El mar Báltico está siendo invadido por especies alóctonas, es decir, foráneas. Una falsa medusa, una ostra gigante llegada desde Japón y un virus que ataca a las focas amenazan a la fauna propia de este mar. Los expertos dicen que todo es culpa del cambio climático.
El mayor peligro es el de la falsa medusa, llamada mnemiopsis. Es originaria del norte de América y mide unos 10 centímetros. Barcos norteamericanos facilitaron la propagación de esta especie por el mar Negro a finales de la década de 1980.
En el mar Negro, la mnemiopsis ha causado «un enorme impacto sobre el ecosistema, pues come el plancton y así altera toda la cadena alimentaria», afirma Lene Friis Moeller, del departamento de ecología marina de la Universidad de Goteborg (Suecia).
El animal, que parece haberse asentado en las costas de Suecia, llegó al Báltico hace un año, posiblemente en el agua de lastre de barcos procedentes de los Países Bajos.
Las autoridades suecas temen que cause un daño semejante al que provocó en el otro extremo de Europa. Axel Wenblad, de la Dirección de Pesca, reconoce que podría afectar seriamente a la pesca, y que es poco lo que pueden hacer.
A la amenaza de la mnemiopsis se une la de una especie de ostra de gran tamaño y originaria de Japón. Se desconoce cómo ha podido llegar hasta Suecia. Anna-Lisa Wrange, investigadora del laboratorio de biología marina de Tjärn, dice que su presencia afectará a la economía sueca. Las ostras tienden a instalarse en las plataformas que sirven de asiento a los mejillones, con lo que afectan a la producción.
El cambio climático podría estar detrás de estas «invasiones», afirma Wrange. El calentamiento global también explicaría la aparición de un virus letal que está causando estragos entre las focas. El verano pasado murieron 250 ejemplares en aguas danesas y suecas. Las necropsias revelaron que sus pulmones estaban completamente bloqueados por una mucosidad.
