Un informe del Gobierno de Australia filtrado por la Empresa de Radiodifusión Australiana señala que miles de mamíferos, reptiles y especies de aves se enfrentan a la amenaza de la extinción a medida que avanza la civilización. Según este trabajo, denominado «La Auditoría de la Biodiversidad», un total de 2.891 ecosistemas individuales de la isla se encuentran en peligro.
Desde el Ejecutivo australiano, que ya ha sido fuertemente criticado por ecologistas por no adherirse al Protocolo de Kioto, no han querido hacer declaraciones. Los grupos medioambientales y los partidos de la oposición, por su parte, se refirieron al estudio para denunciar lo que consideran una falta de actuación del Gobierno.
«El mensaje de la amenaza del desmonte, o limpieza de la tierra, se ha hecho llegar al Gobierno una y otra vez, en una serie de informes similares a éste en los últimos años», dijo Nicola Beynon, portavoz de la división australiana de la Sociedad Humana Internacional. «La Auditoría de la Biodiversidad nacional tiene que ser la última llamada a la acción», agregó.
El principal partido de la oposición, el centroizquierdista Partido Laborista, dijo que las 500.000 hectáreas del gran continente isleño, donde existen algunas de las áreas menos pobladas de la tierra, se estaban perdiendo cada año por culpa del avance del progreso. «A menos que se tomen medidas urgentes, gran parte de la singular fauna y flora de Australia se enfrenta a la amenaza de la extinción», dijo el portavoz medioambiental laborista Kevin Thomson.
Australia, aislada durante años del resto del mundo, mantiene una biodiversidad única y especies animales singulares, como el canguro. Sin embargo, ya ha perdido docenas de especies nativas tras la incorporación de animales europeos, cultivos e insectos, después de que el Reino Unido estableciera allí su primera colonia penitenciaria en 1788.
Según John Connor, director de campañas de la Fundación para la Conservación de Australia, «generaciones pasadas se pueden haber perdido por extinciones como la del tigre de Tasmania, que estamos a punto de verlo con nuestros propios ojos». Científicos australianos preparan la clonación de esta especie que se declaró extinta en 1986.