Las montañas de Qinling dividen el norte y el sur de China en términos geográficos y climáticos y son la única área que actúa como un captador del agua de los dos ríos más importantes del país, el Yangtsé y el río Amarillo, lo que hace de este lugar uno de los bosques templados más ricos en biodiversidad del planeta, con una enorme variedad de animales y plantas. Precisamente, entre las numerosas variedades de bambú que alberga, vive una de las especies más amenazadas del planeta, el panda gigante. En estas montañas habita aproximadamente el 20% de los mil pandas gigantes que se estima sobreviven en libertad.
En la actualidad, esta cordillera encierra áreas protegidas para estos animales que suman 184.000 hectáreas. La iniciativa que acaba de anunciar el gobierno chino elevará esta superficie a más de 334.000 hectáreas, mediante la creación de cinco nuevas reservas y otros tantos corredores que unirán estos espacios protegidos. Estos nuevos «corredores de bambú» -como se les llama- intentan conectar un hábitat que ha quedado muy fragmentado debido a la acción del hombre, lo que ha supuesto que algunas poblaciones con menos de 50 individuos hayan quedado aisladas. Los cinco nuevos corredores estarán en las áreas de Caiziping, Houzhenzi, Dashuping, Erlangba y Jiuchihe, y cuando, tal y como se estima, en 2005 entren en funcionamiento se sumarán a las 65.000 hectáreas ya existentes de corredores de bambú.
Las cinco nuevas reservas para el panda gigante son las de Motianling, Guanyinshan, Sangyuan, Ningshan y Tianhuashan. Pero además, el gobierno chino ha dicho que tiene intención de aprobar la creación de otras siete reservas en junio de 2004, elevando la protección para el panda gigante a más de medio millón de hectáreas. La iniciativa ha sido calificada por la directora del programa internacional de especies del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Susan Lieberman, como «una oportunidad para asegurar la supervivencia de los pandas en libertad».
Presión sobre el hábitat
Las estimaciones sobre su población se refieren a unos 1.000 ejemplares. Sin embargo, estos datos provienen del último censo realizado que data de 1980. La sección de WWF en China colabora con el Ejecutivo de este país en la realización de un nuevo censo. Según Li Ning, de WWF- China, «aún no podemos decir si la población habrá aumentado o disminuido, lo que sí está claro es que la presión sobre el hábitat del panda no ha dejado de crecer en este tiempo».
Las amenazas que se ciernen sobre los pandas en esta región tienen mucho que ver con que se trata de un área densamente poblada. Como resultado, muchas criaturas están entrando en serio peligro por la pérdida de sus bosques, debido a la tala para conseguir zonas aptas para la agricultura o por la necesidad de madera y combustible.
Además, las montañas de Qinling no sólo son ricas en plantas y animales, sino también en yacimientos de minerales, como oro y níquel. El desarrollo de actividades mineras en la región conlleva la construcción de carreteras y grandes infraestructuras, fraccionando de tal forma el terreno, que los bosques donde sobreviven los pandas se han convertido en pequeñas islas. Por no hablar de los cazadores furtivos, que no cesan en su empeño a pesar de que en 1995 un hombre fue condenado a cadena perpetua por matar a un panda, o de los animales que accidentalmente caen en las trampas preparadas para los ciervos.
