perro cazador de moscas» que lanza dentelladas al aire, como si quisiera coger algún insecto, o bien el que se persigue la cola de manera compulsiva.

Este tipo de convulsiones y actitudes pueden derivar con el tiempo en ataques más frecuentes y de mayor intensidad, por lo que si se repiten conviene aplicar un tratamiento específico.

Epilepsia canina: ¿por qué ahora se diagnostica más?

La epilepsia es más frecuente en determinadas razas como el can labrador, golden retriever, pastor alemán, beagle y en perros pequeños que son nerviosos, como el yorkshire. Sin embargo, las crisis epilépticas pueden tener lugar en cualquier raza canina y en perros mestizos.

El hecho de que los canes, antes del boom urbano, convivieran en el entorno rural más alejados de las personas dificultaba la detección del padecimiento de enfermedades epilépticas en ellos.

Además, los perros eran considerados animales de trabajo y no se cubrían sus necesidades sanitarias con la misma eficacia que en la actualidad. Por el contrario, la convivencia estrecha entre dueños y perros en los pisos de las ciudades ha supuesto un aumento del diagnóstico y tratamiento de animales con esta patología cerebral.

Seis curiosidades sobre la epilepsia canina
  • Suele aparecer cuando el perro tiene menos de cinco años de edad, y pueden presentar cierta regularidad en su aparición.
  • La epilepsia canina es hereditaria, por lo que es recomendable no cruzar a los animales afectados por la enfermedad.
  • Desde el siglo XVII se conocen y diagnostican casos de perros epilépticos.
  • Investigadores de Europa y Estados Unidos han descubierto un gen relacionado con la epilepsia del perro en el cromosoma 37 de un pastor belga.
  • Los avances en investigación de epilepsia humana se aplican a los casos de esta enfermedad en perros.

  • Los gatos son menos propensos a padecer epilepsia que los perros.

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