Pulgas, garrapatas e higiene

Bañar al perro, de manera correcta, es tan importante como una desparasitación periódica o la vacuna antirrábica
Por Carolina Pinedo 30 de enero de 2012
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Imagen: Blyzz

Uno de los problemas más frecuentes en nuestros animales de compañía, de cualquier edad, son los parásitos o enfermedades parasitarias. Suponen un riesgo grave para la salud del animal si no se tratan de manera adecuada. En este sentido, una higiene adecuada puede ayudar a prevenir este tipo de problemas y mantener a raya tanto a pulgas, como a garrapatas y piojos.

En el mercado existen muchos productos específicos para la higiene de los perros. La cuestión es elegir los más adecuados y tener en cuenta ciertas pautas a la hora del baño. De esta manera, la piel y el manto del perro se mantendrán sanas y se evitarán problemas dermatológicos.

Si el perro comienza a bañarse a partir de los tres meses, se acostumbrará mejor al agua y el jabón.

En el mercado hay champús para perros con pieles muy sensibles, que tienen tendencia a las reacciones alérgicas
La primera vez que se le baña, hay que tranquilizarle y procurar que asocie los baños con una experiencia agradable, porque a lo largo de su vida tendrá que bañarse con cierta frecuencia para mantener una higiene adecuada, así que cuanto antes se acostumbre mejor.

Para lograr mantener el pelaje del perro en buenas condiciones higiénicas, sano y libre de pulgas y garrapatas, los baños se tienen que llevar a cabo de manera correcta y con productos específicos, según cada caso (pieles sensibles, casos de infestación por pulgas o garrapatas). Sepamos cómo hacerlo:

  • No dejar restos de jabón en la piel y no usar un jabón inadecuado, para evitar problemas dermatológicos, como irritaciones.
  • La frecuencia de los baños depende del estilo de vida del animal. Es decir, no es lo mismo un perro que pasa mucho tiempo a la intemperie, que otro que vive en un piso en la ciudad. Al tratarse de un entorno urbano, puede necesitar un baño al mes, o cada tres meses. También hay que tener en cuenta si se ensucia mucho y si su pelaje es claro. En estos casos, necesitará baños con más frecuencia.
  • Existen champús para perros con pieles muy sensibles, que tienen tendencia a las reacciones alérgicas. También los hay para pelo: corto, largo, rizado, oscuro o claro. Es cuestión de elegir el que mejor se adapte a las características del perro. El veterinario puede aconsejar en este sentido.
  • Un champú para perros debe ser: eficaz para eliminar suciedad, tener máxima tolerancia cutánea, efecto acondicionador para el pelo y la piel, una textura que facilite la aplicación, generar una espuma fina, no demasiado abundante, homogénea y con burbujas pequeñas.
  • No usar nunca champús para personas, aunque sean hipoalergénicos y para bebés. Las características de la piel canina son bastante distintas a las de la humana. En el caso de los perros es: más fina, su PH está próximo a la neutralidad, el 95% de su cuerpo está cubierto de pelo, la mayoría de sus glándulas no segregan agua ni minerales al exterior (no sudan).
  • Antes del baño, cepillar bien el pelaje para desenredar y eliminar pelo muerto.
  • El agua debe estar a una temperatura de 39 grados. Los perros tienen una temperatura corporal más alta que la nuestra. Lo que a una persona le puede parecer que está caliente, para el perro puede resultar frío.
  • Hay que aclarar con abundante agua y escurrir todo el manto, desde la cabeza hasta las patas, con las dos manos. Hay que dejar que, al final, el perro se sacuda. Después hay que secarle, muy bien, con toallas y volver a cepillarle para que no queden restos de humedad, sobre todo si el perro tiene la piel sensible. Si no se pone muy nervioso, se puede usar el secador para eliminar la humedad más a fondo.

La importancia del cepillado

El cepillado diario del pelaje ayuda a eliminar mucha suciedad y pelaje muerto, que puede servir para convertirse en un buen alojamiento para pulgas y garrapatas. Es un buen momento para interactuar con el perro a través de una actividad que le gusta y le relaja. El movimiento con el cepillo no debe ser a contrapelo, para evitar dañar el manto, sino que hay que seguir la dirección del pelo. Es decir desde la cabeza hasta la cola, tanto por la espalda como por el abdomen. Es recomendable que el cepillo sea específico para estos menesteres y que la presión que se aplique sea moderada. Se puede aprovechar el momento del cepillado del perro para revisar si tiene algún parásito externo.

El cepillado diario del pelaje ayuda a eliminar mucha suciedad y pelaje muerto
De ser así, uno de los tratamientos que ofrece buenos resultados contra las temidas pulgas y garrapatas y ayuda a prevenir su aparición son los baños antiparasitarios, que proporcionan un efecto inmediato y se caracterizan por tener una buena capacidad para penetrar bien el manto de pelo, aunque sea abundante. Para conseguir que su efecto perdure no hay que aclarar el pelaje del perro, sino dejarlo secar. Si se usan de manera frecuente son muy eficaces.

Evitar pulgas y garrapatas en las personas

Estos parásitos no son transmitidos sólo a través de nuestra mascota sino que pueden saltar hacia nosotros cuando paseamos por el campo. Debido al riesgo de que nos inoculen ciertas enfermedades graves, la prevención es importante, así que podemos tomar medidas como: Para los excursionistas, montañeros o personas que visitan a menudo el campo, se recomienda llevar las piernas bien tapadas en sus salidas, introducir el extremo del pantalón en medias altas, de manera que los parásitos no accedan a nuestra piel. También, es recomendable echar un poco de spray antiparasitario (del perro) en botas y pantalones.

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