Perros paralíticos logran andar gracias a las células de sus hocicos

Científicos de la Universidad de Cambridge consigue curar a perros discapacitados
Por Eva San Martín 13 de febrero de 2013
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Jasper ya no necesita su silla de ruedas canina para caminar. Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, ha logrado que este y otros perros vuelvan a andar, a pesar de su parálisis. ¿Cómo? Han utilizado las células de sus hocicos, inyectadas en sus dañadas médulas espinales. Este artículo ofrece las claves de este importante hallazgo.

Células del hocico curan al perro paralítico

El hocico del perro no solo es una máquina olfativa extraordinaria, capaz de captar mil veces más olores que la nariz humana. Sus células sirven para revertir la parálisis de los perros. Es decir, pueden lograr que un animal paralítico vuelva a andar.

Este es el sorprendente resultado al que ha llegado un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido. La investigación ha sido publicada en la prestigiosa revista científica ‘Brain’.

Un total de 34 perros paralíticos han participado en este esperanzador estudio, que podría abrir una brecha en las posibilidades de curar la parálisis también en humanos.

Los tejido del hocico del perro actúan como células madre capaces de revertir la parálisis

¿Cómo volvieron los perros a andar? Un trozo de tejido del hocico fue extraído de los canes, y cultivado en el laboratorio. Es decir, los investigadores encabezados por el biólogo Robin Franklin y el veterinario clínico Nick Jeffery hicieron crecer y multiplicarse las células del hocico del perro en las condiciones ambientales adecuadas.

De esta forma, las células crecieron pero también se dividieron para crear otras células (actuaron como células madre). Cuando la cantidad de tejido fue suficiente, lo inyectaron en las partes dañadas de la médula espinal del can.

Y los perros paralíticos, con el tiempo, volvieron a andar sin necesidad de utilizar las sillas de ruedas caninas que hasta entonces sostenían sus patas traseras.

Jasper, un can paralítico que volvió a andar

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Imagen: Susan Williams

En este vídeo de la Universidad de Cambridge se ve a uno de los canes paralíticos que participaron en la investigación. Se trata de Jasper, un perro salchicha de diez años que convive en casa con otros dos canes.

«Jasper era incapaz de andar por sí mismo, pero tras el tratamiento se muestra muy contento y no puede parar de moverse por toda la casa«, ha dicho May Hay, su propietaria, en el diario ‘Huffington Post ‘.

En el vídeo, Jasper utiliza una cinta de caminar, similar a la que se usa en los gimnasios para correr o entrenar. La parte trasera de su cuerpo es sostenida con ayuda de cinturón colgante, que le sostiene y evita que se caiga.

Sin embargo, seis meses después de la inyección de las células olfativas en sus dañada médula espinar, Jasper fue capaz de movilizar la patas traseras que antes solo arrastraba.

Algunas semanas después el cinturón desaparece y el perro puede caminar sin mayor problema aparente que el de algún tropezón más o menos esperable. Sus patas traseras necesitan coger fuerza y ejercitarse. Pero ya no precisan la silla de ruedas sin la que antes no podía caminar.

Una puerta para curar la parálisis humana

Las células que conforman la mucosa del hocico del perro no solo son responsables del inmenso olfato canino. Parte de ellas, las denominadas células olfativas envolventes, tienen además la capacidad de dividirse y especializarse para formar otras células de distintas partes del cuerpo.

Ello explica que el tejido del olfato canino pueda regenerar las partes de la médula espinal dañadas en los animales con parálisis.

El éxito en perros no tiene por qué trasladarse a las personas paralíticas

Aunque no todos los canes del experimento lograron caminar, sin duda la investigación es fascinante. Y tal vez abra un camino interesante para curar y revertir las parálisis en animales y humanos.

Ante esta perspectiva, sin embargo, Franklin y su equipo prefieren ser cautos. «El éxito obtenido en el laboratorio no tiene por qué trasladarse a los pacientes humanos», advierten.

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